Pymes: el desafío de romper prejuicios y emprender después de los 40 

Antes era una actividad vinculada a jóvenes entusiastas y hoy ya forma parte de la realidad de los adultos experimentados que inician (por deseo o necesidad) sus proyectos personales 

Harland Sanders, 65 años, creador de la famosa casa de pollos fritos Kentucky Fried Chicken (KFC). John Stith Pemberton, 55 años, químico que inventó y patentó la Coca-Cola. Arianna Huffington, 54 años, fundadora del reconocido periódico online 'The Huffington Post'. Así como estos emprendedores +40, la lista continúa y es larga en todo el mundo y en Argentina. El prejuicio de que solo emprenden los jóvenes ya es un mito olvidado. Los adultos con experiencia comienzan a tomar la posta y ser protagonistas (también) del mundo emprendedor. 

Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), un consorcio de investigación académica que recopila información sobre la actividad emprendedora global, se estima que la mayor cantidad de emprendedores del mundo está entre las edades de 25 y 44 años. Argentina, en general, presenta un perfil similar al del resto del mundo. Respecto al perfil de aquellos emprendedores que están involucrados en la TEA (Tasa de Actividad Emprendedora en etapa temprana) el GEM observa su edad, género y nivel educativo. 

Silvia Torres Carbonell, quien dirige la entidad en la Argentina, comparte que, desde 2007, existe una evolución de la composición etaria de la TEA, donde se puede observar un crecimiento de los segmentos que van de 45 a 64 años. En sintonía, comparte que, en el país, se observa que el 15,62% de la población entre 45 y 64 años está involucrado en una actividad emprendedora incluida en la TEA.

16% es la población entre 45 y 64 años en una actividad emprendedora. 45 es la edad media donde se encuentra la tasa más alta de éxitos en emprendimientos.

Causa y efecto

Los perfiles de los emprendedores +40 varían según los desencadenantes que provocó el deseo (o la necesidad) de emprender.

Daniel Tricarico, director Ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA), sostiene que, desde su experiencia, hay una "heterogeneidad de perfiles de personas que están buscando reinventarse en momentos de una coyuntura apremiante, así como algunos emprendedores de base tecnológica que han trazado un nuevo camino los últimos años". Y señala también a aquellos que "recibieron un retiro voluntario y quienes están emprendiendo por necesidad debido al contexto vigente".

En cuando al género de los emprendedores, Consuelo Summers, coach, trainer y experta en Capital Humano, declara en su entrevista con El Cronista que, si bien no hay cifras exactas, existe "un porcentaje algo mayor de mujeres que de hombres emprendiendo". En el caso de las mujeres emprendedoras, explica que la gran mayoría "lo hace por necesidad al ser sustento de sus hogares" y sostiene que, ser emprendedora, les facilitaría "las exigencias de compatibilizar el trabajo y la maternidad, al ser ellas mismas las administradoras de sus tiempos".

Conocimiento aplicado

La frase de que el "conocimiento es poder" cae como anillo al dedo en esta clase de emprendedores. Es, en el campo de su conocimiento, donde los adultos comenzarán a emprender.

Así lo entienden los expertos que coinciden en que los emprendedores +40 se dirigen hacia mundos que ya conocen o se han desempeñado previamente. "Las personas que buscan tener una primera experiencia emprendedora quieren desplegar conocimientos que ya traen consigo. Sea por su profesión o por alguna pasión particular que cultivaron a lo largo de su vida", dice Alejandra Méndez, directora Ejecutiva de INICIA.

Definir los sectores en los que desarrolla la actividad emprendedora en cada economía, será clave para entender el perfil y la complejidad de estos emprendedores. Carbonell, también directora del Centro de Entrepreneurship del IAE Business School, aclara que el segmento ABC1 de +40, por ejemplo, "tiene una mayor incidencia los emprendedores relacionados al sector de servicios profesionales, financieros, economía del conocimiento y tecnología".

70% es la tasa de éxito de los emprendedores mayores al crear empresas, según CMI del Reino Unido.

Para el caso de los emprendedores adultos que emprenden por necesidad, dice que "pertenecen a sectores con menor desarrollo económico y social y presentan una tasa mayor en el sector de servicios al consumidor, minorista y mayorista".

Multitasker

Tan solo seis meses le bastó a Tito Loizeau para decidir (a los 21 años) que trabajar en dependencia, no era lo suyo y que, emprender, sería su camino. Cadena de cines (que terminó siendo uno), fábrica de sillones, barbie store, fueron algunos de los 10 emprendimientos en 25 años.

"Creo que no hay momento para emprender. Casi todas las personas que trabajan en algún momento de su vida van a emprender. Quieran o no hacerlo. Ya sea por vocación o por necesidad", reconoce el Licenciado en Administración.

Con la experiencia de haber empleado a más de 800 personas y haber tenido más de 60 socios, comparte tres claves para emprender: "No hagas nada que no te apasione; haz algo que te diferencie, y el éxito siempre está en la actitud", cierra el experimentado.

Para ayudar a emprender

Tras haber ocupado altos cargos en grandes compañías e inspirarse en un libro, Alejandro Cosentino decidió crear Afluenta, una empresa de la industria Fintech que ofrece finanzas colaborativas.

"Cuando uno tiene una pasión por algo y cree en eso como una oportunidad de negocio el próximo paso es confiar en personas que puedan ayudarte a llevar tu idea adelante", afirma el emprendedor que, a los 48 años y, en dos años, creo una compañía que actualmente opera en México y Perú y posee más de 80 colaboradores.

¿Qué le enseñó el emprendedurismo? "A ser 100% perseverante, a jamás perder la fe, y me enfrentó a ser paciente, a entender que los tiempos de los otros no son siempre los de uno", responde.

El niño emprendedor

El creador de eColón, la primera aseguradora digital de la Argentina, es emprendedor desde los 10 años cuando vendía artesanías con su hermano. Pese a luego trabajar en grandes compañías, el emprendedurismo nunca salió de su sangre.

"Creo que emprender es algo que se lleva en la sangre, vencer el miedo al fracaso, hay que estar dispuesto a hacer sacrificios importantes porque la vida del emprendedor es muy distinta a una vida corporativa donde constantemente hay que estar superándose, innovando y generando valor agregado para todos", sostiene Iglesias.

Es así como no vincula el emprendedurismo con la edad, sino que es un tema más ligado "a la energía bien direccionada gracias a la experiencia obtenida y en la que uno aprende a capitalizarse a lo largo del tiempo".

 
La experiencia, a su favor

Acercarse a los 50 y tener 30 años de vida corporativa en grandes empresas, fue el detonante de Leo Lijtmaer para generar un cambio en su vida. Es por eso que, junto con su colega, Matías D'Attellis, decidió crear BEON, empresa dedicada al e-commerce.

"Sentí que, si había una buena posibilidad de aprovechar la experiencia acumulada a lo largo de tantos años para ayudar a otros, y que el network que había construido en todo Latinoamérica, podía ayudarme en el arranque", afirmó a El Cronista.

Pese a su experiencia, emprender fue convertirse en un multitasking: "Arrancar un emprendimiento implica ocuparse de absolutamente todo, desde las cuestiones legales, impositivas, recursos humanos. Es un proceso divertido porque da la posibilidad de ampliar nuestros conocimientos, pero al mismo tiempo, algo estresante".

Y cierra: "De alguna forma hay que convertir la edad en un activo sobre el que apalancarse para aumentar las chances de éxito".

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