Kirchner vs. Clarín, guerra con vencidos y sin vencedores

Por Fabián Doman Periodista y director de Enciclomedios.com

En general todo conflicto termina teniendo vencedores y vencidos. Hay victorias pírricas: el fruto de la victoria es menor a la pérdida sufrida. Están las derrotas que merecieron ser victorias y que convierten al derrotado en un ganador moral. Y hasta existen las victorias que avergüenzan, sin olvidarse de las derrotas que engrandecen.
Lo que no abunda es una guerra con vencidos, pero sin vencedores. Algo así como una victoria y una derrota pírrica.
Sin ningún tercero que todavía se vea favorecido, la guerra Kirchner-Clarín solo tiene bajas, derrotas y malas noticias para los dos bandos.
No tiene mucho sentido ponerse a analizar quien comenzó las escaramuzas. Solo sabemos que el viernes 7 de diciembre del 2007, tres días antes de que CFK asumiera el poder, las cosas entre Néstor Kirchner y Clarín marchaban muy bien. Ese día, en uno de sus últimos actos formales como Presidente, Kirchner ordenó a Guillermo Moreno que la Secretaría de Comercio Interior -sobre la base de un dictamen hecho a las apuradas de la CNDC- autorizará la fusión de CableVisión y Multicanal.
Cuenta la leyenda, que en aquel tiempo regía un pacto entre Kirchner y Clarín, por el que el primero se asegura la (re)elección para Cristina, a cambio de entregarle a Clarín una buena parte del negocio de la TV por Cable.
Después las historias se bifurcan. El gobierno dice que el primer ataque provino de Clarín, con el caso de la valija de Alejandro Antonini Wilson. En el principal multimedios explican que de la noche a la mañana pasaron de tener una relación “normal a ser enemigos acérrimos del nuevo gobierno. Y que una cosa fue llevando a la otra, hasta la ruptura definitiva, a partir del conflicto del gobierno con el campo en el primer semestre del 2008.
¿Cómo se mide en un caso y en el otro la victoria o la derrota?
En el caso de Kirchner, la forma de medir el éxito o el fracaso es una sola: el resultado en las elecciones presidenciales del 2011. No parece Kirchner ser el prototipo de dirigente político que jubilado en una casa de campo, mire todas las mañanas los palmares de sus victorias morales, ocultas detrás de derrotas políticas. Kirchner entra a una pelea para ganarla. No para perderla y convertirse en un mártir moral.
Hasta ahora la única experiencia electoral importante que debió enfrentar Kirchner enfrentado con Clarín fueron las legislativas 2009. No solo las perdió, sino que el multimedios fue parte de uno slogans más repetidos de ese campaña con el famoso “¡¿Qué te pasa Clarín?!2. Por lógica, si Kirchner enfrentado con Clarín, perdió, el multimedios ganó.
La segunda cuestión en la que el kirchnerismo tampoco suma -aunque íntimamente piense lo contrario- es en la guerra contra lo que la Presidente llama el “país virtual . No ha habido gobierno en el mundo moderno que no se haya visto, tentado a seguir a Richard Nixon en su cruzada contra los medios, bajo la premisa de que sus administraciones no hacen las cosas tan mal. Y que el problema no es la política, sino los medios de comunicación que sólo comunican lo malo. En esto, el kirchnerismo, no es original. Napoleón Bonaparte a comienzos del siglo XIX se preocupaba personalmente por controlar lo que decía en aquel tiempo la prensa (escrita). Y como sabemos a todos, comenzando por el propio Napoleón, les llega su Waterloo
Por su parte, Clarín perdió en estos meses de guerra, algo sagrado: nunca sus intereses de grupo como tal, habían quedado tan expuestos y confundidos con la crónica diaria de las noticias. Ese paso en falso fue superado en los últimos tiempos y ahora se tratan de dar las malas noticias (para el gobierno) sostenidas en crónica periodísticas que la justifican. Inclusive dentro del propio multimedios reconocen lo que encuestadores, analistas y sociólogos les están repitiendo en privado: Clarín no goza hoy de la credibilidad de otrora para referirse a los temas que los involucran. Comenzando por Papel Prensa y terminando en el caso Noble Herrera.
Esto salpimentado con una caída en las ventas de lo que fue su nave insignia, el diario papel (hoy el core-business del Grupo es el negocio de la TV por Cable). En el último año, Clarín diario viene perdiendo más ejemplares que la competencia y en un promedio superior a la baja natural mundial de la prensa escrita.
Para el final, dos grandes preguntas: ¿Existen antecedentes de que un gobierno haya logrado continuidad en una elección de Presidentes manteniendo un enfrentamiento a vida o muerte con el principal multimedios de ese país? Y la segunda: ¿Existen antecedentes en algún país de que un multimedios resulte ileso después de mantener una pelea a vida o muerte contra el gobierno de turno por más de tres años?
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