Nuevo CEO de Impsa: "La imagen del país tiene más impacto en nuestra actividad que el vaivén económico"

Juan Carlos Fernández es el nuevo CEO de Impsa, puesto que ya había ocupado entre 2015 y 2017, al que regresó tras finalizar una profunda reestructuración de la compañía. Por casi 40 años trabajó junto a Enrique Pescarmona, histórico número uno de la firma de tecnología de valor agregado, de quien aprendió la necesidad de reinventarla cada 10 años

Impsa acaba de atravesar una reestructuración que redujo su deuda de u$s 1108 millones a u$s 430 millones. Sumó, además, un cambio trascendente. Enrique Pescarmona dejó de ser el CEO y máximo referente de la compañía, luego de cinco décadas, y el directorio designó como su reemplazante a Juan Carlos Fernández. El nuevo número uno califica a Pescarmona como un excelente estratega y destaca el esfuerzo que tanto esa familia como los accionistas, acreedores y empleados de la firma, hicieron para que hoy se comience con una nueva etapa luego de años muy difíciles. Esto, dijo en diálogo con El Cronista, es lo que permitió generar confianza y hacer factibles los planes para presentarse a grandes licitaciones y encarar nuevos proyectos.

Tras esta reestructuración, ¿cuáles son los pasos a seguir?

Se completó la reestructuración corporativa, la transferencia de acciones a los fideicomisos (65% fueron al de los acreedores y 35% al de la familia Pescarmona) y hay nuevos directores. Ahora los accionistas quieren que nos aboquemos a hacer crecer nuevamente la empresa. No solo en Argentina si no en el mundo.

En los últimos años hubo más proyectos en el exterior que en Argentina

Si. Hemos sido una compañía internacional, con pocos proyectos en el país. Le vendimos centrales eléctricas y grúas a China, India, Malasia. Lo mismo en nuestro mercado natural que es latinoamérica. En medio de la crisis incluso, vendimos turbinas para centrales hidroeléctricas a Brasil e hicimos una repotenciación en Paraguay. Fue un gran desafío.

Ya sin default, ¿qué nuevos proyectos hay?

Nos acabamos de presentar en Aña cuá, Yaciretá. Tecnológicamente somos los numero uno del mundo en ese tipo de turbinas así que tenemos muchas expectativas. Ya ganamos una licitación por el reemplazo de dos máquinas existentes. Teníamos mejor precio que los europeos y nuestra tecnología es mejor que la de los alemanes y austríacos en este caso. Nuestro primer objetivo hoy es reforzar los proyectos de Argentina. Mientras tanto, estamos con buenas chances de obtener un proyecto hidroeléctrico en Malasia.

¿Cómo se ingresa en un mercado tan competitivo como el asiático?

Tenemos una asociación con una empresa en Asia de transferencia tecnológica que nos potencia. Ellos fabrican estructuras y lo de alto valor agregado tecnológico se fabrica en Argentina. Transportar estructura sería demasiado costoso, desproporcionado, para competir. Hay dos tipos de productos: los que son "commoditizados", donde influye mucho la cantidad de productos que se hacen (como grúas de puertos). En esos, que se hacen de a miles, los chinos son extremadamente competitivos. Pero en lo que es hecho a medida como las centrales hidroeléctricas, no están a nuestro nivel todavía. En Argentina tenemos la ventaja de que los productos chinos no tienen contenido local. Nosotros en la oferta que presentamos en Yaciretá por ejemplo, tenemos casi 70%.

¿Juegan ventajas impositivas?

En realidad hay una compensación de un 10% al competir dentro del país que mejora nuestros precios.

¿Cómo impacta la suba del dólar como la que se observa en estos días?

Los vaivenes económicos no nos afectan tanto, aunque claro que la estabilidad es lo ideal. Lo que nos perjudica es la imagen país, los vaivenes políticos. Nosotros entregamos productos a cuatro años y nos lo tienen que pagar en el medio. Si nuestra imagen país está bien, hay confianza y se hace. Y con este gobierno lo está. Hoy la imagen de la Argentina es de integración al mundo.

¿Para exportar pesan más las propias trabas de cada país?

Si. Hoy a China no le podes vender ni un alfiler, a Alemania no le podes vender ni una aguja, por sus propias protecciones, menos una turbina. En japón o Corea nunca se puede entrar.

¿Y en el mercado local?

Este gobierno trabaja mucho en particular con lo que es energías renovables, aprovechar el desarrollo energético con un desarrollo productivo. Hay diferencia con el pasado. Hasta 2015, no conseguimos ningún proyecto en Argentina aunque participamos. Preparar una licitación como Aña cuá para nosotros cuesta unos u$s 500.000. En las represas en Santa Cruz, por ejemplo, licitamos tres veces, gastamos bastante más que medio millón de dólares y no nos la dieron. Tampoco tuvimos Chiuido, que hicimos una oferta altamente competitiva.

¿Qué mejoró con el actual gobierno?

Que hay un plan de infraestructura en el país y una decisión de ir con transparencia y con licitaciones. El gobierno nos escucha y trabajamos juntos para mejorar las oportunidades.

¿Los proyectos público privado son oportunidades?

Por ahora se enfocan en infraestructura en la que no está Impsa. Posiblemente saldrá para nuestro sector pero se va a demorar un poco porque es más complejo, sobre todo por la obra civil que demandan.

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