Argentina no se entera de la guerra de divisas
El hecho de que el IPC haya aumentado la inflación durante enero cerca del 3%, según los estudios más serios, ha colocado a la Argentina no solo entre los países top en materia de depreciación monetaria, sino que la aleja cada vez más de la realidad global. El FMI prevé un crecimiento del PIB mundial del 3.9% para 2013, empujado por las economías emergentes que crecerían el 5.9%. Estamos hablando de Brasil, Rusia, India y China, también México, Turquía, Sudáfrica y algunos del Sudeste asiático y Argentina no se entera. Las proyecciones de cinco años indican que, en gastos de consumo, los emergentes agregarán US$ 1.2 billones a la economía mundial, mientras que los países industrializados solo 700 mil millones.
Pero si hay un indicador de que Argentina no se entera del humor mundial es el hecho de que el dólar baja y sube, hasta 30 centavos en un día, no solo demostrando la falta de seriedad de la política monetaria sino el aislamiento mundial ya que, en el globo, el dólar se deprecia. El fortalecimiento que el euro ha vivido especialmente a partir del verano boreal, cuando llegó a 1.20 respecto al dólar, se está convirtiendo en una amenaza para la competitividad europea. Desde noviembre, el euro ha alcanzado máximos, hasta 1,37 dólares. La explicación no solo hay que buscarla en la relativa y tensa calma que ha invadido Europa tras la tormenta de deuda soberana, sino también, y especialmente, en las políticas monetarias muy expansivas de los Estados Unidos y Japón, dirigidas a provocar la depreciación de sus divisas.
Pese a la férrea ortodoxia monetaria alemana, fundada en una prevención histórica frente a la inflación y la híper, la canciller alemana, Angela Merkel (foto) señalaba hace unos días a su preocupación por la estrategia del Banco de Japón, además de advertir que si todos los bancos centrales actuasen como el europeo, no habría problemas. Pero como ni en los Estados Unidos ni Japón están actuando como el Banco Central Europeo, ello puede provocar a corto plazo una nueva guerra de divisas de la que ninguna economía -en un mundo globalizado- obtendría un beneficio real.
La Europa del euro no dispone de la misma flexibilidad que Washington o Tokio para tomar decisiones de política monetaria. Han sido las estrategias adoptadas por el Banco de Japón, en forma de compra de activos, y de la Reserva Federal, a través de inyecciones de liquidez y de una política de tasas de interés cercanas a cero, las responsables del creciente flujo de dinero hacia el euro. Precisamente por ello, y por el riesgo que supone para estadounidenses y nipones una Europa en recesión, sería aconsejable que las políticas de los bancos centrales fueran más acordes con el mercado y menos resultado de las decisiones de burócratas y políticos geniales.
Pero si hay un indicador de que Argentina no se entera del humor mundial es el hecho de que el dólar baja y sube, hasta 30 centavos en un día, no solo demostrando la falta de seriedad de la política monetaria sino el aislamiento mundial ya que, en el globo, el dólar se deprecia. El fortalecimiento que el euro ha vivido especialmente a partir del verano boreal, cuando llegó a 1.20 respecto al dólar, se está convirtiendo en una amenaza para la competitividad europea. Desde noviembre, el euro ha alcanzado máximos, hasta 1,37 dólares. La explicación no solo hay que buscarla en la relativa y tensa calma que ha invadido Europa tras la tormenta de deuda soberana, sino también, y especialmente, en las políticas monetarias muy expansivas de los Estados Unidos y Japón, dirigidas a provocar la depreciación de sus divisas.
Pese a la férrea ortodoxia monetaria alemana, fundada en una prevención histórica frente a la inflación y la híper, la canciller alemana, Angela Merkel (foto) señalaba hace unos días a su preocupación por la estrategia del Banco de Japón, además de advertir que si todos los bancos centrales actuasen como el europeo, no habría problemas. Pero como ni en los Estados Unidos ni Japón están actuando como el Banco Central Europeo, ello puede provocar a corto plazo una nueva guerra de divisas de la que ninguna economía -en un mundo globalizado- obtendría un beneficio real.
La Europa del euro no dispone de la misma flexibilidad que Washington o Tokio para tomar decisiones de política monetaria. Han sido las estrategias adoptadas por el Banco de Japón, en forma de compra de activos, y de la Reserva Federal, a través de inyecciones de liquidez y de una política de tasas de interés cercanas a cero, las responsables del creciente flujo de dinero hacia el euro. Precisamente por ello, y por el riesgo que supone para estadounidenses y nipones una Europa en recesión, sería aconsejable que las políticas de los bancos centrales fueran más acordes con el mercado y menos resultado de las decisiones de burócratas y políticos geniales.
Members
1
2
Noticias de tu interés
A cuánto está el dólar blue hoy domingo 8 de diciembre. Cuál es el precio del dólar oficial y de los dólares financieros CCL y MEP. Toda la información que necesitas sobre cómo empieza la semana en los mercados. Bonos, acciones, riesgo país, Cedears, plazos fijos.