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Durante años, LinkedIn se entendió como "la red social formal", el lugar para mostrar títulos, logros y CV impecables. Pero ese LinkedIn está quedando atrás. Hoy la plataforma se parece cada vez más a otras redes donde podemos documentar nuestro día a día laboral, contar aprendizajes y mostrarnos más humanos.

A mí me pasaba que me costaba publicar en LinkedIn. Sentía que solo tenía sentido si era para contar un logro enorme. Pero cuando empecé a animarme a compartir reflexiones, errores y hasta momentos personales, descubrí otra cosa: empecé a crecer mucho más que en otras redes. Y lo mejor: empecé a disfrutar de estar en LinkedIn.

Entonces, si LinkedIn no es solo un espacio de diplomas y aplausos, ¿qué no es hoy esta red social?

LinkedIn no es egocentrismo

Subir logros sin contexto es una de las malas prácticas más comunes. El famoso "yo, yo, yo". Está perfecto compartir un éxito, pero lo clave es darle un giro de valor al otro. Contá qué aprendiste, cómo lo lograste y qué puede llevarse la persona que te lee. Cuando el post no transmite nada más allá del ego, se siente vacío.

LinkedIn no es un intercambio forzado

Otra práctica cada vez más común: comentar solo para recibir un comentario a cambio. Este "comment for comment" puede inflar la métrica, pero se nota falso. LinkedIn funciona porque ves lo que hacen tus contactos, y si alguien comenta algo valioso, eso te conecta con nuevas personas y conversaciones. Pero la interacción tiene que ser genuina. Si tus comentarios parecen un copy-paste automático, lo que generás es desconfianza.

LinkedIn no es una foto aislada

Publicar una imagen en un evento sin contar qué aprendiste es una oportunidad perdida. Lo interesante no es que estuviste ahí, sino qué te llevaste de esa experiencia. El valor está en la reflexión, en el insight que otro puede aplicar.

LinkedIn no es vender sin construir confianza

Este punto me toca de cerca: recibo mensajes directos a diario de gente que intenta venderme un CRM, una app de e-commerce o servicios que no necesito. El problema no es la venta, sino la falta de contexto. No investigan, no personalizan, no entienden si el contacto realmente es un lead. Eso es spam, no networking.

Lo mismo pasa cuando una cuenta solo habla de su producto, sin pensar en comunidad. LinkedIn, como cualquier otra red, se trata de construir relaciones. Nadie quiere leer un feed plagado de promos.

LinkedIn tampoco es tan formal

Este quizás sea el cambio más importante. LinkedIn ya no es un traje gris digital. Es un espacio donde también podés mostrar tu escritorio, una selfie en tu lugar de trabajo, una duda, un error, una reflexión. Yo misma publiqué sobre mi embarazo, con miedo de si encajaba en esta red. Fue uno de mis posts más virales.

La conclusión es clara: LinkedIn está cambiando. La gente quiere conversaciones reales, historias auténticas, un mix de profesionalismo y humanidad.

LinkedIn es mostrar el proceso, no solo el resultado

LinkedIn no es un CV infinito, no es un espacio para inflar métricas, no es un lugar para ventas invasivas. LinkedIn es una comunidad en movimiento. Cuanto antes empieces a desestructurarte y a animarte a compartir tu lado más genuino, más rápido vas a ver resultados.