La Selección y una moraleja para las pymes: errores en equipos y liderazgo

El ingeniero Diego Pasjalidis, experto en estrategias e innovación, analiza los fallos "de manual" de los equipos argentinos y las claves de liderazgo. Los siete elementos que no se deben desatender.

Los entornos exigentes ponen de manifiesto las fortalezas y debilidades de los equipos. Y no me refiero solo a la Selección argentina de fútbol, sino que incluyo a los Gobiernos y a las empresas.

Podemos aprender mucho de lo que nos ha venido sucediendo en los campeonatos internacionales porque vemos en ellos reflejadas nuestras ambiciones y frustraciones como personas y sociedad. Que Messi se muestre débil o preocupado nos enoja porque es el líder, y se convierte en una gran debilidad para nuestro equipo porque “todos perdemos si él no está bien.

También existen otros escenarios en donde deseamos que un líder se equivoque y que todo se derrumbe para demostrar que nosotros éramos lo que teníamos la razón. Esto es algo muy común en organizaciones en donde se le asigna a alguien una responsabilidad que deseábamos para nosotros.

¿El problema es de liderazgo? ¿El problema es de ambición? En realidad el problema es cultural, ya que no estamos acostumbrados a planificar y, por ende, alinearnos. Es como un bote de remos, de nada sirve remar con nuestro mejor ritmo y dirección si estos no están alineados y no tenemos un rumbo fijado.

Los 7 elementos

El modelo de las “7s que popularizó McKinsey e los 80’s simplifica muy bien los factores críticos que debemos saber alinear para que un equipo u organización trabaje de forma constructiva. Tal vez la falta de planificación de la que se jactaba el DT Sampaoli pueda merecer un baño de humildad si se analizara bajo esta óptica.

El modelo plantea elementos “duros como la estrategia (strategy), estructura (structure) y los sistemas (systems),  y elementos “blandos como valores compartidos (shared values), habilidades (skills), estilo (style) y equipo (staff).

Todos estos elementos están vinculados y son interdependientes, por lo que la falla en uno de ellos hace peligrar el desempeño del equipo.

Así, podemos tener el mejor equipo y cada uno con las mejores habilidades para su puesto, pero si no existe una estrategia, una estructura funcional bien armada y un bien liderazgo que los una, el equipo fallará. Es como poner un Ferrari en manos de un conductor inexperto.

Podemos notar los fallos en la asignación de roles y responsabilidades. Messi es un jugador habilidoso pero ¿es un buen líder? Tendemos a promocionar en las organizaciones al buen jugador para ponerlo a liderar equipos sin saber que las habilidades técnicas son muy diferentes a las habilidades de liderazgo que demandará la nueva función. Notemos que esto ocurre frecuentemente en política o empresas familiares, en donde los mejores técnicos generan grandes desastres con sus decisiones una vez que están en el poder por no comprender que deben dejar a un lado parte de los saberes y habilidades técnicas para darle lugar a las de desempeño gerencial..

Sin duda, lo que nos pasa a los argentinos es la falta de alineación de nuestras “7s por la costumbre de no planificar definiendo una estrategia, tal vez justificada por los vaivenes políticos y económicos de nuestra historia.

No tener una estrategia también es tener una, y tal vez la peor de todas, ya que dejamos nuestra suerte en manos de las decisiones de los demás.

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