Reciclado que genera millones: fabrican mochilas con parapentes en desuso

En 2010, Lucas Desimone y Rodrigo Chapero crearon Baumm, una marca de mochilas que tiene un fuerte compromiso ambiental. Para ganar impulso, la compañía participó de ferias en ciudades como Tokio y Berlín. Produce 1800 unidades al año.

Cada bolso de Baumm tiene una historia previa porque están hechos con parapentes que quedaron en desuso. En la ciudad, este material obtiene una nueva vida, en mochilas que acompañan la cotidianidad de la persona con total liviandad y comodidad. Una vez que el parapente cumple la cantidad máxima de horas de vuelo o bien si sufre algún corte irreparable, es comprado por Lucas Desimone, fotógrafo y cofundador de Baumm desde 2005. Una vez en el taller, el parapente se lava, se corta y se lo cataloga según color.

Baumm es una empresa creada por Desimone y el diseñador industrial Rodrigo Chapero. Ambos realizaron una inversión inicial de $ 5000. Ellos estaban muy interesados en la integración del diseño y el medio ambiente. "Durante un viaje a Nueva York en 2005 vimos unos bolsos de origen suizo que se hacían con lonas de camiones. Cuando volvimos, nos quedamos con la inquietud de recrear esa idea. El problema era que en Argentina la lona de camión se reutiliza mil veces hasta que no sirve más. Por eso comenzamos los primeros bolsos con lonas publicitarias, que se descartaban continuamente. Esa fue la puerta de entrada a la marca y a la parte comercial del diseño. Trabajamos ese material durante tres años", cuenta Desimone.

Llegó un punto en el que los emprendedores no encontraron mucho más que hacer con el material de las lonas publicitarias. En 2008 surgió la posibilidad de probar con un parapente y les encantó el material. Cuando cambiaron la materia prima tuvieron que pasar de morral o mochila. Según Desimone, el material manda en relación al producto.

"Lo que me llevó a emprender fue la inconciencia de la juventud y la propuesta de mi amigo de reutilizar lonas. En ese momento me parecía algo lúdico y una aventura. No estaba pensando en poner un negocio. Nos convertimos en una especie de pioneros de la sustentabilidad. En 2005 nos pusimos a dibujar los morrales y nos presentamos en el festival de diseño TRImarchi en Mar del Plata", relata Desimone. Recién en 2010 se establece una marca comercial con compromisos de producción. A partir de entonces Chapero toma otro camino y se aparta del emprendimiento.

Desimone valora el contacto con los parapentistas. "Ellos saben que yo busco el material de descarte para hacer las mochilas y se los compro. Cuando hablo con ellos por teléfono, te cuentan historias diferentes. Siempre es una aventura", señala.

La producción de las mochilas se terceriza en talleres. La pareja de Desimone lo ayuda con el negocio y él se encarga del diseño y la fotografía. En promedio, el emprendedor produce 150 mochilas por mes.

Regularmente, la marca participa de ferias y exposiciones. Como hitos importantes cabe resaltar que estuvieron en una feria en Tokio en 2009 y en la feria Bread and Butter, de Berlín, en 2015. "Afuera la empresa tuvo una recepción muy buena. El producto es muy llamativo", comenta Desimone.

A nivel local, la firma participó de Puro Diseño. La empresa resulta inspiradora y por ese motivo Desimone dio muchas charlas y conferencias sobre el desafío de usar materiales en desuso como materia prima.

El taller principal y uno de los puntos de entrega es la casa de Desimone, ubicada en Olivos. Las mochilas, también, se comercializan en la Galería Patio del Liceo, en Barrio Norte.

En relación a los obstáculos con los que se encuentra, Desimone dice que algunas veces los parapentes que compra no están en tan buen estado y a veces no sirven. "Cuando llega el material, te incentiva a que te vuelvas más creativo e inquieto. Incluso, nos llamaron de una empresa de carpas para ver si las podíamos reciclar", relata.

El perfil del cliente de Baumm se relaciona con jóvenes de la ciudad. Se piensa para estudiantes, que pueden andar en bici. Muchos las usan para irse de viaje un fin de semana. Desimone cuenta que incluso un grupo de señoras muy mayores se las compraron para un viaje porque les parecían súper livianas. La empresa cuenta con modelos para niños, bolsos deportivos y mochilas medianas. Ahora, incluso se apuesta a las áreas de responsabilidad social empresaria como clientes porque se mostraron muy interesadas en las mochilas para hacer regalos sustentables.

A partir de la venta online, Baumm llega al interior del país. Las mochilas se venden mucho en Córdoba, Santa Fe, Mendoza y La Plata. Actualmente, Desimone intenta concretar una alianza para vender sus mochilas en Bélgica. "Hay gente de ese país que quiere distribuirlas", afirma.

Según el fundador de la empresa, la facturación 2018 viene bastante pareja a la del año pasado. Agrega: "A pesar de este fallido de la economía, la venta se mantiene equilibrada con la del año pasado. Si se tranquiliza un poco todo, se puede proyectar algo un poco mayor. Podemos llegar a una facturación de $ 1,5 millón. Los regalos empresariales son grandes partidas que cuando salen suben el promedio".

 

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