

Alec Oxenford fundó su empresa de clasificados online OLX en Buenos Aires, hace ocho años, pero tenía claro que su negocio estaba fuera de la Argentina. Tenía razón: hoy OLX es la mayor plataforma de su rubro en mercados emergentes y es líder en la India, Polonia y Brasil. Sus 200 millones de usuarios activos en 40 países hicieron que la prestigiosa revista Fortune la presente como "la empresa más grande de Internet de la que nunca oíste hablar". Sus 1200 empleados están repartidos en Bangkok, Ciudad del Cabo, Delhi, Jakarta, Lagos, Lisboa, Manila, Nairobi, Poznan, Rio de Janeiro y San Pablo. Pero la principal oficina sigue siendo Buenos Aires, con 250 empleados de 30 nacionalidades distintas que proveen servicios globales a todos los mercados.
Con una marca fuerte en varios países, ¿qué le genera empezar a crecer en el mercado local?
Me encanta tener un impacto positivo. Yo vivo acá y quiero mucho a la Argentina.
¿Cómo ve hoy a la Argentina?
Nos pasa lo mismo que a muchas compañías globales. La Argentina es muy chica y no tiene mucha influencia. Podría ser mucho más grande. Aspiramos a cumplir ese sueño. Este momento es interesante porque por primera vez en muchos años como sociedad pensamos qué queremos ser y adónde queremos ir. Lo estamos haciendo con un poco más de profundidad. Eso me da esperanza.
¿En qué ve esto?
En el debate. Empiezan a surgir cosas y todo está más a flor de piel. Hay un poco más de irritación que en otros momentos, pero eso a veces es positivo. Hace falta para descongelar y para que haya cambios.
¿Cómo es hacer negocios en la Argentina con alta inflación y cepo cambiario?
Son problemas muy grandes. La recesión, que se achique el producto bruto, que haya una inflación muy alta y muchos tipos de cambios. Todo el mundo preferiría, por supuesto, que hubiera un solo tipo de cambio, que sea libre, que no haya inflación y que la economía crezca. Pero no nos afecta tanto porque nosotros queremos que la gente compre y venda usados. Queremos estar en un país más estable, pero no afecta directamente la actividad que hacemos.
Son una compañía online pero los pagos se realizan fuera de su plataforma, ¿eso cambiará?
Los pagos persona a persona siempre fueron así. Si le vendés tu raqueta a tu vecino lo normal es que te pague cash. El problema es cuando sos una empresa y hay habitualidad. Pero no hay impuestos que se apliquen con las transacciones persona a persona que no son habituales.
Entraron tarde al mercado, ¿cómo ven a la competencia?
Me encanta competir, nos obliga a subir la vara. La Argentina se caracterizó por tener muy buenas compañías de tecnología. Al haber llegado más tarde, tenemos más aprendido.
Están en mercados muy diferentes a la Argentina, ¿cómo se adaptaron?
Son contextos diferentes, pero los usuarios son muy parecidos. Todos tenemos cosas usadas y generar dinero con eso es atractivo. En lo fundamental, somos muy parecidos. Después están esas cosas que hacen los políticos, infraestructuras insólitas, leyes rarísimas y reglas poco claras que obligan a la gente a comportarse diferente.
¿Qué expectativas tiene para la compañía localmente?
Seguir creciendo. Me encantaría llegar a lo que pasa hoy en Holanda, donde todas las familias tienen dos anuncios publicados por semana en los sitios de clasificados. Y no es por necesidad. Es inteligente.
¿Cómo ve al ecosistema emprendedor argentino?
Hay un buen ecosistema. Mercado Libre, Despegar, Globant, DineroMail y OLX han hecho historia en la región y todas salieron de acá. Me gustaría que haya 200. Podría haberlas.
¿Y qué falta?
Buenos Aires podría ser Tel Aviv. Israel tiene hoy más compañías de tecnología públicas por persona que California. Es posible, pero hace falta un poco de colaboración pública y privada. Algo de planificación, desde la educación hasta los incentivos, pero es totalmente posible.Hay que tener un mercado de capitales muy desarrollado que pueda financiar estos proyectos en el inicio. Esos mercados de capitales no crecen si no hay estabilidad financiera. Es casi imposible desarrollar un mercado de capitales como el que hace falta para desarrollar un polo tecnológico de verdad si tenés tasas altas de inflación. Lo mismo pasa con las hipotecas. Hay cosas muy básicas de la economía que no son posibles con alta inflación.


