Truco, ‘langas’ y el bono de fin de año

La dirigencia empresaria buscará que la mesa que inaugura hoy el Gobierno para sentarse junto al sector privado y la CGT a discutir el bono de fin de año funcione en dos direcciones en simultáneo: cómo mejorar el bolsillo a fin de año y el debate sobre lo que vendrá. Un sector del Gobierno parece querer lo mismo pero, por ahora, lo que predomina es el tironeo de un partido de truco de coyuntura. 


Cuando los referentes del sector privado vuelvan a desfilar por Balcarce 50, habrá inevitables pases de factura por el saldo del ‘meeting’ anterior. A principios de este año, el Presidente había convocado a cerca de 300 empresarios para pedirles moderación en la suba de precios. Lo mismo les reclama a los sindicalistas con el paro que aún no parece totalmente desactivado. "Se le rieron en la cara, los empresarios no ayudan al Gobierno", disparó el secretario administrativo de la CGT, Omar Plaini, en radio Mitre, con relación a la inflación de los primeros meses del año, que ahora parece contenida en términos generales pero no en la sensible canasta alimentaria. 


A poco menos de un año de gestión, sin duda ya hay un desgaste entre el Presidente y un sector del empresariado aunque considere afín a este Gobierno. "Macri prefiere conversar con los sindicalistas antes que con los dirigentes empresarios", confiesan -a contrapelo de lo que indican sus antecedentes familiares, en el corazón de uno de los ministerios clave para el diálogo con los gremios y los gobernadores y muy cerca del salón donde hoy se sentarán todos a definir qué pasará con el bono de fin de año. Desde el ala más política del gabinete crece el descontento con algunos hombres de negocios y también aumenta la tensión con parte de la cartera de Producción. Habría cambios en los equipos de Diagonal Roca, donde se busca político con perfil técnico (y no al revés) para vigilar y también penalizar abusos empresarios. "Los que se hacen los langas y no invierten en la Argentina, se van a perder los negocios", auguró el presidente provisional del Senado en el 52 Coloquio que IDEA realizó en Mar del Plata la semana pasada. En realidad, Federico Pinedo le puso lunfardo al malestar creciente del propio Macri. 


Al Presidente lo enojaría que las dudas de los locales para invertir en su propio país hayan traspasado las fronteras. Fuentes gubernamentales y privadas en España, Italia y Alemania confiaron que hoy inquieta más saber sobre qué pasará con "las elecciones de medio término" que sobre el impacto de las nuevas condiciones macroeconómicas que le reconocen tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea. Es cierto que las dudas se exportaron pero también existe legítima inquietud por parte de los partidos tradicionales extranjeros sobre si este Gobierno quiere consolidarse como una nueva fuerza política en la Argentina o sólo quedar en la historia como el frente que le ganó una elección al peronismo. 


Extenuado aún por el traqueteo del 52 Coloquio, el presidente de IDEA Ignacio Stegman, en diálogo con El Cronista señaló: "Estamos muy contentos porque logramos entender que hay que trabajar al mismo tiempo lo económico, lo público y lo institucional". Como balance del encuentro que esta vez logró imponer la temática de los paneles a la de los pasillos, Stegman agregó que "hay que discutir lo económico para tener desarrollo en el país pero los empresarios somos también ciudadanos y nos interesa lo institucional para sostener, por ejemplo, la generación de empleo en el futuro". Los datos asustan: la mitad del empleo que se genera hoy es informal y la mitad de los trabajos que actualmente se conocen están en proceso de extinción debido a los cambios tecnológicos. 


"Este escenario requiere que todos salgamos de las trincheras sectoriales y nos pongamos a trabajar", consideró Stegman, quien confirmó que IDEA ya viene trabajando en mesas de diálogo entre sector privado y gremios. Por ejemplo, desde esa entidad hubo encuentros reservados con Hugo Moyano, Antonio Caló, el Momo Venegas y los ministros de Trabajo, Jorge Triaca, y de Producción, Francisco Cabrera. Todos esos papers los entregaron en Mar del Plata en los almuerzos, también reservados, a parte del Gabinete que asistió. A los funcionarios les arrancaron el compromiso de continuar con más convocatorias de diálogo para este fin. Por ahora no hay fechas de reuniones programadas, más allá de las cuestiones de coyuntura. 


Amagues de mesas de diálogos para cuestiones de mediano plazo hubo millones durante varios gobiernos (incluso los kirchneristas). Las convocatorias siempre surgen en cercanías de fines de año sospechosos de tensión social o cuando se avecinan elecciones claves. La oportunidad siempre está. Dependerá de todas las partes que esta vez sí se cante ¡quiero retruco!

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