Pese al enfriamiento, el consumo se mantuvo estable en 2012

En términos estrictamente económicos, el 2012 no fue un año para destacar. Después de una expansión de 6% en 2011, el crecimiento económico se desaceleró a 1% el año pasado, por múltiples causas: la sequía, la menor demanda externa, las restricciones a la importación y el cepo cambiario. En tanto, la inflación se mantuvo firme, en un rango del 23% (Provincias) al 26% (Congreso), superando nuevamente el ritmo de devaluación del tipo de cambio (14%) y causando otro año más de apreciación real (-7% en términos multilaterales). Así todo, en este año no muy favorable, algunos indicadores registraron resultados relativamente positivos.
Entre ellos, el consumo privado, importante en varios aspectos. En el económico, dado que su expansión explica más de 2/3 del aumento del PBI en la última década. Y en el discursivo, ya que el famoso modelo de inclusión social con matriz diversificada permitió aumentar el consumo en todas las capas sociales. Entonces, ¿qué pasó con el consumo en 2012? Veamos segmento por segmento.
Las ventas reales (esto es, descontando el efecto de la inflación) en supermercados terminaron el año con una expansión del 3% anual. Aunque esa cifra luce modesta, se trata de un segmento de poca volatilidad, asociado a necesidades básicas que han de satisfacerse independientemente del contexto económico. En cuanto a los shoppings, las ventas se mantuvieron estables. En tanto, en el segmento minorista, relevado por la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), las ventas de 2012 cayeron un 2% respecto al año anterior. Los rubros más afectados fueron los golpeados por el cepo cambiario (como materiales para la construcción y servicios inmobiliarios) y los relacionados con bienes importados. Por último, el mercado automotriz experimentó una leve caída (-3,4%), debido, entre otras cosas, al incremento en los precios de lista, demoras en el ingreso de vehículos del extranjero y la escasa financiación en las operaciones de vehículos usados.
A grandes rasgos, entonces, en 2012 el consumo se mantuvo prácticamente en el mismo nivel que el año anterior, récord en la mayoría de los segmentos. Dado el pobre desempeño de la economía, este resultado es todo un hecho positivo. Las claves para esta performance estuvieron en cuatro puntos.
En primer lugar, no hubo pérdida de poder adquisitivo. Los ingresos de las familias (sean salarios, jubilaciones o planes de asistencia social) se movieron en línea con la inflación, aunque con disparidades. No fue idéntico el aumento salarial de los trabajadores en negro de quienes están formalizados, y dentro de este grupo, también existieron diferencias de acuerdo al sector. Pero, en líneas generales, el aumento de los ingresos empardó la suba de precios.
En segundo lugar, la continuidad del financiamiento barato. A pesar de que hubo cierto aumento en las tasas de interés, todavía se mantienen por debajo de la inflación. Con lo cual, aunque con menor intensidad, la economía sigue estimulando el consumo, en detrimento del ahorro.
En tercer lugar, los descuentos y promociones. En su afán de capturar y mantener clientes, muchos bancos siguieron adelante con sus políticas de cuotas fijas y sin interés (aunque ahora algunos parecen discontinuarlas), además de sumar importantes descuentos y promociones con distintos comercios. En algunos casos, incluso se llegaron a ofrecer descuentos de hasta el 50% con algunas tarjetas de crédito.
Por último, el cepo cambiario. Antes de abril / mayo, cuando se intensificaron los controles a la compra de moneda extranjera, muchos argentinos destinaban parte de sus ahorros a la compra de dólares. Con ese canal cerrado, y con pocas alternativas para efectivamente ahorrar (por la inflación), algunos decidieron gastar parte del dinero sobrante. Quienes pudieron, compraron propiedades y autos. Otros, con menos ahorros, viajaron, compraron LCDs, computadoras o cambiaron el equipamiento del hogar. En definitiva, se consumieron parte de lo que antes ahorraban.
Ahora bien, ¿qué podemos esperar para el 2013? Consideramos que el consumo volverá a crecer, aunque a qué ritmo dependerá de lo que pase con cada una de las claves mencionadas previamente. Sin embargo, hay otras dos cuestiones a tener en cuenta. La primera, que la economía va a retomar el crecimiento (aunque no a tasas chinas, obviamente), lo cual expandirá los ingresos. La segunda, que el 2013 es un año electoral, con lo cual el Gobierno probablemente intente evitar los ajustes que necesita la economía por los costos políticos que implican. Por el contrario, el aumento del consumo mediante políticas expansivas (como las anunciadas hace pocos días), es una pieza fundamental de la estrategia oficialista, en un año políticamente crucial para la supervivencia del oficialismo.
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