

La costa atlántica se encamina hacia una nueva temporada de verano con precios dolarizados, subas de entre 5% y 10% respecto de 2024 y una demanda que, por ahora, se mantiene contenida. Las inmobiliarias ya comenzaron a armar las listas de propiedades en alquiler, aunque la principal preocupación sigue siendo el éxodo de turistas hacia destinos internacionales, favorecidos por un tipo de cambio competitivo.
"En junio hicimos una encuesta entre nuestros clientes y un porcentaje importante respondió que este año podría cambiar Pinamar por un destino en el exterior", explicó Germán Gómez, socio de Balmoral Propiedades. Sin embargo, agregó que en las últimas semanas la tendencia se moderó: "Hoy estamos en los mismos niveles de reservas que en 2024".
El antecedente no es alentador: la temporada 2024 había cerrado con un 20% menos de reservas respecto 2023.
En Cariló, el panorama es levemente más optimista. "Hay poco movimiento, pero a esta altura tenemos en promedio diez alquileres más que el año pasado", dijo Silvia Melgarejo, dueña de Constructora del Bosque.
Precios en alza
La cotización en dólares es una práctica consolidada en el mercado inmobiliario de la costa y nada indica que vaya a cambiar. Según los operadores, los propietarios prefieren esperar las elecciones antes de fijar los valores definitivos. Eso genera que hoy haya una oferta reducida.
Hoy, en Pinamar, un departamento de dos ambientes para todo enero cuesta en promedio u$s 4000, mientras que una casa de cuatro ambientes puede trepar a u$s 18.000.

En Cariló, las clásicas casonas para ocho personas rondan los u$s 8000 la quincena, y en la primera de enero superan los u$s 12.000. En febrero, cuando la demanda suele bajar, los valores retroceden entre 30% y 40 por ciento.
"Los alquileres se pagan en dólar billete. Es una costumbre que se adquirió en los últimos años y que aún hoy se mantiene", explicó Melgarejo de Cariló.
El desafío del dólar barato
Los inmobiliarios coinciden en que la paridad cambiaria será un factor clave: un dólar barato estimula la salida al exterior y achica la estadía promedio en la costa. "Muchos clientes viajarán afuera, pero también harán un paso corto por Pinamar o Cariló", señaló Gómez.
De hecho, el año pasado surgió el alquiler por día o semana algo insólito en las inmobiliarias de estos destinos balnearios. "En diciembre tuvimos muchas consultas por estadías cortas y alquileres semanales pero para propiedades chicas o para las unidades que comercializamos con servicios de blanco y limpieza diaria", explicó Gómez.
De todos modos, se espera que las reservas de último momento con precios más económicos, compensen parte de esa pérdida.



