Marta Harff: “Si la inflación no baja, no se crearán puestos de trabajo

Con más de 50 años de experiencia en el rubro, Marta Harff es una referente del emprendedorismo femenino. Con tres locales, 11 franquicias y una facturación de $ 20 millones, no se cansa de embriagar de aromas al mundo con sus productos Perfumum Bue. 

El viaje al pasado, a través de la memoria olfativa, puede revivirse cuando se cruza la puerta de los locales de Marta Harff. Allí, las fragancias vuelan por el aire. Este meticuloso logro, hasta el mínimo detalle de aromas y diseño, es el resultado de décadas de experiencia que lleva en la cosmética y los perfumes Harff, una mujer que supo ser una marca en sí misma en los '90, y que, tras los embates del 2000, volvió con todo e impulsó su último emprendimiento: perfumes ambientales y personales, bajo el sello Perfumum Bue. 

¿Después de años como empresaria y “emprendedora serial –según se definió alguna vez–, ¿cree que se nace emprendedor o se hace? 
No se nace emprendedor, se hace. Hay que trabajar en determinadas características personales, como la curiosidad, la capacidad para asumir riesgos, la aceptación de errores y el aprenizaje, entre otras.

¿Qué disparador le surge a un emprendedor para iniciarse como tal? 
El desafío, poder encontrar una idea y llevarla a cabo para concretarla.

A lo largo de su carrera, participó en distintos proyectos, ¿cómo fue pasar de ser una gran emprendedora a encontrarse en convocatoria de acreedores? 

Me sentí muy mal, era inconcebible. Me tomó  de sorpresa, ya que me enteré el mismo día que los que dirigían la empresa lo publicaron. Luego de retirarme de la firma que llevaba mi nombre, en 2001 inicié un emprendimiento con mi marido, Carlos Tuchi: Mantova, un proyecto de decoración y arte que funcionó durante 15 años. Y entre una cosa y otra, surgió  la idea de Perfumum Bue.

¿Cuál es el balance que realiza hoy de Perfumum Bue? 

Comenzó como una idea que me divertía. Era un reto hacer todo nuevo, para una sola unidad de negocio, un local en Arenales y Paraná (Ciudad de Buenos Aires), sin usar mi nombre, aunque figurara: "Creado y desarrollado por Marta Harff". Fue sustentable en un comienzo y creció  en forma espontánea. Hoy, tenemos 14 locales en el país (3 propios y 11 franquicias), 2 en Brasil y uno en España. Todas son unidades exitosas. Venimos creciendo en productos, clientes y reconocimiento.

¿Hay metas que le quedan cumplir?  

No planifico ni me quedan metas por cumplir. Lo que surja espontáneamente será bienvenido. Lo que espero es que cada local desarrolle su potencial y que se mantenga la tendencia de crecimiento de los últimos tres años. 

¿Cuáles fueron sus mayores logros y fracasos en los negocios? 

Mi mayor logro fue el desarrollo de un emprendimiento a partir de una idea que creé, aprendiendo y creciendo en un rubro que fui pionera, desde la propuesta de líneas de productos de cosmética natural, que junto con la atención y la fidelización de los clientes fueron originales y novedosas. La calidad hizo que se multiplicaran los locales, sumado al concepto de las franquicias, con el que también innové. En cuanto a los fracasos, hubo varios dentro del proyecto que sirvieron para cambiar de rumbo. Por ejemplo, uno de ellos fue comercializar nuestros productos a farmacias y perfumerías que no estaban listas para encarar la venta personalizada. La solución, en ese caso, fue el establecimiento de puntos de venta propios en contacto directo con los clientes. Fue una  oportunidad para testear si los productos nuevos funcionaban o no. Además, escuchando a los clientes, surgieron propuestas que ellos mismos solicitaban.

¿Aprendió más de los aciertos o los desaciertos?

Se aprende más de los errores, pese a que existe una tendencia a repetirlos. Me da bronca cuando eso ocurre. Pero sucede.

¿Qué consejo le daría a un emprendedor que está comenzando o a quien aún no ve que su proyecto despegue? 
No hay consejos. Hay resiliencia, obstinación, esfuerzo, sacrificio, achicar el riesgo y asumir las pérdidas. Y si es necesario, volver a empezar...

Después de una vida empresarial con vaivenes en la economía argentina, ¿cómo observa la situación actual y qué expectativa tiene para el futuro? 

La economía está en un punto de inflexión: si no se baja la inflación, no se crearán puestos de trabajo. Adaptarse no es suficiente. Es el momento para producir el cambio cultural que revierta la decadencia de los últimos 40 años.

¿Ahora es un buen momento para emprender? 

Siempre es buen momento para emprender. A veces es la única y mejor opción...

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