"El líder que disfruta de su vida, se vuelve más eficiente"

El consultor Pablo Nachtigall explica por qué ser inteligente emocionalmente es tan importante como contar con habilidades duras.

Psicólogo clínico y consultor de empresas, Pablo Nachtigall, autor de Inteligencia emocional en la empresa (Granica), conversó con Pyme sobre la importancia de desarrollar esta habilidad a la hora de gestionar una empresa.

 

¿Qué se entiende por inteligencia emocional (IE) en la empresa?

 

La IE es el autoconocimiento que permite a una persona establecer un vínculo equilibrado con sus emociones y con las personas con las que interactúa. Constituye la capacidad más importante en un líder para generar vínculos gratificantes y cooperativos. Sin ella es imposible desempeñar un cargo gerencial, mando medio o ejercer como CEO. La IE en la empresa permite gestionar las emociones propias y ajenas, a fin de desarrollar mayor inspiración, compromiso y bienestar en su vida y en la de quienes trabajan con él. Permite a un líder combinar eficiencia con buen trato.

 

¿En qué aspectos se ve en las pymes?

 

Hay empresarios con dificultad en resolución de conflictos, manejo del estrés, comunicación emocional y liderazgo. Esto se ve en socios familiares que discuten y compiten entre sí, generando un clima laboral caótico; dueños con conflictos emocionales que afectan su capacidad de concentrarse y tomar decisiones financieras adecuadas; CEOs que dispensan un trato muy paternalista, autoritario o falto de límites claros. En pymes familiares se ven conflictos generacionales, sobretodo en el traspaso de poder.

 

¿Cómo podría optimizarse el desempeño de las pymes con líderes inteligentes emocionalmente?

 

Un líder, si cultiva y entrena su IE, dispondrá de mayor capacidad para escuchar, intercambiar y nutrirse de los aportes de sus socios y empleados; podrá combinar más eficientemente sus conocimientos o competencias duras, y ponerlas a trabajar de manera más sabia y equilibrada. Me topé con CEOs que están bien preparados desde el punto de vista académico pero, a falta de un adecuado nivel de inteligencia emocional, se encaprichaban en sostener puntos de vista que no eran compartidos por sus socios o gerentes, perdiéndose la oportunidad de escucharlos. Un líder que asume el compromiso de entrenar su IE dispondrá de herramientas para optimizar el desempeño de sus negocios. Lo que llamaríamos un líder balanceado que combina bienestar general con crecimiento financiero.

 

¿Cuáles son las inteligencias más necesarias a la hora de emprender y de llevar adelante una pyme?

 

Hay competencias técnicas (duras), que engloban el conocimiento, expertise y recursos de una persona para desempeñar su cargo, y blandas (soft), que abarcan las habilidades emocionales que permiten al líder manejar sus estados emocionales, autoinspirarse, lidiar con la frustración y generar vínculos productivos, cooperativos y equilibrados. Ambas son complementarias. Un emprendedor que carezca de conocimientos y capacitación no sobrevivirá en un contexto volátil. Y, si no desarrolla IE, puede arruinar los resultados de su empresa, a través de tratos inadecuados. Ambas competencias se deben desarrollar de manera proactiva. Aunque, acorde a mi experiencia, un líder que trabaja su IE, si bien puede carecer de conocimientos técnicos, puede compensarlo con su capacidad de nutrirse y rodearse de expertos y profesionales.

 

¿Cómo entrenar la IE?

 

El enfoque adecuado de entrenamiento es sistémico: ayudando al líder a generar mejores condiciones de trabajo para que sus empleados den lo mejor de sí mismos. Un buen entrenamiento en IE implica alentar a un dueño de pyme a cocrear son sus empleados un espacio de intercambio en el cual pueda crearse un clima laboral equilibrado, fijar metas y accionar hacia ellas. Es indispensable que el líder entrene su IE a través de consultores sistémicos, psicólogos, coaches, capacitaciones y lecturas afines. La IE se potencia cuando equilibramos nuestra vida personal y profesional. Es clave balancear la vida fuera del trabajo, hacerla más atractiva, ya que eso genera una energía muy bien recibida por los demás. Una persona que disfruta de su vida dentro y fuera de su empresa, cultivando vínculos gratificantes y comprometiéndose a cuidar su salud y espacios de placer, se vuelve un líder más eficiente, productivo y equilibrado para su empresa.

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