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Pirelli quiere producir más neumáticos en la Argentina: ¿el cepo y las paritarias la dejarán?

Mauricio Canineo, CEO de Pirelli Argentina, confía en aumentar su producción de neumáticos, afectada en 2022 por el conflicto gremial que duró cinco meses. Espera paritarias "más tranquilas". Su foco hoy es que no se interrumpa el flujo de insumos por el control de importaciones

Mauricio Canineo -brasileño, licenciado en Ingeniería Mecánica- está cerca de cumplir las cuatro décadas al servicio de Pirelli. Lideró las operaciones del fabricante de neumáticos en México, Venezuela y Colombia. El ejecutivo recaló hace cinco años en la planta de Merlo, embajada del grupo italiano en las últimas seis décadas de sus más de 110 años en el país. El CEO local de Pirelli acuñó una frase: "La Argentina", define "es el país donde te vas a dormir pensando en las soluciones para todos los problemas enfrentas y te levantas teniendo que pensar en resolver los nuevos que aparecieron".

En tal sentido, 2022 fue la comprobación empírica de su tesis. Pirelli había arrancado el año con un plan de crecimiento en su producción, cuyo cumplimiento tuvo una exigente prueba de fuego con el cepo a las importaciones, que tensó al máximo la cadena de provisión de insumos. Pero la actividad de la fábrica -que trabaja 24x7-, finalmente, se terminó interrumpiendo por otra crisis, que se gestó en paralelo durante cinco meses y escaló hasta el desborde a fines de septiembre: el conflicto con el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático (Sutna), que se resolvió, recién, cuando la sangre llegó al río. Es decir, al paralizar no sólo la fabricación de cubiertas, sino también la de automóviles, con casos emblemáticos como el de la japonesa Toyota, que debió frenar su producción por primera vez en los 25 años que produce en el país.

"Si el Gobierno cumple con lo que prometió en materia de dólares, en función de lo que tenemos previsto y le informamos, 2023 debería ser un año un poco mejor en producción", dice sobre lo primero. "Mi expectativa es que, este año, la paritaria sea más tranquila", agrega sobre lo segundo Canineo, quien además preside la Cámara de la Industria del Neumático (CIN), integrada por Pirelli y los otros dos fabricantes de cubiertas con plantas en el país (Bridgestone y Fate).

¿Cómo fue el año para la empresa?

Fue de dos formas. En general, nos fue bien. Pudimos atender el volumen que estaba previsto para los clientes. O, incluso, más, por la demanda del mercado: nadie quiere quedarse con los pesos. Pero, efectivamente, produjimos un poco menos por el paro, que nos afectó muchísimo. Uno puede decir: ¿cómo lograste hacer esto si tuviste un recorte de producción? Porque exportamos menos. Es la queja que el Gobierno siempre nos hace.

"Quiero exportar más. Pero, en una situación así, prefiero apuntar al mercado interno, no dejarlo descubierto. El Gobierno se queja por eso. Pero me defiendo explicando que el neumático que no exporté terminó exportado indirectamente en un vehículo".

¿Por qué priorizó el mercado local?

Quiero exportar más. Pero, en una situación así, tengo dos posibilidades. Prefiero apuntar al mercado interno, no dejarlo descubierto. Además, terminamos dentro de lo que eran las expectativas de equipo original (provisión a terminales). No creció como en 2021 pero sí creció. Eso nos favoreció, desde el punto de vista que es un programa más regular y termina habiendo una exportación indirecta. Ahí me defiendo con el Gobierno.

¿Por qué?

Porque exporté menos neumáticos pero exporté con los autos. Y sin recibir el beneficio que tiene la terminal por esa exportación. El año fue razonable. Podría haber sido mejor, sin dudas. Tuvimos el tema de las paritarias.

¿Qué expectativa tiene para este año?

Mínimamente, queremos mejorar lo hecho el año pasado. La expectativa es no tener paritarias conflictivas. La lección que todos aprendimos fue buena, incluso, para el Gobierno: interactuar. Con Gobierno, con las terminales automotrices... Con esto, estamos administrando el tema de la materia prima y los dólares para importar producto terminado.

¿Ese es un frente complejo?

Estamos con una administración extra, muy fina, porque cualquier SIRA que no se apruebe, o demora que haya en la liberación de la mercancía que está en puesto terrestre, nos podría afectar la producción diaria. Si el Gobierno cumple con lo que prometió, con lo que tenemos previsto e informado de producción, importaciones y exportación, deberá ser un año un poco mejor que 2022. Considerando que habrá paritarias normales.

¿Cómo transitó la empresa las "anormales"?

Con tranquilidad. Con coherencia entre lo que se hacía y lo que se decía. Y paciencia: era un juego en el que sabíamos que el pedido del sindicato no era real; no tenía una base hacerlo. La revisión de abril era sólo de inflación. El Ministerio (de Trabajo) aceptó que se pusiera sobre la mesa este famoso 200% (de las horas en fin de semana). Como industria, veíamos que no había motivo y que tendría efectos sobre todas las industrias. Es un costo que no cabe. Sabiendo esto, informamos a casa matriz el escenario y trabajamos con paciencia, cuidando a nuestros colaboradores. ¿Tardó mucho? Sí. Pero con paciencia.

