El Rosh Hashaná, oportunidad para acercarse a la gastronomía judía

En la previa al inicio del año 5779, el festival se presenta como una oportunidad para emprendedores para visibilizar sus productos y ganar nuevos clientes. Habrá más de 40 puestos de venta de platos de la gastronomía judía y artesanías.

Cabeza de año es el significado de Rosh Hashaná, la festividad que celebra el comienzo de un nuevo año en el calendario hebreo. En Buenos Aires, la organización Limud organiza el festival de entrada libre y gratuita que se realizará el 2 de septiembre, en Palermo, para recibir el año nuevo judío.

Este año tendrá lugar la quinta edición del Rosh Hashaná Urbano bajo el lema "Celebremos el año nuevo. Celebremos la diversidad". En 2017, unas 50.000 personas participaron del evento.

El festival, que se anticipa al inicio del año 5779, contará con más de 40 puestos que venderán knishes, budín de miel, falafel, entre otros. "El gancho más fuerte en la convocatoria es la comida", dice Fernando Rubin, presidente de Limud BA. Además, cuenta que hay una feria de artesanías: "Muchos aprovechan para mostrar lo que hacen y se dan a conocer. Se busca mostrar diversidad".

La feria se desarrollará en la plaza República Oriental del Uruguay, en Austria y Libertador. La música y las actividades forman parte de la agenda de la jornada.

Corina Soriano participa del espacio como feriante hace siete años. "A la feria se acerca gente muy diversa que tal vez no iría especialmente a mi local. Los visitantes miran los productos y quizás no compran en el momento, pero después se contactan conmigo", relata.

La artesana tiene un local a la calle de diseño en Palermo. Cori, el negocio, abrió hace cuatro años. Allí vende tazas, almohadones, bolsos, cambiadores de bebé, cuadernos, entre otros objetos. El 90% de los productos son hechos en la Argentina. Allí cuenta con un sector de judaica. Hay productos que los confecciona ella y otros que los realizan proveedores. Ella se dedica a la decoración de vajilla.

Para prepararse para Rosh Hashaná Urbano, el día anterior decide qué productos va a llevar. Ya empezó a producir artesanías para tener más stock. En relación a las dificultades, Soriano comenta: "El año pasado vendí mucho el apoya saquitos de té y me quedé corta. Es difícil planificar la cantidad".

Soriano intenta llevar una artesanía nueva cada año. Los precios van de $ 25 (un imán) a $ 500 (una bandeja). En general, recupera la inversión que pone para participar del espacio con las ventas durante la jornada. "La feria te abre las puertas porque llegás a mucha gente", dice.

Un producto que gana popularidad en la feria es el bagel. Laura Pollarsky es la segunda vez que participa de este evento con su emprendimiento So Bagel. "El año pasado nos dio mucha visibilidad y nos abrió las puertas para la venta mayorista. Nos conectamos con propietarios de otros negocios que querían incorporar los bagels en su menú", dice.

La fundadora de So Bagel, que hace seis años lleva adelante su emprendimiento, no tiene local propio pero vende por delivery y en eventos. "Es vivir en un espacio público una festividad judía. Toda la sociedad puede ser parte de esto y pasar un buen momento en familia", destaca Pollarsky.

Gabriel Simja Dujov es uno de los socios del local Sheikobs bagels. La persona con quien fundó el emprendimiento es Jacob Eichenbaum-Piksen, un estadounidense y doctor en geofísica que vino a la Argentina de paseo y quedó encantado. Tras instalarse en el país, el joven se cocinaba el típico desayuno neoyorkino, el bagel. Sus amigos lo probaron y comenzaron a comprarle. Con el boca a boca, empezó a vender por Palermo en bici. Así, conoció a Dujov, quien, además, es músico. Tras conocerse, se propusieron abrir el local y lo hicieron en diciembre, en Palermo.

Dujov había participado en Rosh Hashaná Urbano como músico, dado que toca el género klezmer. Este año le pareció interesante participar como emprendedor con un puesto y promocionar su local. El precio promedio de los bagels de salmón o vegetarianos con gaseosa es de $ 200.

El público de Sheikobs bagels es diverso. "Desde familias acostumbradas al brunch, pasando por el vecino del barrio, hasta un público extranjero", comenta Dujov.

Sweet Deco también va a tener un espacio en Rosh Hashaná Urbano. La fundadora del emprendimiento de chocolate, Gabriela Presman, participa hace seis años del festival y vuelve elegirlo porque le permitió acceder a una cartera nueva de clientes, fidelizar al cliente activo y visibilizar sus productos.

Los chocolates que ofrece Presman tienen motivos de Rosh Hashaná. Agosto y septiembre son los meses de mayor trabajo. El público que suele acercarse es el de madres y abuelas. La emprendedora comenta: "Lo suelen llevar para servir con el café de la cena de Rosh Hashaná. Es un producto diferente y gourmet".

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