Más allá del mate: dulces y pinturas a base de yerba

El oro verde también se incluyó en ideas comerciales alternativas. Los casos de dos emprendedoras de Misiones

El consumo de yerba está arraigado en la rutina de los argentinos. Pero, además, la yerba lleva tiempo incorporada en otros rubros, como la coctelería y la cosmética, y el despliegue continúa.

En Misiones, dos mujeres profesionales de diferentes ámbitos adoptaron a la yerba como elemento troncal de sus innovaciones.

Sandra Romero.

"Persigo que queden recuerdos de los sabores, como me pasa a mí con las empanadas agridulces que hacía mi abuela", asegura Sandra Romero, una cocinera que sumó productos delicatessen de yerba mate dentro de su marca de pastelería de autor. Así, hace un año, la línea Alma Guaraní se anexó a Aluminé con una finalidad diferente.

Romero, que estudia Ingeniería de Alimentos, eligió a la yerba para producir y comercializar souvenires o regalos empresariales que distribuyan esta huella típica del Litoral.

Macarrones, muffins, barritas de chocolate crocante, masitas secas, cookies o bombones de licor, todo de yerba mate, forman parte de las cajas que ofrece. Para cocinar no utiliza la yerba de paquete que se compra para el mate tradicional. "Trabajo con un concentrado de polvo de yerba mate, que mantiene las mismas propiedades. Es parecido al café instantáneo. Son infinitas las posibilidades que brinda", explica.

Según precisa, seis unidades de macarrones o seis bombones de licorcitos de yerba mate cuestan $ 100 y un combinado con dos barritas de yerba mate con chocolate, seis macarrones de yerba mate y cuatro cookies verdes, $350. Sus principales clientes son hoteles que organizan eventos y vecinos o turistas que buscan llevarse un recuerdo autóctono de sabor.

De la historia al óleo

En el mundo del arte, Celia Margarita González es Chiquitina Engel, artista plástica de Misiones que se dedica a la pintura hace 45 años. Desde 2011, incursiona en una técnica que incluye a la yerba entre sus pinceladas.

"Es fantástico por la versatilidad del material y las posibilidades cromáticas que brinda. Tiene un color que puede llegar hasta un ámbar muy oscuro", dice, desde la galería de arte, PosArt, que fundó con su marido en Posadas.

Los 42 cuadros de la colección oscilan entre $ 16.000 y $ 25.000.

Engel relata que esta idea le surgió durante su carrera como docente, en la que se especializó en Historia del Arte. "Mi tema preferido siempre fueron las misiones jesuíticas e investigando pude comprender cómo los sacerdotes enseñaron a teñir las telas. El proceso de mis obras es parecido", precisa. Cuenta que primero estudió en su provincia y que luego se licenció a distancia con la Universidad del Salvador de Buenos Aires.

¿Cómo se pinta un cuadro con yerba mate? La artista trabaja con extractos de yerba mate en botellas que le envía una yerbatera local. Luego adapta esa fórmula para plasmarla en el lienzo: "El preparado con agua puede llevar azúcar, de eso dependen los colores marrones, dorados o verdes. Es un líquido que, lejos de ser opaco, es transparente. Al color se llega por la aplicación sucedida de capas".

Chiquitina Engel en su taller.

Por otro lado, el proceso requiere del suministro de temperatura para frenar la oxidación de la hoja.

La licenciada no está segura de que otros artistas en la Argentina plasmen estas pinceladas yerbateras en sus obras, aunque enfatiza que la yerba es usada hasta hoy para el teñido de telas al igual que el té. Los 42 cuadros de esta colección oscilan entre $ 16.000 y $ 25.000. 

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