

La Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEMe) conmemora un siglo de compromiso con la ciencia, la innovación y el acceso equitativo a tratamientos que transforman la vida de las personas. Desde 1925, representa a las compañías farmacéuticas y biotecnológicas que lideran la investigación y el desarrollo de medicamentos innovadores, seguros y eficaces, promoviendo una salud basada en la evidencia científica y la calidad.
“Desde hace 100 años, CAEMe representa a los laboratorios farmacéuticos que lideran la innovación en salud, impulsan el progreso científico y contribuyen al desarrollo de la economía del conocimiento en nuestro país. Hemos acompañado la evolución del sistema de salud argentino promoviendo el acceso oportuno de los pacientes a los tratamientos más innovadores disponibles”, expresó Carlos Escobar Herrán, director ejecutivo de la Cámara.
A lo largo de este siglo, CAEMe y sus asociados han sido protagonistas del avance científico en el país. Cada año destinan alrededor de u$s 700 millones a investigación clínica, lo que representa más del 40% de la inversión privada total en I+D del sector empresarial argentino. Este ecosistema impulsa el conocimiento, genera empleo calificado e impacta directamente en la salud y calidad de vida de la población.
El aporte de esta industria constituye un legado tangible: las vacunas, antimicrobianos, antirretrovirales, anticuerpos monoclonales y terapias avanzadas han permitido tratar y controlar enfermedades que antes eran mortales. Hoy las enfermedades cardiovasculares hoy pueden prevenirse y controlarse mejor, la diabetes se maneja de forma integral, el cáncer se trata con precisión y el VIH dejó de ser una sentencia de muerte.

De tratar la enfermedad a prevenirla: un cambio de paradigma
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo y en la Argentina, pero su abordaje cambió. Hoy el foco está en la prevención y el control integral de los factores de riesgo: presión arterial elevada, colesterol, obesidad, tabaquismo, diabetes y estrés.
La innovación farmacéutica permitió desarrollar combinaciones de antihipertensivos más eficaces y seguras, estatinas de última generación y terapias biológicas que reducen drásticamente el colesterol LDL. También surgieron fármacos que actúan sobre el metabolismo de la glucosa y el peso corporal, con beneficios demostrados para el corazón y los riñones.
En paralelo, el avance en imágenes -como la ecocardiografía 3D o la resonancia cardíaca- permite detectar lesiones tempranas y guiar tratamientos. Para casos de trasplante de corazón, hoy contamos con tratamientos inmunosupresores para que el organismo no rechace el órgano.
Innovación que salva vidas
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, entre 2000 y 2020 la mortalidad cardiovascular global se redujo cerca de un 30%, en gran parte gracias al diagnóstico precoz y a las terapias innovadoras. En Argentina, se observa una tendencia similar, con una reducción acumulada estimada del 20% en los últimos 10 años, por la incorporación progresiva de estos avances, que ha permitido que cada vez más pacientes logren un mejor control y vivir más, con menos hospitalizaciones y eventos graves.
Este progreso es el resultado de décadas de investigación, cooperación global y compromiso sostenido de la industria farmacéutica con la salud pública. “El centenario de CAEMe es una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con una agenda de salud que impulse decisiones basadas en evidencia científica, acelere la llegada de terapias innovadoras al país y garantice que sus beneficios lleguen a quienes los necesitan, en un marco de sustentabilidad, transparencia, seguridad jurídica y confianza”, afirmó Gastón Domingues Caetano, presidente de la Cámara.
La medicina de precisión, la inteligencia artificial aplicada al diagnóstico y la telemedicina están redefiniendo la atención cardiovascular.
100 años celebrando la vida y el futuro de las personas
Con motivo de su centenario, CAEMe lanzó “Mi segundo cumpleaños”, una campaña institucional que visibiliza el impacto real de la innovación en la vida de los pacientes. Inspirada en historias verdaderas, la campaña representa ese momento en que una persona vuelve a proyectar su vida tras encontrar un tratamiento para una enfermedad que parecía invencible. Ese día no figura en el documento, pero queda grabado para siempre: es el día en que la ciencia le dio otra oportunidad. Y ese día también merece ser celebrado.













