Más de 27% de los emprendimientos, cerrados por la pandemia: cómo hicieron para sobrevivir
Un informe de ASEA muestra las dificultades que pasaron todos los emprendedores argentinos en el último año. Hay muchos que lograron una reconversión exitosa pero exigen medidas sectoriales al Gobierno.
La Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) realizó una encuesta para conocer el impacto del COVID-19 en los emprendimientos a un año de iniciada la pandemia en la Argentina.
De acuerdo al estudio, más de un cuarto de los emprendimientos (27%) afectados de manera negativa tuvo que cerrar de manera definitiva. Entre los motivos principales se encuentran las disposiciones gubernamentales (34%), la falta de clientes (34%), desafíos financieros (11%) y los relacionados con el pago del alquiler del local (9%).
En términos de ayuda estatal, más del 80% de los emprendimientos afectados reportó que no recibió apoyo. La mayoría de esos emprendimientos (65%) sabía de las medidas disponibles, pero no aplicó porque no cumplía con los requisitos de selección (70%). Además, un porcentaje importante (16%) no aplicó porque no supo cómo hacerlo.
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La pandemia aceleró los tiempos de un fenómeno que es habitual en los emprendimientos, tanto en estas tierras como en otras latitudes.
"Si bien siempre es doloroso leer sobre porcentajes de cierre de empresas tan alto, no debe llamarnos la atención. En tiempos 'normales', la tasa de mortandad de startups durante los primeros años de vida es alta", Carolina Dams, directora Académica y de Innovación del IAE Business School de la Universidad Austral.
"En la Argentina, el 20% de las empresas no sobreviven los dos primeros años. Lo mismo ocurre en los Estados Unidos, aunque ahí lo hacen más rápido: el 20% no sobrevive al primer año de vida. La encuesta nos muestra que la pandemia aceleró los tiempos, especialmente en industrias más expuestas a las disposiciones gubernamentales", reflexiona
En la Argentina, el 20% de las empresas no sobreviven los dos primeros años. Lo mismo ocurre en los Estados Unidos, aunque ahí lo hacen más rápido: el 20% no sobrevive al primer año de vida
Casos testigo
Sin embargo, señalan desde ASEA, muchos de los emprendedores se reconvirtieron, lo que prende una luz de esperanza. Los emprendedores siempre ven el vaso medio lleno.
Cristián Jiménez (38 años) en 2019 fundó de "Jerry Colors", una fábrica de polvos de colores biodegradables para fiestas, eventos y carnaval. También brinda servicios de fiesta de la espuma para boliches y carnavales con máquinas de espuma. Este emprendimiento, que tiene base en Santiago del Estero, en 2019 ya empezaba a dar sus frutos en todo el NOA, tanto así que se había alzado con el premio "Pitch Competition de Endeavor" de la región.
Pero en 2020, "con el decreto de la cuarentena y la suspensión de fiestas, carnavales, festivales y hasta el cierre de escuelas (los jóvenes de último año son consumidores importantes de sus productos y servicios), vivimos meses de angustia, incertidumbre y cero ventas", cuenta Jiménez.
Se sabe: el emprendedor suele buscar la forma de salir adelante. Y eso hizo Jiménez: "tratamos de reconvertir nuestro negocio con la fabricación de cabinas sanitizantes, pero tuvimos demoras en los prototipos y aunque fueron escasas las ventas, nos sirvió para salir a flote".
Y desde noviembre del año pasado comenzaron a remontar la venta de polvos de colores, aunque siguen bajas. Como refuerzo, compraron máquinas de espuma más chicas para hacer la "espuma party" en domicilios, lanzaron un nuevo producto, un espumógeno para hacer espuma en la pileta, también comercializan infladores de globos eléctrico y este año añadieron tortas de diseño y mesa dulce temática.
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"Aunque este año también se presenta complicado para nuestro rubro y los grandes eventos, sabemos que la gente no va a dejar de festejar aunque sea en sus casas y para eso estamos adecuando nuestra propuesta de valor", señala.
Antes de la pandemia, José Clemente (45) se dedicaba a la venta de electrodomésticos y máquinas para comercios desde 2012. Su público era el de la base de la pirámide. Incluso ofrecía financiamiento para sus clientes pero con la pandemia ese circuito se cortó totalmente.
Casi un tercio (28%) de los emprendimientos que siguen operando no sabe cuánto tiempo podría sobrevivir de cara a una segunda cuarentena obligatoria.
Clemente se había mudado al barrio de Cardales, en la zona de Campana, y allí comenzó a armar grupos de WhatsApp para ofrecer aquellos productos que todavía tenía en stock. Fue una manera de paliar la caída abrupta que tuvo su negocio. Enseguida se dio cuenta que el público ya era distinto; ahora era el de "la punta de la pirámide", en sus palabras. Así, armando distintos grupos de WhatsApp por área geográfica, logró un crecimiento enorme. Las personas que participaban de los grupos se sentían seguras porque se compraba y vendía "entre conocidos".
Luego, por recomendación de un amigo, probó trasladarlo a un marketplace donde cada uno podría publicar sus productos. Es lo que hoy terminó siendo entrecountries.com, Una especie de "Mercado Libre sólo para barrios cerrados y countries", aunque abierto a cualquiera que desee publicitar ahí un producto y captar ese tipo de público (ABC1), donde se venden hasta casas y autos de alta gama .
Segunda ola
De cara a los desafíos a corto plazo, el estudio evidencia que la falta de demanda o clientes (56%) es la principal preocupación de aquellos emprendimientos que siguen operando.
En un segundo lugar aparece el flujo de caja (39%) y las posibles disposiciones gubernamentales, como nuevas medidas relacionadas al aislamiento preventivo obligatorio o a la reducción de capacidad de los establecimientos comerciales (30%).
Casi un tercio (28%) de los emprendimientos que siguen operando no sabe cuánto tiempo podría sobrevivir de cara a una segunda cuarentena obligatoria.
"Dado el aporte de este tipo de empresas en las economías nacionales y regionales, y dada su vulnerabilidad natural en las etapas nacientes, es clave que el gobierno considere medidas para protegerlas y potenciarlas a través de instrumentos de financiación, como lo hacen tantos países de nuestra región y del mundo entero", señala Dams.
Bernardo Brugnoli, director ejecutivo de ASEA, por su parte reclama un tratamiento fiscal diferenciado para los emprendimientos, que no tienen la misma espalda que las empresas más grandes.
El dato de la encuesta es claro: el 65% reportó que necesita una política de apoyo relacionada a los impuestos.
"La progresividad tributaria es indispensable para que no mueran ahogados en una segunda ola", sostuvo. "Y es fundamental asistir a los sectores afectados por las nuevas restricciones", agregó.
Las respuestas se registraron entre el 4 de marzo y el 20 de marzo, y el relevamiento de los datos se realizó a través de la base de la Asociación de Emprendedores de Argentina, redes sociales y el newsletter Capital Semilla, de Apertura; entre otros.
sebastian C.
Hay que ver el lado positivo, para los emprendedores con ganas de progresar, es una buena oportunidad para irse del país sin perder nada.