Y con un alto costo...

Nos frustró y nos trajo perjuicios. Pero es parte del juego. Trabajé cinco años en Venezuela y viví situaciones parecidas. Mi director de Recursos Humanos actual es venezolano. Esa experiencia nos trajo una ventaja para llegar a un resultado que fue bueno.

¿Por qué duró y escaló tanto el conflicto?

El sindicato se puso en una posición radical. No salía de ahí. Hicimos varias propuestas en varias reuniones. El gremio las rechazó. Este fue el tema que culminó con el paro de las terminales y todos entraron ahí para intentar resolver el problema. Tardó porque el sindicato se puso en una condición radical. Insistió con algo que quería sólo porque lo quería.

El pago al 200% de las horas trabajadas en sabados y domingos.

Nosotros respondíamos que no había por qué concederlo. No había base para eso. Ninguna. Las reuniones a las que íbamos no avanzaban. Era como si me dijeras que me quieres vender tu auto y, a cada precio que te ofrezco, me dices que no. Llega un momento en el que dejas de hacer propuestas porque ya no tiene sentido; era la misma cosa. Pasó eso. El único pecado fue que los colaboradores que sí querían trabajar sufrieron más de lo que deberían haber sufrido.

Durante el conflicto, Pirelli vivió situaciones concretas en la planta. Hay, incluso, denuncias cruzadas con el Sutna de agresiones y hechos de violencia.

El problema más grande fue en la última semana, cuando bloquearon la entrada de las tres plantas. A mí, no me impedían entrar; yo podía llegar a mi oficina. Pero no entraba materia prima a la fábrica, ni salía producto terminado. No pudimos producir más. Pero ahí fue cuando se resolvió el tema.

¿Cómo están ahora? Después del acuerdo, hubo alguna escaramuza en diciembre.

No con nosotros. Estamos trabajando normal, de forma continua. Mi expectativa es que las paritarias de este año sean más tranquilas. Tenemos ahora una revisión en abril y, prácticamente, se ajustará por inflación. Y, cuando cierre la paritaria, el acuerdo es pagar más que la inflación, con lo que no deberíamos tener problema. No sé qué pedirán. Pero mi expectativa es que sea más tranquila.

"No sé qué pedirá el gremio este año. Pero mi expectativa es que la paritaria sea más tranquila. Si somos coherentes y razonables, será así. Cuando hay un tema de inflación, el número es el número".

¿Por qué espera eso?

Si somos coherentes y razonables, será así. Las paritarias que se cerraron este año fueron rápidas. Cuando hay un tema de inflación, el número es el número. Incluso la de logística, con Moyano, que iba a tardar mucho, se cerró rápido. Si se va por ese camino, de discutir porcentaje, no deberíamos tener problemas.

¿Cuánto margen tiene la industria del neumático para soportar otro conflicto similar?

No tengo la respuesta. El parate fue de cinco meses; no esperábamos eso. No esperamos tener ese conflicto. Somos una empresa de 110 años en la Argentina. Estamos pensando en otros 110. Pirelli, a nivel global, invirtió mucho en environment, en sustentabilidad. Tenemos acuerdos firmados para llegar a carbono cero en 2030. Pirelli Argentina es parte de todo eso. La empresa llegó a eso, también, gracias a la Argentina. Somos el único fabricante con el neumático rastreado en todo el circuito de sus proveedores. Por año, hacemos inversiones indirectas de u$s 150 millones en el país. El 85% de nuestros proveedores son pymes. Son más de 800 pymes que trabajan con nosotros, además de las 1600 familias que dependen en forma directa. Somos el mayor empleador privado de Merlo. Ese es el compromiso con el país, lo que nos da permanencia.

Cuando se paró la producción, el Gobierno ofreció abrir la importación de neumáticos. ¿Eso es una solución viable?

No. Cuando Massa dio esa opción en la reunión, ni siquiera respondí yo; las terminales le explicaron que no porque esas cubiertas no estarían homologadas. Además, muchas veces, la medida que se produce localmente no se hace en otro país. Y, si la medida es la misma, la terminal automotriz no la tiene homologada. Por ejemplo, todo neumático que entrego en la Argentina tiene que ser homologado aquí y muy probablemente no lo esté para otras plantas. Salvo por algo muy chiquito que se traiga de otro país, abrir el mercado es dar un producto que no está homologado y puede traer problemas. La terminal no se arriesga con esto.

Volviendo a este año, ¿la SIRA exige una gestión distinta de la producción?

Sí, porque debo tener más controles de inventario, mirar el flujo de salida del país exportador, si me aprueban la SIRA y, cuando llega el insumo, la liberación... Tengo que poner más control para evitar que cualquier cosa con algún problema me cause un daño a la producción. Como hay un control de dólares, nosotros tenemos que controlar bien el flujo. Hasta que el régimen se normalice, tenemos que controlar muy bien las materias primas. El punto crítico son los terceros.

