El mercado residencial de Nueva York está atravesado por múltiples variables. A la nueva realidad pospandemia y el consecuente regreso de vecinos que se habían mudado a Miami, se le agrega, la reciente suba de tasas de la Fed, la inflación y su impacto en la economía general de Estados Unidos.
"Sin duda, los mercados están preocupados por el futuro: La confianza del consumidor está cerca de mínimos históricos y, a principios de 2022, las acciones estadounidenses sufrieron la caída más pronunciada en la primera mitad en más de 50 años, según el Financial Times", explica
Diego Hodara, desarrollador y CEO de Titanium Realty Group.
En ese contexto, la apuesta más segura parecen ser los inmuebles. Es que luego de dos años de aumentos pandémicos, los valores de las propiedades en Nueva York se estabilizarán durante el próximo año. ¿Una buena oportunidad para comprar un departamento en Nueva York?
Según una encuesta de Reuters, los analistas esperan que el crecimiento del precio de la vivienda se reduzca a la mitad este año.
De todas maneras, eso aún dejaría al mercado con una fuerte tasa de crecimiento del 10,3%. Obviamente, esa perspectiva podría empeorar, pero los fundamentos siguen siendo sólidos: simplemente, no hay suficientes viviendas para todos.
Qué pasa con los alquileres
Por otra parte, "esta nueva dinámica puede traer beneficios para el mercado de alquileres. Las altas hipotecas tienden a desmotivar a aquellos que quieren comprar su casa, lo que aumenta la demanda de propiedades en alquiler", explica Hodara.
"A este combo hay que agregar el regreso de miles de vecinos que se habían mudado a Miami y al resto de la Florida. Solo hay que mirar la demanda de alquileres para ver que hubo un retorno a Nueva York durante el último año", agrega el especialista.
Nueva York, es una de las ciudades más atractivas del mundo, lo que lo convierte en una plaza única. Lo cierto es que es también una de los sitios más caros para invertir en ladrillo.
"En cuanto a la relación entre la inflación y los precios de la vivienda, esta es extremadamente compleja. Los cambios en los estilos de vida y la mejora de los balances de los consumidores desencadenaron un auge inmobiliario pandémico, que llevó a un aumento en los precios de las viviendas de un 20% en promedio (según el índice Case/Shiller)", remarca el especialista.
Por todo esto, al final del día, la variable más importante será el efecto que las tasas tendrán sobre la economía en general. Si la Fed sube las tasas lo suficientemente alto como para causar desempleo y desencadenar una recesión, eso claramente tendrá un efecto negativo en los mercados de todo el país.
Ahora que nos acercamos a un entorno potencialmente recesivo, se puede observar la gran capacidad de recuperación que tiene Nueva York. "Nosotros seguiremos enfocados en desarrollar proyectos de viviendas para alquiler en submercados con buenos fundamentos, en crecimiento y con un fuerte transporte público en un radio de no más de una hora desde el centro de Manhattan", explica el empresario inmobiliario.
La clave para poder apostar al mercado de Estados Unidos es la financiación. "Mantenemos una estrategia conservadora de apalancamiento bancario. Estamos construyendo y, en general, los préstamos son a tasa variable. Fuimos proactivos y antes de que nadie sospechara que las tasas subirán tan abruptamente, compramos interest rate caps (un seguro) por lo que la subida de tasas en estos proyectos en construcción no nos está afectando financieramente. Por último, seguiremos comprando aquellos terrenos únicos por sus características, ya que la tierra bien ubicada en la zona metropolitana de Nueva York es muy limitada", finaliza.