Barajar y dar de nuevo

Para entender lo que sucede con el sujeto ético de esta época, es necesario pensar en la cultura de este tiempo, y comprender el tejido social que se desprende de ella. Cada cultura crea un modelo, da normas y límites a esta problemática, y nos permite reflexionar acerca de este tema, por lo que debemos observar con detalles sus legalidades y comprender cómo se construye el sujeto.
Las emociones influyen en los juicios morales. Tienen la función de generar estímulos que nos impulsan a remediar la injusticia. El amor nos incita a tener una observación amorosa de la realidad, la reciprocidad a ser solidarios, y el arrepentimiento para sanar una mala acción.
Otra visión de este tiempo es el relativismo cultural, concepto que emplea la filosofía para nombrar una manera de entender la realidad y el conocimiento. Cuando el relativismo se centra en el discurso, es allí donde se pierde la comparación, la discusión de ideas.
No creo que exista una verdad absoluta, pero sí considero que hay verdades; como también hay mentiras.
Vivir en una sociedad plantea un principio de convivencia, de respeto y confianza en la ley y en donde se debe defender esos principios para rescatar el valor de la vida, incluido en ello el sentido ético.
Y aquí se hace presente la ética en el sentido que plantea Emmanuel Levinas, como "reconocimiento de la presencia del semejante que genera una ruptura en mi egoísmo. Y está en mi ser poder considerar al otro como subjetividad." Levinas, afirma al Otro: "La persona es meta y origen", escribió. Le dio a la ética un sentido único, le dio potencia y colocó al otro hombre antes que todo lo demás, no es una cuestión reflexiva sino experiencia, se vive. Su filosofía se distingue por que su pensamiento se funda en la experiencia ética del cuerpo del otro, de su presencia corporal .
¿Pero que nos pasa? ¿Cómo debemos pensarnos en esta época sin desarmarnos en un relativismo que nos debilita?
Si el hombre ético fracasa, naufragamos todos. Debemos hacernos cargo de la responsabilidad que tenemos cada uno. Es necesario empatizar con el otro y desintegrar el egoísmo social, con la posibilidad de madurar y generar condiciones para que la sociedad logre transformarse instalando la ley para rescatar los valores morales con los que se construye el sujeto.
Uno de los desafíos más importantes que debemos llevar adelante es convocar al pensamiento ético porque hay una responsabilidad que no terminamos de hacernos cargo.
¿Estamos dispuestos a dejar de pensar la idea de es lo que hay, roban pero hacen, y no hacer nada para cambiarla?.
Suponemos que nada puede cambiar, pero cuando se estructura el sujeto, las emociones están de nuestro lado, el amor nos incita a buscar el bien, y la cooperación nos hace más éticos y solidarios.
¿Pero nos cansamos como sociedad del robo y la corrupción? Esta reflexión aun no está asumida. Es nuestra deuda pendiente.
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