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La demanda de campos en la Argentina está en crecimiento. Al efecto positivo que generó en el sector el resultado del balotaje, se suma ahora la derogación de la Ley de Tierras, a través del DNU de Javier Milei, que potencia las inversiones de extranjeros. Los vendedores inmobiliarios rurales aseguran que comenzaron a subir las consultas para comprar y alquilar tierra agrícola y ganadera en el país, incluso, con un alza en las operaciones concretadas.
Según el más reciente informe de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), "la expectativa de un gobierno más racional y más vinculado a los mercados produjo un marcado efecto rebote en la actividad durante noviembre". Además, agregó: "Con los resultados del balotaje, se produjo un punto de inflexión, con una mejora en las expectativas futuras ligadas al resultado eleccionario".
Durante gran parte de 2023, la demanda y las operaciones fueron mayores que las del año pasado. "En el primer semestre, tuvimos, primero, un aumento de consultas. Luego, mayor cantidad de pedidos concretos de inversores, mayores visitas, pedidos firmes, una negociación y, finalmente, una operación concretada y finalizada. De octubre a noviembre, por el clima electoral, se frenaron las transacciones. Pero, tras el balotaje, se volvió a reactivar fuertemente", describió José María Bauzá, presidente de la CAIR.
En todo 2022, se registraron unas 147 compraventas en distintos puntos del país, que abarcaron un total de 160.000 hectáreas de tierra. Según un trabajo de la consultora Agroclaro, los valores fueron superiores a los de 2021, cuando las ventas fueron de aproximadamente 150.000 hectáreas, concretadas a través de 136 negocios.
Como pasa con el segmento residencial, el negocio inmobiliario rural también está deprimido. En 2011 se dio el pico de ventas, con el doble de operaciones que en la actualidad y precios que promediaban los u$s 10.500 por hectárea en la zona núcleo. Las ventas empezaron a caer desde entonces, con la implantación del cepo.
No obstante, la mayor demanda esperada para 2024, según los empresarios inmobiliarios rurales, se ve acrecentada ahora por el reciente decreto de necesidad y urgencia (DNU) que firmó el Presidente Milei, que, entre sus puntos, deroga la Ley de Tierras, una normativa que limita la posibilidad de venderles a extranjeros tierras que tengan fuentes de agua importantes o que estén en las zonas núcleo de la Argentina.
La Ley de Tierras fue sancionada a fines de 2011 y establece un tope de 15% para la tenencia por parte de extranjeros, tanto a nivel nacional como provincial, departamental y por nacionalidad. "En las zonas núcleo se establece un máximo de 1000 hectáreas para inversores extranjeros", aclaró Bauzá.
"Sin lugar a dudas, la derogación de la ley es un incentivo para los inversores extranjeros. Las consultas aumentaron un 100% en los últimos días. Teníamos uno o dos llamados al mes. Hoy, el interés es mucho más grande", explicó Federico Nordheimer, director de la Inmobiliaria Rural Nordheimer.
De momento, es interés, no cierre de operaciones. "Hay que tener en cuenta que el contexto económico y político no es sencillo en la Argentina. El riesgo país es muy alto y existen muchas restricciones para girar dinero extranjero", agregó el broker. Aunque aclaró que "el cambio de Gobierno fue un dinamizador" para el sector.
"Hoy, el 70% del campo argentino necesita inversión. Los capitales extranjeros traen tecnología y generan puestos de trabajo. Por eso, celebramos la derogación de la Ley de Tierras", concluyó.
"Un campo se puede convertir en una buena inversión para aquellos que apuesten a futuro. El camino del país es incierto pero se respira un aire de cambio y eso se siente, por ahora, en las consultas de los extranjeros", resumió Bauzá.
Según datos del Registro Nacional de Tierras Rurales, las propiedades rurales con titularidad de personas o empresas de otras nacionalidades en la Argentina no llega al 6% del total. Esto se traduce en casi 16 millones de hectáreas, mientras que sobre 500 departamentos relevados, sólo 49 exceden los topes fijados por la ley.
"Esta Ley es como la Ley de Alquileres, perjudicó de lleno al mercado, lejos de protegerlo. Las inversiones en capitales extranjeros son necesarias en el país", dijo Alejandro Luis de Elizalde, presidente de Elizalde, Garrahan y CIA.
Los precios de los campos
Otro factor que atrae a los inversores extranjeros son los precios. "Actualmente, los valores de los campos son un 50% promedio más barato que en los Estados Unidos", explicó de Elizalde.
En el sector, explican que, en la zona núcleo, la baja de los precios fue de entre el 15% y el 20% en dólares durante la cuarentena, mientras que, en las regiones intermedias, ese valor ascendió a mermas de hasta el 30 por ciento.
Los valores máximo, de los últimos 10 años, se habían registrado en 2009 previo a que se pusiera el cepo cambiario. A partir de ahí los precios se desplomaron y hoy están en uno de los valores más bajos de la última década.
En las zonas top, es decir, que el suelo tiene muy buenas condiciones para la agricultura, tienen un piso de entre u$s 12 millones y u$s 13 millones "en campos con muy buenas condiciones no se consiguen por menos de ese valor", finalizó.
En el sector, celebran el DNU. "Los extranjeros invierten dinero y le dan trabajo a los argentinos. El decreto está en proceso, pero es una herramienta muy interesante. Esperemos que no se derogue. La demanda se incrementó, lo que nos hace pensar que vamos a tener más interesados que el año pasado. En números, esperamos un 25% más de operaciones que en 2023", finalizó de Elizalde, Garrahan y CIA.




