Teletrabajo: las pymes suman un desafío con múltiples dimensiones

Desde cambios en las estructuras de costos y estándares de productividad, hasta la protección de la salud y la seguridad. Ventajas y desventajas

Tras sucesivas extensiones al confinamiento, al que además se podría reingresar de manera intermitente luego de que se levante, las pymes ya están acumulando experiencia en el teletrabajo y algunas evalúan la posibilidad mantenerlo como esquema, ya sea de manera total o con rotación en la oficina.

La adhesión corporativa a la modalidad se incrementó de modo contundente: según la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de 2017, solo el 7,8% de las firmas del país la tenía incorporada y ahora, según un relevamiento de la empresa Apex América, el 47% desea mantenerla tras la cuarentena.

Al enumerar las ventajas, tanto directivos, como economistas, coinciden en la potencial reducción de costos fijos para las pymes. "Están viendo que es una forma de reducir erogaciones en alquiler o en consumo de energía", destaca Camilo Tiscornia, director de la consultora CyT Asesores Económicos, pero también alude a una transformación más integral. "Hay múltiples dimensiones que habrá que medir e incluir en la ecuación, como la disminución de la aglomeración de personas en el transporte público", afirma.

"Ninguna empresa se va a salvar por pasarse al teletrabajo, pero tiene un beneficio a mediano plazo, no solo por la disminución de costos, sino por el aumento de productividad, porque el personal pasa a trabajar por objetivos", opina Julián Moreno, vicepresidente de La Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), y presidente de Kioshi, una firma que tiene a parte de sus trabajadores en modalidad remota.

Tiscornia y Jorge Colina, economista de la consultora Idesa, consideran que este paradigma puede ir de la mano de un cambio en las relaciones laborales. "En los segmentos de trabajadores de mayor calificación, habrá una disminución del trabajo asalariado y un aumento del cuentapropismo profesional", opina Colina.

SALUD Y SEGURIDAD

Más allá de las regulaciones que se están introduciendo bajo el formato de ley, los trabajadores que encuentren ventaja y adhieran al modelo del teletrabajo -y en el futuro lo elijan- deberán seguir recomendaciones de salud y seguridad.

Lo primero es acondicionar el espacio en el que se desarrollan las tareas para diseñar lo que los ergónomos definen como "la geometría del puesto de trabajo", concepto que incluye el tipo de mobiliario y su ubicación, así como la iluminación, entre otras variables.

"No es lo mismo una silla para almorzar, que no tiene regulación, que un asiento que tiene regulación de respaldo y altura", advierte Pablo Ubriaco, médico especialista en Medicina del Trabajo y miembro de la Asociación de Ergonomía Argentina. "Todo lo que tenga regulación y diseño ergonométrico permite trabajar más tiempo con más comodidad", añade.

Ubriaco distingue entre una mesa para responder eventualmente e-mails y otra para mantener ocho horas de actividad. Además de una silla regulable, recomienda una computadora de escritorio antes que una notebook y, en caso de tener la segunda, adaptarla para convertirla en CPU, sumándole un segundo teclado y otro monitor. "Las portátiles no están pensadas para trabajo permanente, porque la altura del monitor no coincide con la línea de la visión, que debe marcar una línea paralela de la pupila hacia el frente", describe. Lo ideal es que esa línea de visión vire no más de 20 grados hacia abajo o hacia arriba, para no forzar los músculos flexores de la columna, lo cual no solo puede generar fatiga, sino también lesión.

Al elegir la iluminación, lo mejor es optar por las luces cálidas y desestimar las dicroicas, porque generan mucho calor. Y, si hablamos de temperatura, hay que preferir los tapizados de tela antes que los de cuero, que generan sudor y no lo absorben.

La neumonóloga Gabriela Manonelles, coordinadora de la sección de Enfermedades Ocupacionales de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), recuerda la importancia de hacer un check list de procesos acordados entre trabajador y empleador. Debe incluir el buen uso de los dispositivos eléctricos, la distancia con la pantalla (entre 40 y 60 centímetros) y las pausas activas, que incluyan ejercicios con las manos y con el cuello.

En lo específico a la salud respiratoria, destaca la higiene del lugar de trabajo –limpiarlo dos veces por día y no acumular papeles que junten polvo- y evitar el humo del tabaco y aromatizadores (sahumerios, hornos quemadores de aceites y velas aromáticas). "Pueden provocar irritación en la vía aérea", alerta. De hecho, asegura que la exposición al aceite quemado puede generar algunas formas de neumonitis y que el contacto intenso con el humo de la combustión de sahumerios, incienso o maderas puede causar epoc. Para contrarrestar esas emisiones recomienda abrir las ventanas y mantener la calefacción a entre 23 y 26 grados, para evitar también que se sequen las vías respiratorias. "Es importante mantener una humedad adecuada, cercana al 40%, para no generar irritación de la vía aérea", aclara.