¿Por qué?

Por ejemplo, compro químicos de empresas nacionales. Y esa empresa nacional, muchas veces, tiene bloqueada la SIRA porque el Gobierno no sabe que es proveedor nuestro. Ahora, nos pidió que le pasemos nuestro ecosistema para saber quiénes son mis proveedores. Eso debería mejorar. Si el Gobierno cumple como en los otros años, no veo que haya problemas. Por mi parte, tengo que tener un control mucho más firme; ajustar el flujo de aprobación de SIRA y liberación de mercancía en Aduana. En más de 110 años, pasaron muchos gobiernos. Siempre nos adaptamos. Siempre encontramos una solución.

"Como hay un control de dólares, nosotros tenemos que controlar bien el flujo. Hasta que el régimen se normalice, tenemos que controlar muy bien las materias primas. El punto crítico son los terceros, nuestros proveedores".

Eso en cuanto a importación de insumos. ¿Y de producto terminado?

Hoy, trabajo prácticamente con mi producción. Lo que importo de neumáticos se para complementar la gama y dar servicio a algunos autos que vienen con gomas Pirelli. El flujo es mes a mes. El Gobierno es muy prolijo: define y, cada 30 días, da la cantidad de dólares para importar. En eso, cumplió. Mentiría si digo lo contrario.

¿Habrá más neumáticos este año? Desde fines de 2021 hubo desabastecimiento, en especial, en el mercado de reposición.

Dependerá mucho del de importación. Nuestros clientes ya saben cómo manejar el mercado. No deberíamos tener problemas de escasez. Mucho de la que hubo el año pasado fue por la paritaria. Hoy, no existe una expectativa de crecimiento absurdo del mercado; debería ser un año normal. La industria automotriz informó un número de crecimiento de 5 puntos.

¿Qué ocurrirá con los precios? También hubo una escalada, en buena parte, debido a esa escasez.

La composición del precio siempre es por insumos, inflación, mano de obra... Lo determina la evolución natural de los costos. Hay que aclarar una cosa: nosotros no controlamos el precio del mercado. Le vendemos a un distribuidor, que es el que le vende al mercado. Sólo podemos poner un precio sugerido. El cliente es el que define el precio del mercado. Cuando, hace un año, nos llamó (Roberto) Feletti por los precios, le explicamos esto y nunca vio que hayamos hecho algo mal.

A fines de 2021, Pirelli invirtió u$s 10 millones para sumar producción de neumáticos para motos en Merlo. ¿Cómo marchó ese proyecto?

Esa inversión se hizo y se implementó la producción. La línea de motos tiene capacidad para 450.000 neumáticos anuales. Partimos de cero y, en el primer año, llegamos a 200.000, con planes para alcanzar los 450.000, gran parte de eso, para mercado interno.

¿Por qué definieron esa inversión?

La hicimos pensando en posibles restricciones de dólares. Además, con la pandemia y la reducción del transporte público, mucha gente había accedido a la moto, que es un medio de transporte barato. Nosotros producimos cinco medidas y ya estamos planeando otras. El proyecto va bien, fue una buena apuesta.

¿A qué ritmo trabaja la planta?

Toda la planta está a tres turnos, 24 horas, los siete días de la semana.

Hace 10 años, Pirelli analizó construir una segunda fábrica en el país. Luego, desistió. ¿El nivel de actividad de ahora reaviva esa idea?

Esa planta se había pensado para hacer neumáticos de camión. Cuando se hizo el split (N.d.R.: Pirelli escindió en 2017 su negocio de cubiertas para vehículos pesados y maquinaria agrícola en una nueva empresa, Prometeon Tyre), fue un proyecto que ya quedó con ellos.

Pero Merlo está a full capacity.

Para lo que es nuestro negocio, las tres plantas que tenemos entre Brasil y la Argentina son suficientes para dar abasto al mercado local y el de exportación. Con la diferencia de que la Argentina es polo productivo de pick-ups y SUV. Estamos invirtiendo para homologar esos productos en terminales. Somos parte de ellas: Nissan Frontier, Renault Alaskan, Volkswagen Amarok, Ford Ranger, Toyota Hilux... Estamos presentes en todas. También abastecemos a Fiat y PSA. Nuestra inversión en tecnología y modernización en planta es en base a esto. Además, ahí tengo un mercado de reposición a futuro. Debo invertir en el presente y eso son las terminales automotrices, con las que empiezo a trabajar dos años antes. La inversión va en esa dirección.

Este año habrá elecciones presidenciales. ¿Cómo cree que incidirá?

Este año es atípico. En una elección, no se sabe qué ocurrirá. Si uno se prepara para gobiernos cíclicos, debería pensar que el próximo será más de vender. Cuando se abre la economía, los precios se equilibran, disminuye el costo de las importaciones y eso va al mercado.

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