Reciclar millones: cómo es el primer commodity de basura

Se trata de una empresa que produce una Leca plástica para usar en construcción y paisajismo que, además de ser eco-friendly, es tres veces más liviana y 10 veces mejor aislante que la piedra partida mineral. Esperan facturar u$s 429.000 este año.

Transformar basura en valor es el lema de Arqlite. La empresa, fundada por Sebastián Sajoux en 2015, desarrolló un proceso innovador que se diferencia de los sistemas de reciclado tradicional por ofrecer valores competitivos con las tasas de enterramiento en rellenos sanitarios, y por reciclar todo tipo de plásticos, incluso los laminados y aluminizados que, hasta hoy, eran considerados no reciclables. El resultado es un nuevo tipo de piedra artificial, que reemplaza a la piedra de cantera, al canto rodado y a la LECA en la industria de la construcción y el paisajismo. Pensado y ejecutado por un equipo de ingenieros argentinos, cuentan con aprobación y demanda internacional.

La piedra artificial Arqlite es liviana, resistente y con excelentes propiedades térmicas y acústicas, por lo que es ideal para proyectos de ingeniería civil. Por ejemplo, para mezclas de hormigón, bases de caminos o drenajes de espacios abiertos.

"Arqlite surge como un spin-off de B-green, una de las principales consultoras ambientales del país, con la que trabajábamos para ayudar a empresas multinacionales, principalmente de consumo masivo, a cumplir sus objetivos de cero enterramiento (ZWtLF). Si bien lográbamos reciclar o reutilizar todos los residuos generados en las plantas, el gran escollo eran los plásticos laminados usados mayormente en la industria de alimentos, para los cuales no existe un proceso de reciclado eficiente. Dicen que enfrentarse al problema es la mejor forma de tomar conciencia, y fue así que descubrimos que el 40% de los residuos plásticos del mundo corresponden a packaging, por lo que nos decidimos a buscarle una solución para estos que fuera eficiente en el proceso, pero también competitiva en costos con los procesos existentes, como el enterramiento o la incineración. Desarrollamos la primera solución de escala, que permite reciclar lo que hasta ahora no se podía. Como resultado de este proceso producimos una leca plástica, similar al canto rodado o la piedra partida, pero tres veces más liviana y 10 veces mejor aislante, cualidades muy atractivas para la industria de la construcción", cuenta Sajoux que, para desarrollar la firma invirtió, inicialmente, u$s 1 millón.

En Arqlite hablan de su producto como el primer commodity hecho con basura porque, debido al tamaño casi ilimitado del mercado, puede ser licenciado a cualquier municipio del mundo que quiera agregarle valor a un residuo que no lo tenía, transformándolo en un producto de alta eficiencia para uso en obra pública. La facturación esperada para el 2018 es de u$s 429.000.

"El primer obstáculo fue el desarrollo tecnológico. Si bien el proceso no existía, luego de varios meses de quemarnos las cejas, nos parecía algo realizable. Una vez que pusimos primera y nos dimos cuenta de por qué nadie lo había hecho hasta el momento. Y resultó tan complejo que nos llevó más de dos años poner a trabajar nuestra primer planta de escala. Otro obstáculo fue el ingreso en la industria de la construcción. Para contrarrestar lo tradicional de este mercado, nos apoyamos en ensayos técnicos que demostraban las bondades del producto y su seguridad de uso. Gran parte de la investigación la hicimos con los departamentos de hormigones y plásticos del INTI", relata Sajoux, licenciado en Marketing y consultor ambiental.

Uno de los mayores logros de Arqlite fue crear un proceso para reciclar plásticos que nadie más puede. Según Sajoux, esta sociedad perfecta entre el reciclado y la industria de la construcción tiene el potencial de terminar con el problema de los plásticos.

La compañía tiene dos segmentos de clientes. Por un lado, las compañías y municipios, a los que les brindan un servicio de reciclado de plásticos complejos mediante el pago de una tasa por tonelada. Por otro, quienes les compran las piedras, mayormente paisajistas y viveros, que las usan como drenante y empresas hormigoneras, que las usan para generar premoldeados u hormigones de obra más livianos y eficientes.

"Nuestro próximo desafío es incorporar los residuos postconsumo generados en los hogares, que hoy son enviados a rellenos sanitarios o basurales. Para esto, vamos a depender de la visión sustentable de los municipios de avanzada, dispuestos a generar un cambio positivo", dice Sajoux.

Sobre la exportación, el fundador añade: "El proceso está pensado como un sistema de aplicación local; recibimos los residuos generados en la ciudad en la que estamos instalados y los transformamos en un nuevo producto que también se utiliza localmente. Así, evitamos la polución por transporte y reducimos la huella de carbono del proceso y de nuestros clientes".

El equipo de Arqlite está desarrollando el manual de operaciones y ajustando cuestiones técnicas para optimizar el proceso. Sajoux agrega: "El siguiente paso es lanzar un sistema de licencias para municipios, que nos permita exportar la tecnología a todo el mundo, ayudando de esta manera a terminar con el concepto de basura".

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