Juguetes diferentes: una apuesta a lo artesanal

Emprendedoras decidieron abandonar el estilo comercial que prevalece en la actualidad y volver a la tradición.

Son juguetes diferentes. Sí, de aquellos a los que nos hemos acostumbrado a ver en las vidrieras y en las publicidades televisivas. Estas originales propuestas se destacan por los materiales que utilizan, pues volvieron a la madera y la tela; y porque están hechos a mano. Su leitmotiv es proponer un consumo más amigable con el medio ambiente y estimular a los chicos a divertirse sin estar conectados a pantalla. Aquí la historia de tres emprendedoras que volcaron su esencia en una oferta lúdica que habla de conectarse con uno mismo y el planeta, de crear y desafiar a la imaginación.

"Mi idea fue volver a los orígenes, por contraposición a un juguete de juguetería, seriado. Cada uno de los animalitos es único, los hago como si fuesen para mis hijas, con mucha dedicación e inspirada en los detalles", cuenta Julieta Gerardo, alma de Ernestina, una familia de tiernos personajes de tela cosidos a mano. "Es muy importante que los chicos, desde pequeños, se conecten con el valor de lo artesanal, sin dudas eso se transmite en cada uno de estos ositos, pandas y conejos", revela la diseñadora gráfica. "Estoy contenta porque puedo hacer lo que quiero, se me ocurre una idea y la llevo a la práctica, sin que nadie me diga qué hacer ni cómo. Siento que encontré mi tiempo, antes no tenía 'espacio' en la cabeza, hay que darse el lugar y permitirse pensar… y jugar", cuenta airosa, aunque no sin admitir algunos pormenores: "La desventaja de emprender es la incertidumbre y no tener sueldo fijo. Para combatir esa ansiedad intento armar una rutina y tener ciertos horarios, más allá de los imprevistos". Julieta habla desde su showroom-taller. En realidad, se trata de la casa de su abuela, Ernestina (de ahí el nombre). Si bien ella ya no está, es en su cocina donde entre hilos, dedales y ovillos se sigue tejiendo una trama de historias familiares: a la emprendedora la ayudan su hermana y su mamá y su suegra, quienes visten a zorritos, renos y gatitos. Sus clientas predilectas son mamás y abuelas; trabaja con algunos locales, pero, principalmente, a pedido; y son cada vez más los encargos desde el interior del país.

Al parecer, los empleos "convencionales", con sus rutinas y presiones, no dejan de incomodar ¡Por suerte! Pues se convierten en el empujoncito final para que nazcan nuevos emprendedores, como Daiana Maccarino y su marido, Alexis Lalín. Si bien ambos continúan con sus trabajos, hace dos años que pusieron a funcionar su "inquieta creatividad" y crearon FOGI: una línea de juguetes de inspiración Montessori. "Cuando nos convertimos en papás de Manuel entramos en una juguetería y todo era plástico, ruido y pilas; además de ser importado. Ante ese panorama, diseñamos un juguete que no estuviese en el mercado y que utilizara materiales nobles", explica la Profesora de Educación Inicial y Psicomotricista. Se trata de la Casita de Cerraduras: una casa madera, que, por medio candados, trabas y ganchitos, busca estimular la motricidad fina. Entre otras opciones, a la propuesta también se suman los "Bipeees", figuras de madera muy divertidas que son producto de la imaginación de Felipe, un nene de 11 años cuyo arte fue llevado a 3D en multilaminado de guatambú. Los personajes son: Princesa Hielo, Destructor Roca, Maestra Cangrejo, Guerrera Diamante, Luchador Cactus y Bestia Cámara; y todos tienen como misión que "los niños sean protagonistas, a su ritmo, de su propio aprendizaje y que sean creadores de sus propias historias".

"En un mundo donde vivimos muy conectados, es importante tener una alternativa, un espacio 'offline' donde pasar tiempo con amigos o en familia", señala Mariana Meller, creadora de Liviano. "Surge como resultado de tendencias que se consolidan hoy en el mundo y que fui vivenciando: quiero un mundo más sustentable, con experiencias y productos profundos y duraderos, no superficiales", desafía. Y sus objetos evidencian esa filosofía a la perfección: juegos y accesorios ecofriendly, en tela de papel para pintar, lavar ¡y volver a empezar! "La tela blanca es importada, luego, el proceso de diseño, estampado y producción lo hacemos acá, con talleres de la ONG Cosiendo Redes o empaquetando con el Taller Protegido Idel", cuenta la emprendedora, docente y mamá x dos. Bajo la premisa de "una vida más minimalista, de generar menos contaminación y acumulación", tanto los materiales y objetos, como también sus packagings, son reutilizables o reciclables. Además, también hablan de otra de sus pasiones, viajar. Así, entre las opciones, hay globos terráqueos, mapas, bolsas y mochilas para colorear sin cansarse.

"Emprender fue el inicio de mi independencia, trabajé muchos años en empresas y creía que ya estaba en condiciones de animarme a tomar riesgos y decisiones", destaca la Licenciada en Comunicación y especialista en Marketing. Y coincide con las otras emprendedoras en cuanto a la combinación entre libertad e incertidumbre. Sobre ese último punto, habiéndose formado en Negocios y con amplia trayectoria como facilitadora en programas de Emprendedorismo, plantea la forma de mitigar los aspectos negativos: "Para achicar el riesgo de que les vaya mal es clave estudiar y prepararse en aquellos puntos en los que uno se considera débil. Por otro lado, es importante conocer muy bien a su futuro cliente (no sólo edad e ingresos, sino también sus intereses, hobbies y necesidades más profundas)".

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