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Con solo 52 miembrosLes Hénokienes es uno de los clubes más selectos del mundo. Entre sus miembros están las empresas más antiguas del planeta que, además para ser parte de este exclusivo círculo deben cumplir una serie de exigente requisitos.
Conocido como la 'Champion League' de las empresas familiares,este club reúne a organizaciones de nueve países que, además de tener más de 200 años de existencia, deben conservar la mayoría del capital accionario y un miembro de la familia fundadora aún debe administrarla. Esto es un verdadero reto, ya que, según diferentes estudios, el 80% de las empresas familiares no sobreviven a la tercera generación. Además, la empresa debe estar en buena salud financiera y al día.
Hoy en día, de los 52 miembros 13 son italianos, 15 franceses, 10 japoneses, 4 alemanes, 4 suizos, 2 holandeses, 2 belgas, 1 inglés y 1 austríaco. Actualmente, el promedio de vida de los miembros está en más de 350 años.
Según aclaran en la página web de la Asociación, los henokiens no intercambian servicios, solo ideas. "No es una hermandad. Sus miembros están involucrados en sectores muy diversificados que incluyen aeronáutica, comercio, servicios, publicaciones e industria pesada", se lee en su sitio.
La Asociación tiene como uno de sus grandes referentes a Leonardo Da Vinci y todos los años otorga un premio con su nombre a "las empresas familiares que han alcanzado la industrialización transmitiendo un conjunto de valores culturales, tradiciones, saber hacer y tecnologías específicas que conforman el patrimonio inmaterial y vivo que es garantía esencial de su continuidad".
Qué significa pertenecer a este exclusivo club
La Asociación, que fue creada en 1981, tiene como objetivo desarrollar su membresía en todo el mundo sobre la base de una filosofía común: el valor del concepto de empresa familiar, una alternativa viable a las corporaciones multinacionales.
De hecho, el club busca promover el intercambio de conocimientos entre los gestores justamente para impulsar el concepto de empresa familiar. Además, otra de sus exigencias es que todos los miembros sean compañías innovadoras y emblemáticas en sus respectivos sectores.
La firma más antigua de Les Hénokiens es el hotel japonés de aguas termales Hoshi Ryokan, que data del año 717 y que lleva 50 generaciones en manos de la misma familia.

Y la última incorporación al club es el grupo francés Bolloré fundado en 1822. Para ingresar a esta exclusiva asociación, el reconocido multimillonario Vincent Bolloré tuvo que presentar al jurado de Les Hénokiens un detallado árbol genealógico de su familia para demostrar la relación entre el fundador y él, y también las cuentas auditadas de su holding industrial y de inversión de los últimos tres años para comprobar su solidez financiera.
El objetivo de Les Hénokiens, cuyas empresas miembros en muchos casos son caso de estudio en la universidades, no es crecer en número de empresas, ni que éstas sean grandes o poderosas, sino que pretende ser un foro en el que compañías familiares de distintos países comparten sus mejores prácticas para mantener una exitosa alianza entre la tradición y la modernidad.
Entre las compañías familiares que integran la asociación se encuentran los banqueros Lombard Odier, Pictet, Dreyfus y Mirabaud; la papelera Cartiera Mantovana; los licores Amarelli, Luxardo y De Kuyper; la fábrica de armas Beretta; las textiles Fratelli Piacenza y Vitale Barberis; la empresa de té Yamamotoyama; la azucarera SFCO; la de porcelana Revol; la industrial J.D. Neuhaus; la del automóvil Möller Group; la fabricante de barricas Garbellotto; o la de vino Louis Latour.
La nueva generación de henokiens
Una de las principales labores de Les Hénokiens es transmitir a las generaciones jóvenes las tradiciones, valores, principios y virtudes que caracterizan a las empresas familiares, y hacerles partícipes también de la importancia de proteger un legado empresarial y familiar que no es suyo, sino que pertenece a las siguientes generaciones. Para concienciarles de esta responsabilidad, cada año se celebra una reunión de estos jóvenes cachorros, denominada Les Hénokiens Next Generation.

"Los henokiens no están dispuestos a dormirse en los laureles y se esfuerzan constantemente por lograr más que las generaciones anteriores. El desarrollo de sus firmas ha sido continuo. Sin embargo, el poder corporativo no es un criterio para convertirse en miembro de Henokiens. Se da prioridad a la solidez", aseguran en su página.
Cómo nació el selecto club
La idea de crear una asociación de empresas familiares del bicentenario surgió del presidente de Marie Brizard, descendiente del creador del primer anís en 1755. Y decidió ponerla bajo la tutela de Henok (o Enoch), uno de los más grandes patriarcas bíblicos, hijo de Caín y padre de Matusalén, quien con 365 años ascendió al Cielo sin experimentar la muerte.
Después de un año de investigación, Gerard Glotin, presidente de Marie Brizard, con la ayuda de 164 cámaras de comercio y 25 agregados de embajadas, pudo identificar 74 empresas. A partir de esto, se hizo una selección de aproximadamente 30.
La primera reunión tuvo lugar en 1981 en Burdeos. Desde entonces, los Henokiens se reúnen cada año en un país diferente para su Asamblea General. La última se realizó en este año en Venecia.
Hoy, Marie-Brizard ya no forma parte del exclusivo club porque cambió de manos y dejó de ser empresa familiar. Es lo mismo que ocurrió con la española Codorníu, que estuvo varios años integrada en Les Hénokiens, pero salió de la asociación cuando fue adquirida por Carlyle. Codorníu, fundada en 1551, es una de las empresas más antiguas de España.



