El jefe de la segunda empresa de servicios públicos más grande del mundo criticó la política energética de la Unión Europea (UE) y dijo que el bloque debería haber abordado "agresivamente" su dependencia del gas importado hace mucho tiempo.

Francesco Starace, CEO de la italiana Enel, instó a los estados miembros de la UE a cambiar rápidamente a otras fuentes de energía para romper los lazos con Rusia, luego de que la decisión de Vladimir Putin de emitir la facturación del gas en rublos aumentara las tensiones por la guerra en Ucrania.

El Presidente ruso firmó a fines de marzo un decreto en el que exigió que los países considerados "antipáticos" paguen las entregas de gas en rublos a partir de abril, utilizando una cuenta en moneda rusa en Gazprombank, o se enfrentarán a una interrupción del suministro del fluido.

Starace, quien está al frente de Enel, controlada por el estado italiano, desde 2014, dijo que los países europeos deberían haber comenzado a preocuparse por su dependencia energética de terceros hace años.

"Este es el turno de Rusia. Pero no olvidemos lo que sucedió en Libia hace 10 años", agregó. "De dónde viene el gas a Europa es un problema", remarcó. Dijo que la UE debería haber gestionado su "dependencia de los combustibles fósiles, es decir, el gas, de una manera mejor y más agresiva".

Starace instó a los países europeos a liberarse de los "vínculos físicos" con otros estados mediante la construcción de plantas de regasificación y el arrendamiento de plantas flotantes para procesar gas natural licuado transportado por mar, lo que les permitiría diversificar los suministros y cortar los lazos con las tuberías fijas. También, les pidió que aceleren la transición a otras fuentes de energía, incluidas las renovables, aunque reconoció que esto no se puede hacer de la noche a la mañana.

"Quemar gas para generar electricidad es totalmente estúpido... tanto desde el punto de vista económico como ambiental, el gas es precioso y debe usarse donde sea insustituible", dijo Starace. "Por supuesto, estas cosas requieren algo de tiempo, por lo que debe hacer las cosas en orden de importancia", agregó. "Y, claramente, primero tienes que sobrevivir y, luego, tratar de reducir tu dependencia".

Enel, que tiene una capitalización de mercado de 62.000 millones de euros y es uno de los mayores productores de energía renovable del mundo, tiene previsto dejar de utilizar combustibles fósiles para generar electricidad en 2040. A fines de marzo, firmó un acuerdo con la Comisión Europea para aumentar la producción de paneles solares en Sicilia en el marco del Fondo de Innovación de la UE.

La UE espera aumentar su capacidad de energías renovables a 600 teravatios hora para 2030, un cronograma que fue criticado por empresas y políticos de toda Europa debido al impacto potencial en los empleos y al aumento de los costos vinculados a la transición. Pero, para Starace, "costo es cuando compras gasolina, la quemas y se acaba. Cuando pones tu dinero en algo que permanece en tus manos y sigue produciendo energía, eso es una inversión".

El gas, en su mayoría ruso, representa el 40% de la combinación de generación de electricidad de Italia. Starace insistió en que "no estaba demonizando a Rusia", diciendo que el problema sería el mismo con "cualquier otro lugar".

Enel tiene una exposición de 300 millones de euros a Rusia, donde emplea a 1500 personas en sus tres grandes centrales termoeléctricas de ciclo combinado, que usan gas para producir electricidad para la red doméstica y proporcionar calefacción a tres grandes ciudades.

Starace formó parte de un grupo de CEOs que irritaron al Gobierno de Roma en enero al asistir a una videoconferencia con Putin para discutir la expansión de los lazos comerciales entre los países. Starace dijo que no esperaba "este tipo de escalada" en ese momento y que Enel estaba pensando en abandonar el país. "Si podemos vender (a un comprador ruso), saldremos", agregó. "De lo contrario, creo que será muy difícil para nosotros continuar de todos modos, para garantizar el funcionamiento de estas unidades de manera adecuada".

A fines de febrero, el Ministerio de Relaciones Exteriores italiano suspendió todas las relaciones institucionales entre Roma y Moscú, incluido el comité empresarial ítalo-ruso, según funcionarios y ejecutivos empresariales italianos. Ese comité, codirigido por el jefe de Pirelli, Marco Tronchetti Provera, y Dmitry Konov, jefe del productor de petroquímicos Sibur, es el que participó en la videoconferencia con Putin. Además de Starace, estuvieron el director ejecutivo de UniCredit y el presidente de la aseguradora Generali, entre otros asistentes. Varios miembros del comité, que se estableció con el apoyo los gobiernos italiano y ruso en 2020, dijeron que había sido "suspendido" luego de la invasión de Ucrania por parte de Rusia y que no se produciría ninguna actividad en el futuro previsible.