El día después: lo que el agua nos dejó

Cómo cambiaron los submercados de los barrios afectados por las inundaciones. El impacto en los precios y las estrategias de los brokers para vender.

Con más de 60 muertes solo en La Plata e innumerables daños materiales, quizás parezca un tanto efímero poner el ojo en las consecuencias inmobiliarias de la última gran inundación. Pero el agua también cambió el mapa de los ladrillos en las zonas afectadas. "Los barrios que más sufrieron en la ciudad son Núñez y Belgrano. Lo más problemático son las cocheras y los departamentos en planta baja. Históricamente, los precios de venta en las zonas que se inundan son un 20 % más bajos", cuenta Diego Migliorisi, socio gerente de Migliorisi Propiedades. La zona de influencia de sus inmobiliarias, comprendida por Villa Crespo, Almagro y Palermo, históricamente fue denostada como inundable. "Los lugares que se conocen como inundables, ya tienen un valor más bajo. La gente lo sabe y las zonas son casi siempre las mismas. El problema es que no se previeron acciones para atender estas posibles lluvias, que son mucho mayores a las acostumbradas", agrega Mario Korn, presidente de Korn Propiedades.
"Esta fue la prueba de fuego. Después de las obras del arroyo Maldonado, Palermo y Almagro no sufrieron inundaciones. Y por esto, la zona se revalorizó", sigue Migliorisi, refiriéndose a las obras concluidas en julio de 2012 para construir el canal aliviador del arroyo. "Acá se dio el proceso inverso, porque las propiedades estaban ya un 20% por debajo por el riesgo de la inundación. Se vendían igual pero a valores más bajos que propiedades similares en zonas aledañas donde no se inundaba. Sin duda, hay depreciación de valor en las ubicaciones propensas, pero eso no significa que no se vendan", agrega Migliorisi. Un departamento de 40 m2 en 2009 se vendía en u$s 65.000 y hoy se está pidiendo u$s 80.000. Pero la revalorización no solo se dio en los valores. Basta caminar por el barrio para ver obras nuevas y edificios a estrenar en Vera, Thames, Villarroel, Velazco, Padilla, Muñecas y la avenida Juan B. Justo, hasta hace unos años famosa por sus inundaciones. "Antes, en Camargo y esa avenida había más de un metro de agua. La gente quedaba aislada en sus departamentos y casas, incluso durante días. En estas dos últimas inundaciones, el agua ni siquiera llegó a la vereda", sigue Migliorisi.

El clima en La Plata
"En La Plata fue muy grave la inundación. Tenemos 700 propiedades en venta y de este total solo un 10% fueron afectadas concreta y físicamente por el agua. Ahora, a nivel clima mental durante 10 días no se habló de otra cosa y el mercado en la primera quincena de abril se vio afectado. Las propiedades inundadas, obviamente, se retiraron momentáneamente de la venta y todavía no se volvieron a ofrecer porque los dueños necesitan reacondicionarlas",describe Elio Di Girolamo, bróker regional de RE/MAX, quien tiene a cargo toda la zona de La Plata.
En ese tipo de situaciones, quienes venden intentan contener la situación y poner paños fríos, tratando de pensar que este suceso fue algo extraordinario que no volverá a repetirse. "La Plata no quedará marcada como zona inundable. Los valores, de hecho, no se movieron en precio. El verdadero desconcierto sigue pasando por el dólar. Nadie sabe, si vende una propiedad, a qué precio comprará luego. El tema del dólar tapa el tema del agua", sigue Di Girolamo.

Fiebre por mudarse
Si bien no hay diferencias en cuanto a valores locativos, lo que sí sucedió después de esta gran inundación fue que la gente que alquila comenzó a averiguar por propiedades con la intención de mudarse. "Sobre todo quienes viven en casas porque buscan mudarse a un departamento. Es que, tratándose de alquileres, el vínculo con la propiedad es mucho menor", continúa Di Girolamo. "No difiere mucho en la ciudad, la gente se fija más en la ubicación en relación a los medios de transporte y a las expensas, que si se inunda. Esto se toma menos en cuenta en el mercado de renta, donde prima también la superficie y el espacio cómodo", aporta Migliorisi.
Con el objetivo de esclarecer las zonas grises, RE/MAX convocó a un abogado para que aclarase posibles demandas y sobre los derechos de los inquilinos en relación a los dueños. En otras palabras, conocer qué le corresponde pagar a cada uno. "Nadie se aprovechó ni sacó partido de esta situación, ni siquiera hubo reclamos, porque la cuestión humana fue superior a la económica. Fue tan fuerte lo que pasó que a nadie se le ocurrió venir a reclamar nada", agrega Di Girolamo. Korn coincide y aclara que en su caso, no tuvo ni un solo caso de renegociación. El inquilino entendió que el propietario no es el responsable de la inundación", profundiza.
El segmento de las cocheras, fue tal vez uno de los negocios más afectados. "Si se inunda, destruye el auto. Por eso, no solo sucedía que las cocheras no tenían valor hace unos años, sino que su construcción era más cara porque tenían que hacerse con pilotes y refuerzos en las bases", cuenta Migliorisi. "A diferencia de la Capital, en La Plata no hay mercado de cocheras. Pero sin dudas las cocheras subterráneas que hay, sufrieron muchísimo", agrega Di Girolamo. "En estos casos no hay vuelta. Y no se trata de barrio, ni siquiera de zona. Porque quizás una calle se inunda a una altura y a dos cuadras más allá no", agrega Korn. Sin duda, hay diferencia dentro de los mismos barrios. De una cuadra a otra cambia mucho y en las ofertas de dueños directos en los avisos ya algunos aclaran que están ubicadas en una "zona no inundable". Sin embargo, hablar prematuramente de zonas inundables no es algo que los especialistas vean con buenos ojos. "No funciona eso como discurso de venta. Además, sería muy
irresponsable por parte de una inmobiliaria empezar a marcar esto, cuando hoy es algo muy dinámico", analiza Di Girolamo. "Después de lo que sucedió, el factor climático excedió todo límite y todo parámetro. Hoy, cualquier zona pasó a ser inundable", concluye Korn. Lorena Obiol
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