El Turismo está sin rumbo

Si es que algún resabio quedaba de la supuesta política de estado con relación al turismo, la intimación a LAN para abandonar el hangar que opera en Aeroparque termina de demostrar que la industria del turismo está sin rumbo.
Argentina tuvo la habilidad de hacer del turismo una de las armas del rescate del naufragio de la crisis económica del 2001. La Semana Santa del 2012 fue el inicio de un proceso que demostró las oportunidades que ofrece esta industria.
Durante el período 2002-2011 se produjo un explosivo crecimiento del negocio pasando de recibir 2,8 a 5,7 millones de turistas. Un 102 % de incremento que le permitió ubicarse como el principal receptor de Sudamérica.
Pero las cosas ya no son lo que fueron.
Es claro que evidentes razones que el relato insiste en negar han cambiado el curso de la historia del turismo en Argentina.
El proceso inflacionario, el cepo al dólar y el enrarecimiento del clima de negocios están castigando duramente al sector como lo muestran claramente los datos que provee el Indec a través de la encuesta ETI (Encuesta de Turismo Internacional). Según éstos, en el 2012 la llegada de turistas internacionales descendió un 4,6% y en lo que va del año hasta junio, la caída se ha profundizado al 13,5%.
Claramente el proceso tiende a magnificarse de forma alarmante y es penosamente evidente que el mismo está a contramano de lo que ocurre en la mayoría de los países de la región.
En el 2012, Brasil creció un 4,5%; Chile un 13,3%; Colombia un 7%; Ecuador 12% y Perú un 9,5%. Proceso que se continúa experimentando durante el corriente año.
Pero si los apuntados problemas con relación al dólar y demás no han sido ya suficiente castigo para el sector, la referida intimación a LAN continuarán profundizando el daño.
Aerolíneas Argentinas no solo es un agujero negro que horada el presupuesto nacional sino que es una compañía que en condiciones de igualdad no está en condiciones de competir con ninguna de las buenas compañías que operan en la región, salvo que haga uso de condiciones monopólicas o preste servicios a precios considerablemente más económicos.
Bastaría con oír las voces de viajeros frecuentes y experimentados, los cuales se resisten a utilizar a Aerolíneas como su medio preferido de transporte.
Ni hablar de lo que podría llegar a ocurrir si se avanza con esta idea que los rumores acaban de instalar con relación a la posible toma de la administración de Aeroparque por el mismo grupo que conduce la línea aérea de bandera.
El turismo tiene todas las condiciones para convertirse en una poderosa herramienta de transformación para el país. Los 5,6 millones de arribos del 2012, los cuales serán muchos menos de persistir estas condiciones, podrían convertirse en 10 o 12 millones muy rápidamente con solo sincerar algunas de las cuestiones que se insiste en negar.
Sin duda el turismo en Argentina está sin rumbo y lo que es peor con destino incierto.
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