La innovación que puede salvar a Japón

El Gobierno japonés sólo pidió una cosa: recen por nosotros.
En Global Innovation Commons quizás hayan rezado por ellos pero hicieron además algo que podría ser la ayuda individual más importante para contener el desastre que se abatió sobre ellos.
GIC puso a disposición del país una extensa lista de patentes y tecnologías libres (es decir sin propiedad intelectual), para contener los efectos del terremoto e inclusive enfriar las plantas nucleares que amenazan el cielo de Tokio.
Es un tesoro de valor incalculable, provisto por miles de personas de diferentes países, donde se puede obtener información sobre técnicas de emergencia para construcción de rutas, potabilización de agua, obtención de energía solar o manejo de crisis en reactores nucleares.
Pero este no es el primer desastre que intentó solucionarse o aliviarse de este modo. La empresa Innocentive, creada por la farmacéutica Eli Lilly, se especializa en solucionar problemas de terceros utilizando una red de 200.000 científicos alrededor del mundo.
Años atrás Innocentive detuvo un derrame de petróleo en Alaska, gracias a la solución propuesta por John Davis (uno de sus 200.000 solucionadores, que ganó por ello un premio de u$s 20.000), y a sus conocimientos de la industria cementera que aplicó en ese caso.
¿Qué tienen estos dos casos en común? Son parte de una nueva tendencia para crear productos, servicios o para solucionar problemas. Se llama Innovación Abierta.
En la Innovación Abierta ya no son las empresas cerradas sobre ellas mismas las que crean nuevos productos, dentro de sus laboratorios de I+D. Las empresas trabajan hoy como centro de una amplia red de científicos, tecnólogos, universidades y gente que simplemente tiene el conocimiento o la capacidad de sugerir o desarrollar lo que se necesita.
La palabra clave aquí es colaboración y el sistema ya funciona exitosamente desde hace décadas en el mundo del software. Aunque ya ha superado sus límites. El 50% de los productos que lanza Procter & Gamble, por ejemplo, tienen al menos algún componente desarrollado fuera de la empresa.
Empresas como Dell o Hewlett Packard tienen sus propios sitios de Innovación Abierta para recibir ideas y desarrollos de terceros y hasta Fiat acaba de lanzar un vehículo (el Fiat Mio), desarrollado con la colaboración de 17.000 personas que sugirieron 11.000 ideas de diseño.
Pero aunque las grandes ya están lanzadas totalmente en esta tendencia, sus beneficios alcanzan a todas las empresas, no importa su tamaño. Estos son 3 tips para aplicar la innovación abierta en cualquier empresa.
1. Comience por buscar en lo que ya se ha inventado. Si tiene una necesidad concreta, vea qué se ha creado antes. Visite otro país, observe sus productos, acceda a bases de patentes, lea revistas técnicas, visite sitios como http://www.globalinnovationcommons.org/
2. Identifique a sus fuentes. Haga como los periodistas: identifique quiénes son sus proveedores de información y desarrolle una relación provechosa con ellos. Proveedores, clientes, universidades, publicaciones y hasta (¿porqué no?) algún competidor, pueden ser sus fuentes.
3. Lance un concurso. No hay nada que estimule más el pensamiento que un desafío. Plantee un desafío interno, a sus empleados. O mejor aún, plantee un desafío abierto. Convoque a los mejores para que solucionen sus problemas o ideen sus nuevos productos. Ponga un premio, un estímulo. Siempre es más barato que cualquier otro medio de innovar.

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