Cómo construir pensando en el ahorro energético del hogar

Es una modalidad muy arraigada en países desarrollados. Con la suba de las facturas de luz y gas, desarrolladores y usuarios miran cada vez más cómo está "aislada" una vivienda.

ace más de 40 años que en los Estados Unidos y Europa se habla de aislación térmica. Previo a los aumentos de las facturas de luz y gas, la aislación térmica era un tema que los desarrolladores y constructores de propiedades dejaban de lado. Tampoco era una pregunta frecuente de los interesados en comprar un inmueble: no se analizaba la eficiencia energética ni qué consumo energético tendría. Es decir, la demanda y la oferta estuvieron durante años muy bien alineados. A nadie le interesaba construir viviendas sustentables, ni tampoco consumir menos energía. Sin embargo, esta realidad empezó a cambiar.

"Toda la energía que un edificio consumirá en su ciclo de vida -unos 50 años- se define en la etapa de proyecto. Las características especiales de aislación reducen el consumo energético, sin mantenimiento", explica Federico García Zúñiga, Asesor Técnico de la Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes (Andima). Para hacer una analogía los especialistas lo llevan a la figura de un termo. Esto significa que cuando se quiere mantener algo frío o caliente, se utiliza un elemento que está bien aislado. Esto mismo hay que trasladarlo a una vivienda: si se pone un aire acondicionado o un sistema de calefacción, que ni el frío ni el calor se escape por la ventana, las paredes ni el techo. "El secreto es administrar ganancias y pérdidas. Si vos a la casa le sumas doble vidrio hermético lo que tenés es una casa térmicamente muy eficiente. Vas a necesitar menos energía para calefaccionar y para enfriar", explica el arquitecto Sergio Pereyra, de EcoCasa y que construye con techos verdes y Concrehaus. Y añade: "La gente que está construyendo hoy ya piensa en esto como un must (una obligación)".

Esteban Jáuregui, Asesor Técnico del Instituto Argentino de Siderurgia (IAS) trabaja hace 25 años en construcción en seco y para él siempre fue una preocupación el tema de la aislación. "A nadie le importaba porque era barato el gas y la electricidad. Pero no tomaban la calidad de vida. Y acá somos hijos del rigor. Entonces con sinceramiento de tarifas ahorrar es prioritario. Y aparecen normativas que acompañan esto, como la ley de ahorro en la Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se hace parte de la agenda", asegura. Lo cierto es que hay una normativa vigente en el país, que implica colocar 4 centímetros de aislación en paredes y entre 7 y 8 centímetros en las cubiertas. Todavía la Argentina se encuentra lejos de países que usan entre 20 y 25 centímetros de aislación. "La reglamentación local exige lo que se exigía en España en 1979. Eso nos da un parámetro para ver las lecciones aprendidas en otros países. La normativa se empieza a cumplir pero no se cumple demasiado. Hay una cierta resistencia infundada. Si se quiere ahorrar, no tiene mucha diferencia en el precio de la inversión", añade Zúñiga.

Presupuesto

Desde el punto de vista del diseño, también es clave pensar en la aislación. Por ejemplo, grandes superficies vidriadas son perjudicial, porque permiten el ingreso y egreso de la temperatura exterior. "Se invierte mucho en la construcción de una casa y aislar bien una vivienda representa un 4 por ciento del presupuesto final. Hacer bien las cosas energéticamente hablando no tiene un gran impacto en el presupuesto de la obra", asegura Jáuregui. Los especialistas explican que la mitad del consumo energético de un hogar corresponde a climatización. "Si no tenés una tercera piel, en verano hace mucho calor y en invierno mucho frío", añade Zúñiga. Eso es porque la temperatura ingresa al interior y para contrarrestarlo hay que interponer materiales.

Hay diversas opciones en cuanto a materiales de aislación térmica eficiente, como el EPS (poliestireno expandido), lana de vidrio, poliuretano, que deben cubrir toda la envolvente de una casa. Esto es todos los elementos de construcción que están en contacto con el exterior, como son los pisos, techos, muros y aberturas (puertas y ventanas). "Incorporando eso se pueden lograr ahorros de energía de 70 por ciento por año. Implica más de un 35 por ciento de la energía que consume un hogar", destaca Zúñiga.

"Es mucho más frecuente a nivel individual. El desarrollador hace proyectos más grandes, donde tienen un ticket de venta y le interesa cubrir eso. No busca dar una calidad diferenciada. El propietario, quiere ver la forma de optimizar", explica Pereyra. En este sentido, Eduardo Ditomaso, director de Área60, un complejo inmobiliario sobre la Ruta 2, cuenta su experiencia cuando decidieron construir un spa. Fue a fines de 2015 y se inclinaron por Concrehaus. "Definimos esto con mirada ecológica y sustentable, además de los costos, que tienen un impacto", cuenta el desarrollador. El spa se inauguró en 2018 y todavía no tienen datos de ahorro energético. "Hoy tenemos más casas construidas con este sistema, porque vieron lo que habíamos hecho nosotros", cuenta.

De hecho, los especialistas notan un especial interés en las nuevas generaciones. Además del impacto en el bolsillo, hay un valor que es cada vez más importante: el de la sustentabilidad. La eficiencia energética, perciben los millennials, les va a permitir tener mejores condiciones en sus viviendas y pagar menos facturas. En cuanto al segmento corporativo, es el que más avanzado está en este sentido, según los expertos. Las empresas multinacionales tratan de adoptar prácticas sustentables que superan la norma.

Una de las grandes preguntas es si se puede trabajar sobre el parque construido. Lo cierto es que sí, pero hay que analizar cada caso. Los especialistas explican que hay menos opciones, porque ya está hecho y tiene que ver con el uso del lugar. Por ejemplo, si es del lado de afuera hay que ver si tiene restricción o no en cuanto a espacio. Pero opciones hay. Pereyra explica que si hay techos planos, se pueden generar techos verdes, que producen una aislación térmica superior. "Son techos que funcionan como una baldosa de pasto y genera una aislación térmica similar a los paneles", explica. También existen pinturas térmicas y polímeros con esferas de polietileno, que se proyectan y logran bajar la temperatura. "Todo lo que uno decide en lo nuevo es más fácil. Para nosotros este es un viaje de ida. Será sin duda la construcción del futuro y tenemos la idea de concientizar", remata el arquitecto.

 

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