De Puerto Madero a Donado Holmberg

Luis Perelmuter, fundador de Kineret, levanta un edificio de viviendas en el nuevo Corredor y apuesta a la zona. Proyectos de un hombre con 58 años de trayectoria que construyó torres emblemáticas.

Alegre, amable y ansioso abre las puertas de la oficina ubicada sobre la avenida Rivadavia frente a la Plaza del Congreso. Es el primer piso de un antiguo edificio del patrimonio urbano, reciclado y comercializado por Kineret, su empresa. El anfitrión es Luis Perelmuter, presidente de esta firma y de Oscand (su propia desarrolladora). Perelmuter tiene 58 años de experiencia construyendo proyectos, varios emblemáticos como las torres El Faro (las más altas del país en ese entonces) y el complejo de usos mixtos Madero Center, ambos en Puerto Madero.

En su haber también cuenta con Las torres de Libertador (Av. del Libertador 4444), así como con La Algodonera, una manzana entre Córdoba, Santos Dumont, Concepción Arenal y Álvarez Thomas.

Por estos días lo mantiene ocupado su último emprendimiento en ejecución: Lin Calél, ubicado en Olazábal 4150, corazón del barrio parque Donado Holmberg, sobre terrenos de la ex autopista 3. Se trata de un edificio de viviendas apto profesional, proyectado por el estudio Dujovne Hirsch & Asociados, que contará con 72 unidades de uno a cuatro ambientes. También incluirá tres locales comerciales a la calle y amenities (piscina, gimnasio, SUM, laundry y jardín de 500 m2) distribuidos en seis plantas.

Kineret inició la construcción en 2015 y promete finalizar la obra en junio de 2017. Cuenta únicamente con el 20% de las unidades colocadas entre un grupo de "inversores conocidos que se fueron enterando", dado que aún no comenzó a publicitarlo.

El emprendimiento tendrá 11.000 m2 de superficie edificada en un lote de 63 metros por 47, comprado por $ 30.500.000 en uno de los remates públicos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (valor de incidencia: u$s 500 el metro cuadrado). El valor de venta es de u$s 3.000 el m2 y Perelmuter calcula que en un año, cuando esté concluida la construcción, debería "valorizarse como mínimo un 10% en dólares o más".

Ojo clínico

- ¿Que lo llevó a pasar de construir en un barrio súper premium como Puerto Madero a interesarse por un área nueva como es el Corredor Donado Holmberg?

Le veo mucho futuro y quería estar presente, aunque sea casi por hobby. Deseaba encarar algo que me motivara y esto lo siento como un desafío, sin que comprometa mucho el patrimonio de la empresa.
Después de hacer las obras que hice, no aguantaba la idea de desarrollar un terreno de 8,66 por 30 metros entre dos medianeras. Pero, como ya no estoy en condiciones de meterme en un megaproyecto porque la biología puede no dejarme que lo vea terminado, busqué algo de una envergadura acotada pero que me motivase. Es un proyecto corto, de una sola etapa.

- ¿Cómo evalúa las posibilidades de crecimiento de esta zona?

No quiero juzgar con mi vanidad pero, cuando fuimos a nuevas ubicaciones, todas terminaron siendo puntos de categoría y demandados. Cuando hicimos Las torres de Libertador en Las Cañitas había quintas, no era lo importante que es hoy, y al encarar La Algodonera el lugar estaba realmente desolado. Ambas eran zonas que no estaban consolidadas y hoy son de alto valor.

En Donado Holmberg también creo que la tierra se revaluará porque aún está a un precio aceptable. Además, el Corredor es algo muy original, nuevo y muy verde. Ya hay varias obras en la zona, se edificará todo y casi la totalidad de la tierra está vendida, de manera que la gente que compró seguramente va a construir. Están esperando momentos más óptimos.

- ¿Así sucedió también en Puerto Madero?
Con la compra de la tierra para El Faro -fin del 99- fuimos los primeros en empezar a construir en la zona. Terminamos una parte en 2003 y la otra en 2005. Los que habían comprado los otros terrenos recién empezaron a construir cuando nosotros terminamos.

En la crisis de 2001-2002 estaban los terrenos parados y lo mismo está ocurriendo ahora en el Corredor. La gente está posicionada con la tierra pero espera a que mejore el momento. Creo que esos mejores momentos están llegando y, no digo que se produzca un boom, pero este barrio se valorizará mucho, llegará a precios de zonas top de Buenos Aires como Belgrano R porque será altamente residencial y no habrá más departamentos ni terrenos disponibles.

- ¿Y por qué decidió iniciar la construcción sin esperar a que se aclare el panorama económico o a prevender más unidades?

Ya soy grande como para esperar, pasé los 80 años. Aparte, ir a la obra todos los días, pelearme, discutir e intercambiar ideas es mi terapia. Lo lancé porque deseaba construirlo y no es un emprendimiento donde la brújula sea el interés económico. Quiero que la obra quede linda, la gente conforme y nosotros ganemos algo. Con estos tres preceptos estoy completo.

- ¿Tienen otros proyectos en cartera?

En agosto compramos un terreno lindero (a Lin Calél), también en un remate de la Ciudad. Es en Holmberg 2248 pero esperaremos porque todavía falta rematar otro sector en esa manzana para tener prácticamente todo. La inversión fue de $ 9.050.000.

- ¿Cuáles son las lecciones aprendidas en estos años de trabajo?

Uno construye con entusiasmo porque hacer una obra es construir vida, después viene el desengaño del rendimiento y la respuesta de algunos clientes... Pero, en definitiva, quiero terminar mi vida en una obra y trato de superarme.
 

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