Harbour Energy, quinto productor de gas de la Argentina, quiere volver a ser operador de campos en el país y, además, apunta al petróleo no convencional como su próximo objetivo en Vaca Muerta, anticipó su flamante CEO local, Martín Rueda, durante su participación en la segunda sesión de Encuentro con los CEO, el ciclo de conferencias de la AOG Expo que se desarrolla esta semana en La Rural.
"Hoy no somos operadores pero es algo que estamos evaluando", dijo el ejecutivo, argentino que retornó este año al país para asumir en la filial luego de más de un cuarto de siglo de trayectoria en el exterior.
Harbour es la empresa que, en 2024, pagó u$s 11.200 millones por los activos de petróleo y gas de la alemana Wintershall Dea. La Argentina era una parte sustancial de ese portfolio. Hoy, precisó Rueda, representa el 21% de las reservas y el 40% de los recursos con potencial de desarrollo.
Wintershall Dea estaba presente en el país desde hacía más de 40 años. En 2022, le vendió a Vista, en u$s 140 millones, las participaciones de 50% que tenía en Aguada Federal y Bandurria Norte, áreas petroleras que había adquirido en 2014 y 2015, respectivamente. Desde entonces, se concentró en los campos de gas donde es socio no operador: Aguada Pichana Este y, fundamentalmente, la Cuenca Marina Austral (CMA), donde hace un año se puso en marcha Fénix, proyecto off shore de u$s 700 millones de inversión.
Harbour, que hoy produce 100.000 barriles equivalentes de petróleo diarios, es socia de TotalEnergies en Aguada Pichana y de la francesa y Pan American Energy (PAE) en Tierra del Fuego. En ambos casos, la operación es de los galos.
"CMA tiene seis plataformas off shore. La más reciente es Fénix, que ya está produciendo 50.000 barriles equivalentes por día, que es más del 15% de la demanda de gas de la Argentina", indicó Rueda, sobre ese consorcio, en el que Harbour tiene 37,5% (Total, otro tanto y PAE, el 30%). "Hay posibilidades de seguir invirtiendo. Tenemos pozos satélites que se pueden conectar a la plataforma. Pero serían otros u$s 700 millones para mantener el plateau por otra década", aventuró Rueda.
Sin embargo, el objetivo más cercano está puesto en San Roque, otro activo de Vaca Muerta en el que la británica está asociada con Total. "El 93% de nuestra producción actual es de gas. San Roque es nuestra gran oportunidad de ingresar al petróleo en Vaca Muerta", afirmó.
El shale oil no es su única ambición. Socia, con un 15% de Southern Energy, el joint venture que ya contrató dos buques para, con una inversión mínima de u$s 15.000 millones, exportar gas licuado a partir de 2027, la intención de ser operador está directamente vinculada al GNL.
"En el pasado, Wintershall fue operador. Nos gustaría volver a operar. Se tienen que dar las condiciones. Si no, estaremos con socios estratégicos que estén alineados con nuestros objetivos. Pero nos gustaría operar. Hoy, la producción de gas está orientada a la demanda doméstica, que es más estacional, y te lleva a tomar decisiones sobre cómo desarrollar los bloques. La demanda de GNL, en cambio, es constante. Exige criterios diferentes", explicó el CEO.



