Saltar la cerca familiar para crear el negocio propio

El negocio familiar no siempre resulta el ecosistema más apropiado para cubrir las aspiraciones de las nuevas generaciones. Algunos herederos deciden salir de la empresa para emprender. Los casos comparten su experiencia.

Las razones pueden ser de lo más diversas pero el hecho siempre es el mismo, muchos herederos saltan la cerca familiar y arman su propio emprendimiento. Para Paula Molinari, directora de Whalecom, consultora especializada en procesos de cambio organizacional y en el desarrollo de individuos y organizaciones, sostiene que "la principal razón tiene que ver con un desajuste que se da en la administración, entre los antiguos y nuevos formatos de las empresas". A veces, el impacto no es violento y la salida de la organización se da de forma natural e incluso, en muchas otras, reciben todo el apoyo de la vieja guardia ante el nuevo desafío independentista.

Romina Cardillo, creadora de Nous Etudions e hija de una de las propietarias de María Vázquez; Sebastián Rodríguez, fundador de Rodman e integrante de la tercera generación del Grupo Sinteplast; María Inza, socia de Tiendas Naturales y heredera de la rosarina Argental; y Miguel Nucete Far, empresario al frente de Quesos Adrianita y ex integrante de la aceitunera Nucete, que perteneció a su padre; son los cuatro casos de éxito que reunió Pyme para este número.

A Rodríguez nunca le gustó tener un jefe y, tras pasar ocho años dentro del Grupo Sinteplast, salió a ganarse la vida como empleado en empresas ajenas a la familia, desde ProntoWash, pasando por una fábrica de tejas metálicas, hasta Movicom. "Según la reglamentación del nuevo protocolo familiar, tenía la obligación de trabajar en una empresa ajena al Grupo Sinteplast. Lo hice, pero seguía incómodo con el hecho de tener una autoridad", asegura el hijo de Rubén Rodríguez, uno de los cuatro propietarios del gigante de las pinturas, que factura más de $ 1.000 millones por año.

Sebastián Rodríguez, fundador de Rodman e integrante de la tercera generación del Grupo Sinteplast

Corría 2008, cuando Sebastián estaba a punto de golpear la puerta de Sinteplast, para volver. "Por relacionamiento con otras personas, conocía el sector de pinturas y sabía cómo se aplicaba. Me ofrecieron ingresar a ese segmento y me gustó", relata el comienzo de su nueva etapa, al frente de su propio negocio de la mano de Antonio Mancuello, su socio. Rodman es el nombre de la firma dedicada a la aplicación de pintura y yeso, con la que facturó $ 12 millones en el último ejercicio.

Su primer cliente fue el gigante familiar de pinturas. "Pintamos parte de la nave industrial", recuerda. "Más allá de los consejos de mi padre, siempre hubo ayuda financiera y económica, sobre todo en los primeros años, cuando pegábamos saltos de crecimiento y quedábamos sin caja", dice.
 

Quesos por aceitunas

"Cuando me di cuenta de que nunca podría desarrollar mis propias ideas en la empresa, decidí dar un paso al costado", dispara Nucete, quien tomó la decisión en 2001. "En tres meses, ingresé al negocio de los quesos, hice cursos y trabajé como operario en plantas lácteas", agrega el dueño de Quesos Adrianita, con 14 empleados y 40.000 kilos de producción mensual.

Miguel Nucete Far, empresario al frente de Quesos Adrianita y ex integrante de la aceitunera Nucete

Pero, antes, Nucete pasó 17 años de su vida dentro de la aceitunera más grande del país. Fue cadete, encargado de depósito, logística, jefe de Merchadising, vendedor, gerente de Ventas, y gerente de Compras. Incluso, en los 90, vivió en Brasil, donde, junto con su primo, José Luis Nucete, fundó Vale Fértil, la marca del grupo en ese país. A los 24, desarrolló una flota de camiones que llegó a tener 30 unidades. "Se creó un holding con varios departamentos donde cada uno tenía cierta autonomía, pero la última palabra la seguía teniendo mi padre", asegura Nucete. "Salir de la empresa es una inquietud que vivimos con mis primos y mi hermano, pero fui el primero en tomar la decisión, con el riesgo que significa dejar la comodidad de la empresa familiar", puntualiza.

"Muchas veces, los hijos no encuentran en la firma familiar un lugar que les quede cómodo o, lo que es peor, ese lugar cómodo, es justamente lo incómodo, porque su rol no está definido y terminan haciendo el trabajo de ayudante de su padre", señala Molinari. "El techo queda muy bajo y a veces los herederos terminan siendo lleva-pedidos con sueldos acomodados", agrega.
 

