Qué cambios aplicar en su empresa para cuidar el medioambiente y ahorrar costos

Disminuir la contaminación no es -ni debe ser- patrimonio exclusivo de grandes firmas. Las recomendaciones de los especialistas

"Veía que tenía un montón de papeles y me di cuenta de que después de un tiempo terminan en la basura. En ese momento no pensé en el medioambiente, pero sí en que los estaba utilizando sin sentido cuando tendría todos los beneficios en no imprimirlos. Desde la boleta para el cliente hasta las de servicio que me llegan. Ya todos los proveedores me mandan las facturas por PDF y en mi computadora las tengo ordenadas, vienen a reemplazar al viejo bibliorato. Este ahorro del papel lo hacemos muy intuitivamente".

Roque Dupuy es dueño de una ferretería especializada en electricidad con artículos de computación y accesorios para celulares en la Banda del Río Salí, una localidad ubicada a pocos kilómetros de San Miguel de Tucumán. Desde Casa Helena, su negocio, que tiene más de dos años y medio, de a poco impulsa acciones para contrarrestar la contaminación y generar una complicidad ecológica con su clientela. "En el local cambiamos todos los artefactos por led y siempre estamos impulsándolo al cliente con este tema. Es algo que conocemos por el rubro y por eso tratamos de generarle la conciencia a la gente".

Comprometer a los gobiernos, a las empresas y a la sociedad para encabezar nuevas formas de hacer negocios considerando los actuales desafíos ambientales fue el objetivo que propuso la directora ejecutiva interina del departamento Medio Ambiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Joyce Msuya, durante la presentación del informe anual de 2018.

Mientras algunas empresas en la Argentina trabajan con proyectos sustentables y de reciclaje, otras todavía no se alinearon a la ola de concientización que se promulga desde organismos internacionales.

En una entrevista con Pyme, profesionales vinculados al medioambiente afirman que los emprendedores o directivos de pequeñas y medianas empresas no necesitan invertir un presupuesto grandilocuente para sumarse a esta movida mundial y, con énfasis, piden derribar el mito de que actuar en pro de la ecología solo le corresponde a compañías de alcance nacional o internacional.

Un tema que no discrimina

"Hay un marco normativo que la actividad industrial debe cumplir per se, acogerse a las reglamentaciones que tienen que ver con su gestión ambiental y cuestiones administrativas o operativas. Después, hay un montón de acciones que todos podemos hacer desde la industria, independientemente del tamaño de cada una. Esto tiene que ver con la gestión de puertas abiertas de un montón de pequeñas cosas que, sumadas, dan pasos importantes", adelanta Gabriel Valerga, presidente de la Cámara Empresaria de Medio Ambiente (CEMA) y licenciado en Ciencias del Ambiente.

Según el titular de CEMA, que a su vez es socio fundador y gerente Comercial del Grupo Induser, los cambios implementados dependen del grado de compromiso que asumen los empresarios: "Conozco pymes con mucha más responsabilidad ambiental que grandes multinacionales. Depende de cuán tranquilos quieren dormir los directivos y de cuánto riesgo quieren correr frente a la comunidad y a la autoridad de aplicación. Este tema no es patrimonio de una gran empresa, sino de la conciencia individual".

La abogada Silvia Mozeris preside Ambiente Sur, una ONG que se fundó entre 1997 y 1998 en Buenos Aires, y es docente adjunta de la cátedra de Derecho Ambiental de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. La especialista asevera que resulta clave la presión de los consumidores y de las futuras generaciones. "En el mundo vemos, como pasó el año pasado en la ONU, que los jóvenes les exigen a las empresas que empiecen a trabajar en estos aspectos. Pienso en ese llamado de atención que hicieron porque cuando ellos tengan mi edad, si todo sigue como hasta hoy con los procesos industriales, no van a poder respirar", reflexiona.

Sin dejar de subrayar la importancia que tiene el asesoramiento de consultores, los dueños de pymes pueden adoptar medidas significativas por su cuenta. Entre las primeras recomendaciones, Valerga enlista el rehúso de corrientes internas de agua, la optimización del gasto energético, la minimización del uso de agua y el reciclado. "Después tenemos la llamada economía circular, basada en la premisa de que el residuo de una empresa puede ser la materia prima de otra, ya sea de la misma industria o de alguna diferente".

A modo de ejemplo, Mozeris describe un ejercicio que, una vez aplicado en oficinas o comercios, reduce el impacto que genera cualquier actividad. "Muchas empresas identifican cuáles son los artefactos que pueden dejar de estar conectados a la red eléctrica en los horarios en los que no se está trabajando y los ubican en una llave general de corte. En lo cotidiano eso influye en el gasto de energía. Podemos entrar a cualquier casa y seguro encontramos un cargador enchufado sin ningún celular cargando", señala.

A su vez, la ambientalista propone que los sectores de atención al público opten por reducir el uso del papel imprimiendo solo documentos que sean "extremadamente necesarios". Los medios de pago electrónico y las facturas digitales son otras de las variables que las compañías pueden imitar.

En el día a día, el propietario de la tienda tucumana, Dupuy, apuesta por la recolección de pilas de controles remotos y otros dispositivos: "Instalé una botella en el mostrador entonces todas las pilas sin uso o gastadas van ahí. Después voy a entregarlas a constructoras para que las tiren dentro del hormigón así no se expandan. Esta idea la vi en un negocio con un cartel que decía que era por el medioambiente. Es algo bien consciente que implementamos hace poquito. Con el tiempo creo que va a servir mucho".

La bajada de línea

Los especialistas coinciden en que hay que notificar al personal de las medidas que se adoptan. Aunque el presidente de la Cámara Empresaria de Medio Ambiente reconoce que son pocas las compañías que interiorizan a los planteles sobre estos cuidados, aclara que compartir estas disposiciones tiene un doble efecto favorable: "El empleado se siente parte y valorizado. Es un beneficio desde el punto de vista práctico, ambiental y de valorización de los recursos humanos". Mozeris también es contundente: "Es necesario tener un plan de formación de personal con un manual de gestión en estos aspectos que se identifiquen como posibles de rever para mejorar procesos. Sin la formación del personal es imposible".

"A la persona que trabaja conmigo le comento los beneficios, cuál foco consume 80% menos que otro, para que traslade ese conocimiento al cliente, así todos en el negocio tenemos el mismo criterio de atención. Cuando te tomás esos minutos, después vuelven por esos productos otra vez", cierra Dupuy desde la provincia conocida como el "Jardín de la República".

Valerga se muestra optimista y define a la concientización ambiental como "un viaje de ida que no va a retroceder": "Tal vez no va a la velocidad que quisiéramos y en eso tienen que ver con las crisis o que el Estado que no fiscaliza adecuadamente o que a veces falta voluntad política para hacer cumplir la ley en definitiva. Pero cada vez son más las consultas".

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