Judith Sappag también es neumonóloga y se dedica a medicina del trabajo y ella misma hace actividad remota desde Mendoza para distintas ART. Además, es médica laboral en el supermercado Coto y, desde su doble experiencia de especialista y teletrabajadora, destaca el riesgo de estar "siempre conectado". "La parte difícil es el equilibrio", afirma. Y grafica: "La gente se da cuenta de que pasó todo el día contestando e-mails, respondiendo llamadas y no respetando el ocio". Es por ello que recomienda un orden que habilite un espacio de descanso o recreación.

EXPERIENCIAS

Con 180 empleados, Kioshi se dedica a la construcción de obras de alta tensión para distribuidoras y transportistas de energía. Nació hace 22 años, fundada por ingenieros y técnicos especialistas que la privatización de Segba volcó a la actividad privada.

La empresa tiene a unas 30 personas -pertenecientes a las áreas de administración, ingeniería y licitaciones- haciendo teletrabajo. "La adaptación fue forzada por la coyuntura, siempre lo tuvimos como algo a realizar en un futuro, de modo más parcial, pero el Covid-19 nos arrojó fuera de las oficinas forzosamente", afirma Moreno. El directivo asegura que, "por los relevamientos con el personal, están conformes y hasta contentos".

Consultado sobre si teme que se generen problemas asociados con la salud y seguridad en el trabajo, afirma: "Antes de todo esto, sí, me preocupaba. Principalmente me inquietaba qué cobertura haría la ART si un empleado, por ejemplo, se quemaba con la pava del mate en su casa o cosas similares". "Pero hoy –afirma-, habiendo transcurrido tres meses, no tenemos ningún caso por el estilo. Y creo que es más probable que un trabajador tenga un accidente in itínere que en su propia casa".

Epidata, una firma de outsourcing de innovación y desarrollo de software con 300 colaboradores, también fue una de las que continuó su actividad gracias al teletrabajo e, incluso, lo adoptó antes de que el Gobierno impusiera el aislamiento social preventivo.

Su CEO y fundador, Adrián Anacleto, asegura que los niveles de productividad se mantuvieron y hasta aumentaron, aunque, en realidad, la empresa ya tenía experiencia en home office. Una de sus estrategias para promover la salud de los colaboradores es implementar las denominadas "pausas activas" con ejercicios y elongación. "Estar en cuarentena tiene varios efectos colaterales a nivel mental, que se van agravando con el pasar del tiempo. Estamos con acciones de seguimiento con los distintos equipos, dar charlas virtuales y brindar espacios de recreación", dice Anacleto.

"La pandemia aceleró algunos procesos, como la adopción masiva del trabajo remoto", cuenta Julieta Prada, gerente de Marketing y Comunicaciones Corporativas de Grupo Gestión, una firma de servicios profesionales de búsqueda, selección y gestión de capital humano que tiene un equipo de 450 profesionales. Prada afirma que, a partir del aislamiento, la empresa reforzó la comunicación de recomendaciones relacionadas con la salud, la ergonomía y la seguridad. "Como la importancia de las buenas posturas para trabajar y de las pausas activas", ejemplifica. La compañía tampoco descarta mantener la modalidad de teletrabajo en una situación de "nueva normalidad".

Un relevamiento entre 115 empresas realizado en mayo por Ieral Pyme de la Fundación Mediterránea arrojó que entre firmas de menos de 100 empleados el 30% estuvo activa solo por modalidad remota. "Hay potencial de aprovechar más el teletrabajo", dice Marcos Cohen Arazi, investigador de la entidad.

"El teletrabajo será una necesidad y una oportunidad, pero no todas las pymes podrán adaptarse", afirma Arazi. Y aclara: "Será una necesidad porque persistirán por un largo tiempo las restricciones a la movilidad, legales o voluntarias; y será una oportunidad porque, aun cuando disminuyan las restricciones, existen ahorros de costos potenciales de su adopción".

Julián Moreno plantea los aspectos del proyecto de ley con media sanción de Diputados que inquieta a las pymes, aunque aclara que pueden ser resueltos en la reglamentación. Entre otros, marca dudas sobre los términos de la desconexión. "Entendemos a qué apunta, pero el envío de un correo electrónico fuera del horario establecido no puede ser motivo de reconocimiento de horas extras", añade. El economista Jorge Colina coincide: "Es una limitación conceptual. El teletrabajo es, precisamente, la negación de la jornada, porque cuando trabajás en tu casa lo hacés en el momento en que se te da la gana".

Moreno señala como un elemento que genera incertidumbre la posibilidad de revertir el estatus de teletrabajador en cualquier momento. "Para el empresario pyme, adoptar el modelo de actividad laboral remota puede significar la reducción de los m2. Si, de repente, los empleados solicitan la reversión y no hay dónde ubicarlos, el empresario puede quedar en falta, lo cual es ilógico", remarca.

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