Sello en la moda

Cardillo elaboró una salida paulatina de la empresa de las hermanas Vázquez. "Soy vegetariana, tengo una fuerte inquietud con la ecología y, más allá de que María Vázquez ya había dejado de utilizar pieles de animales, tiene una identidad de marca muy consolidada, y me resultaba imposible forzarla a cambiar el estilo", repasa la hija de Estela Vázquez, que se volcó a crear por su cuenta. "La primera que lo supo fue mi tía. Cuando se lo dije a mi mamá, fue un silencio tremendo, con mucho congoja, porque me quería ir pero otra parte de mí quería quedarse. Le propuse seguir tres veces por semana, buscando mi posible reemplazo", recuerda la ahora creadora, junto a su marido, de Nous Etudions. La marca, que apunta a un segmento de consumidores de entre 25 y 40 años más conscientes sobre el medio ambiente, la ropa que se utiliza y lo que se consume, tiene presencia en un multimarca de Palermo y, a través de 20 distribuidores, llega al interior y tiene un canal online. El próximo paso: un local exclusivo.

Pero antes de Nous, existió Grupo 134, el primer emprendimiento de Cardillo, de la mano de una socia. También vinculado al mundo de la moda, duró cinco años. "Aprendí mucho, pero por un momento me hizo pensar volver con mamá. Sin embargo, seguí adelante por mi cuenta. La sociedad terminó bien y después llegó Nous para mostrar una etapa más madura", resume.

Romina Cardillo, creadora de Nous Etudions

Por su parte, Inza pasó muchos años de su vida recorriendo la autopista que une Rosario y Buenos Aires. Sus padres se hicieron cargo del manejo de Argental, el fabricante de equipos para la industria de panificación con sede en Rosario que fundó su abuelo. Ella se incorporó al área administrativa cuando finalizó sus estudios secundarios. A los 30, realizó un posgrado en Administración de Pymes, que disparó su interés por generar un negocio propio. "En la firma familiar es difícil estimar el valor de cada uno dentro de la organización", asegura quien, con Verónica Simensi, desarrolló Tiendas Naturales, una propuesta gastronómica, que ya suma dos locales en Palermo.

"En enero de 2009, durante el festejo de su cumpleaños, mi papá me dijo: Si querés ser emprendedora, tenés que estar convencida de lo que realmente querés hacer", recuerda Inza. "Siempre en la familia se hablaba de posibles negocios y la idea de abrir un local con productos naturales estaba en boga, así que me apoyaron incluso desde lo económico", agrega y continúa: "El paso por Argental fue clave. Desde chico uno participa en conversaciones y toma de decisiones importantes y hoy lo puedo aplicar en un proyecto propio".

María Inza, socia de Tiendas Naturales y heredera de la rosarina Argental

María Vázquez, la marca con cuatro locales exclusivos, fue el ecosistema donde empezó a trabajar Cardillo, con 18 años. "Mi mamá tenía como concepto que si quería estar en la empresa tenía que pasar por todas las áreas hasta llegar a lo que realmente quería hacer: diseñadora", resalta. "Empecé como repositora en un local. Y pasé por todas las áreas. Primero no entendía por qué, pero ahora valoro ese proceso y a mis hijos les haría hacer lo mismo", confiesa Cardillo, quien, al terminar la universidad, se transformó en asistente de Diseño y se focalizó en la imagen de María Vázquez, su línea de noche, y empezó a desarrollar la línea urbana, aún vigente.

"Hay jóvenes que ven cómo funciona el modelo de dirección y control, pero prefieren funcionar con más autonomía, mayor velocidad en los procesos, una orientación distinta con los clientes o la cadena de valor", sostiene la directora de Whalecom. "Cambiar esa dinámica en la empresa puede significar un conflicto, por eso se vuelcan a emprender por su cuenta", completa.

Para Rodríguez, "el mercado de la construcción no es sencillo. Sin embargo, seguimos brindando un servicio diferencial de pintura y yeso y consolidamos Bomanite", la marca que, en la Argentina, pertenece a Sinteplast y de la cual Rodman es uno de sus franquiciados. "Evaluamos ampliar el abanico hacia todo lo que conlleva posibilidad de elaborar veredas, alisado de hormigón, micro-pisos y el último rubro que agregaríamos es la instalación de durlock", adelanta Rodríguez y no descarta volver al grupo familiar. "Uno es como un soldado para la compañía familiar, siempre que requieran nuestros servicios, obviamente estaremos a disposición", asegura el empresario.

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