SEÑALAN A ESTE PROCESO COMO LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

La reindustrialización de Estados Unidos avanza con las ‘fábricas inteligentes’

Tiene como objetivo la producción personalizada y con rápida llegada al mercado. Fue la estrella de un simposio organizado por Siemens esta semana

La industria 4.0, la fábrica inteligente, la cyber-industria son nombres distintos para un mismo y enorme concepto que, según varios analistas, contiene la semilla de la cuarta revolución industrial.

Muy conocida en Europa y con cierto camino recorrido en Estados Unidos, la fábrica inteligente tiene como objetivo la producción personalizada con rápida llegada al mercado.

Este modelo productivo fue la estrella del simposio "Manufacturing in America", organizado por Siemens en Detroit, y apuntó a integrar en un mismo sistema y bajo un mismo techo el diseño, el planeamiento, la ingeniería, la ejecución y los servicios al cliente. Con fábricas que además estén ubicadas cerca de los mercados a los que apuntan.

Es a partir de esta tendencia que se deben observar las decisiones de Apple, Yamaha, Airbus, Honda, Lenovo y la propia Siemens de volver a producir en Estados Unidos.

Cierto es que el país mejoró en sus indicadores económicos. Según datos recientes de la Reserva Federal, Estados Unidos está utilizando el 78% de su capacidad instalada, en niveles pre recesión.

Además, los bajos costos de energía lo convirtieron en favorito sobre China como punto de inversión por primera vez en mucho tiempo. Y el gasto de los consumidores norteamericanos está creciendo por 11ª año consecutivo.

Pero, por sobre todo esto, Estados Unidos es en la actualidad el epicentro de las tecnologías transformadoras y de la innovación, según la definición de John Billings, de Siemens.

Por eso, el gigante alemán que tiene su propia división dedicada al desarrollo e investigación de la fábrica inteligente: Digital Factory desembarcó allí y quiere tener su parte en la ola reindustrializadora.

Esta llamada cuarta revolución industrial gira en torno de la flexibilidad.

Ser flexible para una industria hoy significa que una herramienta sirva para construir tres o cuatro modelos diferentes de un producto.

En el futuro, en cambio, ser flexible significará que esa misma herramienta sea reconfigurable, que no sea necesario producir nuevas herramientas para construir nuevos modelos o productos que acompañen la tendencia hacia la personalización de la producción.

"La producción en masa ya no va más. Vamos a la personalización en masa", aseguró Al Hufstetler, de Siemens.

La fábrica inteligente se vale de todas las herramientas que están dando vueltas hoy para integrarlas a la producción: la robotización, la digitalización, la automatización, la simulación, las impresiones 3D, la Internet de las cosas, el almacenamiento en la nube. Son todos instrumentos para este modelo productivo.

"La simulación, no es una idea difícil de vender. Hoy hay chicos de cinco años jugando con simuladores", graficó Kerry Hammer, de Paslin.

Sin embargo, todavía hay un inmenso camino a recorrer.

Según George Barnych, director de Investigación en Siemens, si bien más del 80% de los industriales norteamericanos considera que el futuro de la producción está en la fábrica inteligente, sólo el 14% se considera preparado para entrar en esa nueva era.

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