El Parque Industrial y la seguridad jurídica

El proceso de crear y sostener una industria tiene una programación a largo plazo y requiere necesariamente apalancarse en el sistema de financiamiento que, por la propia dinámica, va a priorizar su apoyo a empresas que sean lo más apetecibles posible como sujetos de crédito.

Cuando se planifica el desarrollo de una industria, y se invierte capital en la fábrica y el proyecto global, el retorno de la inversión ocurre entre los cinco y siete años posteriores. Esto significa que cualquier proyección a futuro tiene que poner foco en los tiempos y las condiciones de repago de lo invertido. Por este motivo, su vinculación con el sistema financiero es clave y se sustenta en tres ejes fundamentales: el costo del crédito, que debe tener tasas razonables; las garantías, que re-aseguran el cumplimiento del crédito y, por último, el proyecto en sí mismo, que debe ser factible y económicamente sostenible.

Dicho esto quiero resaltar en esta ocasión el gran aporte del Parque Industrial como generador de seguridad jurídica y en consecuencia, como facilitador del acceso al financiamiento. El sustento de esta premisa es simple: el agrupamiento industrial debidamente constituido asegura al empresario la continuidad de uso de su capital en el tiempo y esto da mayor valor a la infraestructura invertida como garantía ante las entidades financieras.

Por el contrario, cuando esta inversión se realiza en un área mixta, es decir fuera de un Parque Industrial, termina significando un gran riesgo para un banco en términos de garantía porque, por ejemplo, puede cambiar la zonificación y el uso del suelo, o puede peligrar la continuidad de su uso al no poder respetar la actualización de las normas ambientales, lo que aumenta las posibilidades de incumplimiento del crédito.

La seguridad jurídica para una industria que se radica en un Parque Industrial la otorga el hecho de que la zonificación esté asegurada por ley en la Provincia de Buenos Aires y en algunas otras provincias del país, garantizando a la empresa que no va a tener ningún riesgo para desarrollar su actividad, que la infraestructura será funcional de por vida, y que no va a existir una relocalización obligatoria de la misma.

Muchas veces, en la Ciudad de Buenos Aires y en el conurbano bonaerense se encuentran plantas que terminan en remate al 10 por ciento de la inversión inicial porque al relocalizarse una industria no pueden ser utilizadas por otra. Es decir, que el valor del desarrollo se redujo por no estar ubicado en el lugar indicado.

En cambio, radicando el capital en un Parque Industrial la empresa que se mude para crecer o porque decida cerrar, la planta y su infraestructura van a tener un valor en sí mismo, ya que no es "sólo un galpón" sino que tiene inversiones realizadas como plantas de tratamiento, redes de incendio, y playas especiales, entre otras instalaciones que son de alto valor por otra industria.

Por lo tanto, es importante dejar en claro que los agrupamientos industriales facilitan y dan la posibilidad al empresario de transformarse en un sujeto de crédito muy apetecible para un banco, porque su capital inmueble invertido brinda todas las garantías básicas comprometidas, al ubicarse en un lugar que garantiza la continuidad a futuro del mismo.

En conclusión, la industria es un sector que se desarrolla a largo plazo y necesita financiamiento, y es el parque industrial el que permite mejorar su estatus como sujeto de crédito.

 

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