Cómo completar el Gabinete y garantizar la gobernabilidad al mismo tiempo
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Faltan solo cinco días para que Javier Milei se convierta formalmente en presidente de la Argentina pero todavía hay lugares importantes que cubrir en lo que será su Gabiente. El libertario pretende llevar allí los nombres que considere más aptos, pero al mismo tiempo no pierde de vista un punto clave: sabe que a su gobernabilidad le podría faltar músculo, y salió a tender puentes con las distintas fuerzas.
"Cambio de favores", dicen unos; "puentes", eligen otros más poéticos. Todo sea por garantizarse la gobernabilidad.
Bienvenidos una vez más a Pueblo Chico. Soy Matías Bonelli, Editor Jefe de Economía y Política de El Cronista.
Las miradas hacia todos lados
Milei supo desde un principio que para gobernar tendría que tender puentes. Para un lado y para el otro. Durante la campaña le tiraron desde todos lados, pero eso ya pasó y ahora hay que buscar aliados. Incluso en aquellos lugares desde donde llegaron los golpes.
Intentó hacerlo en Diputados, donde buscaba presidente, y finalmente la determinación cayó sobre Martín Menem, uno de los propios -tal como le recomendaron varios futuros funcionarios- aunque su plan era tener un gesto y dejarle ese lugar a algún representante del macrismo o del schiaretismo.
Lo mismo está buscando al armar su Gabinete, aunque con algunas particularidades. Designó a muchos de tropa propia, pero también dejó lugar para algunos ajenos a LLA.
Ese es el caso de Patricia Bullrich, por ejemplo, que irá a Seguridad, o Luis Petri, que llegará a Defensa. Este tipo de decisiones le generan a Milei roces hasta con Victoria Villarruel, vicepresidenta electa, pero entiende que es necesario para sumar músculo.
Y en esta línea podría llegar más. Flavia Royón (hoy secretaria de Energía), Raúl Rigo (hoy en Hacienda) y Marco Lavagna (hoy en Indec).
Milei asume el 10 de diciembre pero a solo cinco días todavía arma su Gabinete. Busca funcionarios que se amolden a su propuesta, claro, pero también que le permitan acercarse a otras fuerzas y ganar gobernabilidad.
Los tres no de Marcos Peña y el mensaje de la independencia
La relación entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich no pasa el mejor momento, pese a que la ex y futura ministra de Seguridad de la Nación es la dirigente más cercana ideológicamente al ex Presidente. La semana pasada, Bullrich sintió la necesidad de filtrar un mensaje a Viviana Canosa para afirmar que ella no se somete a Macri.
Horas antes, en su círculo cercano cuestionaban muy fuerte al ingeniero por la apuesta "a todo o nada" de garantizar gobernabilidad únicamente si Cristian Ritondo era designado presidente de la Cámara de Diputados, y coincidían -sorpresivamente- con Cristina Kirchner en que ese lugar debía ser ocupado por alguien propio de La Libertad Avanza, lo que finalmente sucedió con el nombramiento de Martín Menem.
Pero el enojo de los bullrichistas era notable, y recordaban que Macri tiende a recostarse excesivamente en gente de su confianza, lo que lo lleva a errores de diagnóstico.
Pusieron el ejemplo de Marcos Peña, a quien apuntaron como uno de los responsables del fracaso de Cambiemos, y señalaron que le dijo tres veces que no a proyectos de la ministra de Seguridad. Desde entonces, a partir de 2016, se cortó el diálogo. Viejas heridas que no cierran.
La AFI está libre y suenan varios nombres
Desde el Hotel Libertador trascendió la información de que el estratega de comunicación del presidente electo, Santiago Caputo, se haría cargo de la titularidad de AFI, el principal organismo de inteligencia del Estado, y cundió el pánico.
Es que el cientista político de la UBA, de 37 años, hizo religión de su negativa a ocupar un cargo ejecutivo, junto a un culto por evitar que su cara sea conocida. Dicen, los que lo conocen, que no quiere pasar por lo mismo que Marcos Peña, el poderoso jefe de Gabinete de Mauricio Macri que terminó limado y con una fuerte crisis personal, de la que parece todavía no se recupera.
Como Marcos, "San" (así le dicen) descree de la política, o más bien de los políticos, y asumieron un compromiso personal (con Macri uno, con Milei el otro) para cambiar la Argentina.
De una inteligencia excepcional, el joven Caputo no aceptó ningún cargo y prefirió "mirar la gestión desde afuera, que es el mayor aporte que puedo hacerle a Javier".
Por eso cundió el pánico cuando su nombre sonó fuerte para la agencia de inteligencia. "Si acepta, es porque no lo conozco como creía", dijo a El Cronista un amigo de cuando eran chicos. Y efectivamente no aceptó.
Quién irá a esa oficina aún se desconoce. Se cree que sería un "abogado sub 40" que podría ser Santiago Viola, apoderado de La Libertad Avanza. Pero nadie lo confirma, por ahora.
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Quienes hacemos Pueblo Chico somos Matías Bonelli (Editor Jefe de Economía & Política), Patricia Valli (Editora de Economía), Mariano Beldyk (Editor de Política), Analía Argento, Martín Dinatale, Esteban Rafele, Silvia Mercado, Santiago Spaltro, Deborah de Urieta y Belén Ehuletche. Nos reencontramos en este espacio en unos días y aguardamos por tus comentarios en mbonelli@cronista.com. Que tengas una buena semana.
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