Laura Lozano y Jorge Salsar llegaron desde Colombia con planes muy distintos a los que se imaginaban. Él, médico recién recibido, vino a Buenos Aires para especializarse en clínica médica y ella, era publicista. Luego de un viaje a Estados Unidos, se empezaron a obsesionar con un tipo de galletitas, fue así como, la cocina de su departamento en Palermo empezó a llenarse de bandejas, harina y chocolate. Las primeras cookies, inspiradas en las típicas neoyorquinas. Se horneaban de noche y al día siguiente viajaban en la mochila de Jorge hacia el Sanatorio San José, donde las vendía entre guardias a médicos, enfermeros y el personal administrativo.
Con una inversión inicial de apenas $ 2000 y una demanda que ya superaba lo que podían cubrir decidieron alquilar su primer local en 2019. Hoy, Brownie Planet vende más de 10.000 cookies al mes y logró triplicar su facturación en el último año.
De una producción mínima a las ventas récord
El primer local de Brownie Planet se inauguró en la calle Darregueira en 2019 y rápidamente superó las expectativas de los fundadores. Durante los primeros seis meses, las ventas diarias estaban entre 150 y 200 cookies, y los pedidos online representaban casi el 40% del total.
La pandemia potenció la demanda, y entre 2020 y 2022 la marca sumó cuatro nuevos locales y aumentó su producción mensual a más de 10.000 unidades, con un ticket promedio de $ 8000 en ventas presenciales y $ 11.000 en pedidos online, que representa un 30% de las ventas.
Además, los dueños anticipan que pronto sumarán la opción de franquicia, aunque remarcan: "es fundamental que quienes se sumen estén realmente comprometidos, porque para nosotros la calidad es lo más importante y no queremos que se pierda, como suele pasar en muchos locales gastronómicos cuando se expanden."
Cookies al estilo New York
Laura y Jorge trajeron al país un tipo de galleta que hasta entonces casi no se veía en las cafeterías argentinas: grandes, de corazón blando y cargadas de chips de chocolate. Hasta ese momento, lo habitual eran galletitas chicas y secas para acompañar el café. La propuesta llamó la atención desde el inicio y, poco a poco, fue sumando seguidores hasta convertirse en un clásico que hoy acompaña las modas internacionales.
Las cookies clásicas se venden a $ 3200 e incluyen seis sabores, entre ellos el tradicional, triple chocolate, red velvet, cookies & cream, S´more y Peanut Butter. Las de estilo New York, que son las que más salen, cuestan $ 6600 y vienen en chocolate chips, fudgy nutella, red velvet y chunk. Y la versión premium "chocopistella", alcanza los $ 8000.
También, se encuentra el formato "cuchareable", una cookie gigante rellena lista para comer con cuchara, que vale $ 13.000 y se ofrece en triple chocolate, red velvet y tradicional.

El boom del pistacho y las cookies "Dubai"
En los últimos meses el pistacho se convirtió en protagonista dentro de la pastelería local y su auge en distintos comercios derivó en faltantes para quienes lo usan como ingrediente en muchas de sus recetas.
En julio lanzaron una edición especial con pistacho de la versión cuchareable, llamada "Dubai", que causó un gran furor y se agotaba en cuestión de horas cada fin de semana.
El boom, sin embargo, trajo sus complicaciones. El kilo de pistacho ronda hoy los $48.000 y conseguirlo es cada vez más difícil; los proveedores de Mendoza entregan a 25 días y con pago anticipado, cuenta Laura. "El pistacho es como un oro verde. Lo usamos 100% natural, tostado y sin agregados, hacemos nuestra propia pasta casera. Eso encarece y a veces nos deja sin stock", explica.
Hace cuatro años ya habían probado incorporarlo a sus recetas, pero la aceptación era baja y la situación cambió con la moda del "chocolate Dubai", que disparó la demanda y lo convirtió en uno de los frutos secos más buscados del mercado.



