Una piedra (china)en el zapato

El Mercosur es un club de pobres, cerrado al mundo, con aranceles de importación que espantan a los inversores externos pero satisfacen a los industriales nativos.
El presidente de Uruguay Tabaré Vázquez está peleando a brazo partido para que el comunismo de Uruguay se sienta amigo del comunismo chino. Tabaré piensa tanto en el Tratado de Libre Comercio que pretende firmar con China, donde estuvo el mes pasado, como en la definición del presidente Macri aceptando una estrategia heterodoxa dentro del Mercosur. Pero la cláusula 32 es la piedra en el zapato, la normativa del colectivo que impide negociar en términos bilaterales, el cepo al comercio mundial .
Tabaré, como antes el presidente Batlle, comenzó una exploración para firmar un TLC con Estados Unidos.
En la era Chávez de Venezuela, Lula de Brasil y el kirchnerismo en Argentina, hablar de un avance económico comercial ajeno al Mercosur era poco menos que traición a "la Patria grande".
Tabaré, que mira los apenas u$s 55.000 millones del producto bruto de su país, pretende mejorar una situación de pobreza que está más cerca de lo estructural que de resolución en un futuro inmediato. En Macri va a encontrar comprensión, al menos así lo hizo saber el presidente argentino cuando habló días pasados con la prensa uruguaya, pero también sabe que es un terreno sensible y por lo tanto mejor caminar como si los pies fueron de plomo .
Por de pronto los industriales farmacéuticos argentinos pusieron el grito en el cielo cuando el gobierno pretendió importar 50 millones de productos para necesidades inmediatas, imprescindibles. Voraces para rechazar la competencia pero castigados por un estado que todavía mantiene los coeficientes de castigo impositivos mas altos del mundo, de lo contrario los argentinos no estarían pensando en viajar los fines de semana para comprar en Chile. Un estado ineficiente, gastador, sin contemplación para solucionar los gravísimos problemas de pobreza que se acumularon en los últimos doce años, al menos .
Uruguay es el jamón del sándwich en el Mercosur. Paraguay, que no tiene relaciones diplomáticas con China, está en el mejor de los mundos, con un crecimiento anual sostenido que gira alrededor del 6 % con un actividad económico comercial creciente. El bienestar provoca más entusiasmo que la política.
El último período de bonanza en las cuentas públicas de Uruguay se ubicó entre los años 2005 y 2010 ( crecimiento del PBI 7,5% en 2005, 7,8% en 2010, Ministerio de Económica y Finanzas), los años de la super-soja como ocurrió también en Argentina. Adonde terminaron los cuantiosos fondos que generó el campo en ambos países es una deuda todavía sin explicar, al menos en mejora de la infraestructura básica no hubo efecto alguno.
La discusión del Mercosur con Europa por avanzar en un tratado de libre comercio también lleva al menos diez años y nada parece indicar que la solución esté a la vista. Pero no es el único caso, también la Unión Europea lleva otros diez años intentando algo parecido con Estados Unidos sin ningún resultado. La Unión Europea también es un club cerrado, pero de ricos.
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