Detectar el momento para emprender

La maduración de la idea y la disposición personal, fundamentales para todo inicio

Los emprendedores se caracterizan por su disponibilidad de energía para sobreponerse a los contratiempos y acometer con determinación su propósito, encarnando la cualidad de crear y dar forma a lo inexistente, plasmando algo que se concibe primero en la imaginación.

"El emprendimiento es un viaje, desde la idea de negocio como punto de partida hasta su materialización, con todo lo que implica (incluida la posibilidad de que trascienda a su fundador). Siguiendo la analogía, hay tres tareas que no se pueden eludir: trazar la hoja de ruta definiendo el propósito y dónde se quiere llegar; diseñar el vehículo con el cuál realizar el recorrido dándole forma a una organización, adoptando un formato legal y organizando la comunidad de personas que estará involucrada, definiendo sus procesos, recursos claves y todo el ecosistema de negocios, proveedores, empleados, socios, aliados estratégicos. Y, por último, pilotear el vehículo gestionando su ecosistema y poniendo en práctica su capacidad de liderazgo para aunar voluntades y lograr la esencia del management", dice Alejandro Figini, director de aqnitio.

Por su parte, Tory Uranga, capacitadora global de emprendedores, destaca que una de las grandes debilidades de las pymes y los emprendedores es la falta de organización. Para gerenciar una empresa, hay aspectos a tener en cuenta a fin de mantener el rumbo: tomar pausas para pensar y enfocarse en ellos. "¿Escuchaste la frase 'en tiempos de crisis algunos lloran y otros venden pañuelos'? Hay que mantener la calma, detenerse a analizar y enfocarse en los objetivos y resultados de la organización. A veces, variará el contexto y habrá que adaptar los objetivos, pero hay muchas maneras de alcanzarlos. En la vorágine en que vivimos, no solemos dedicar tiempo a parar y analizar aquellas cosas que nos dieron buenos resultados durante el año", asegura Uranga.

La mejor forma de sortear cualquier escenario y ser productivos es disponerse capacitarse. Hay que desarrollar habilidades naturales, aprender de los otros y capacitarse en lo que falta y puede ayudar a sobrellevar nuevos desafíos. Aprender es la mejor herramienta, ya que el saber es el mayor activo.

Uranga destaca que "existen dos tipos de mentalidades: la fija (la que ve el vaso medio vacío, que cree que si hoy no sucedió no habrá otra oportunidad, que pone excusas para no avanzar) y la de crecimiento (la cual se predispone a aprender del error y persevera para cumplir sus metas). La actitud positiva es fundamental y hay que sostenerla".

Es importante saber que la competencia quedó obsoleta y hoy es clave colaborar y generar alianzas. "Participar y construir círculos dentro y fuera de la organización que fomenten lazos de colaboración permite delegar, hacer crecer, compartir, aprender y generar una fuerza imparable que aumenta la 'estructura' y propuesta de valor de una compañía y sus integrantes. Trabajar en equipo y en redes bajo la misma motivación y ganas de crecer asegura el éxito fuera de cualquier contexto y genera un hábito positivo", destaca Uranga.

Si bien no hay ningún entrenamiento a la hora de emprender que garantice el éxito, puede ser de gran ayuda contar con asesoramiento profesional para no caer en algunos de los errores más comunes. "Es vital tener una imagen a tres o cinco años sobre cómo visualizamos el negocio. Es un ancla para orientar el rumbo y desarrollar la estrategia: facilita identificar los pasos para alcanzar la meta. Además, hay que contar con un modelo de negocios", dice.

Por último, "hay que comprender la diferencia entre lo económico, financiero y patrimonial a la hora de pensar en los números del negocio: el plano económico se refiere al margen con el que puedo vender mi producto o servicio y me indica si es económicamente viable. Lo financiero lleva a considerar el desfasaje entre el momento de enfrentar los pagos y el momento de percibir los ingresos por ventas. Lo patrimonial permite identificar el aporte que el negocio requerirá de los socios o de apalancamiento externo para cubrir los gastos de equipamiento e infraestructura y el descalce entre pagos e ingresos, sobre todo en etapas de crecimiento, donde la demanda de capital de trabajo puede hacerse insostenible", concluye Figini.

El éxito suele ser la coronación de muchos intentos fallidos. Es recomendable tener en claro qué nivel de riesgo estoy dispuesto a asumir para hacer el corte antes de traspasar el umbral tolerado.

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