LA EMPRESA DEL GRUPO PESCARMONA PROFUNDIZA SU CRISIS

Efecto default: Impsa ya congela su producción y suspende personal

Desde la semana pasada, las plantas mendocinas de la compañía trabajan de lunes a jueves con el 40% de sus operarios. Tiene hasta fin de mes para evitar la quiebra

Solamente dos semanas restan para que Impsa, la empresa del Grupo Pescarmona, entre oficialmente en el listado de compañías en default. Lo hará si el próximo 30 de este mes no cumple con el pago de u$s 20 millones de intereses de una serie de ON que vence en 2020 y corresponde a una emisión por u$s 390 millones realizada por WPE International Cooperatief U.A, brazo financiero de WPE, a su vez controlada por Venti, holding que Impsa creó en enero para unificar sus ingresos en pesos y reales y que tiene sede en Luxemburgo. La compañía mendocina debía haber cumplido con esta obligación el 30 de septiembre, pero no lo hizo. Como tiene 30 días para modificar su decisión y negociar con sus acreedores, hasta ahora se encuentra en default técnico, por lo menos hasta que se venza dicho plazo, ya que viene incumpliendo el pago de intereses varias series de Obligaciones Negociables (ON) emitidas.
Mientras sus ejecutivos siguen analizando la viabilidad de aceptar el default e iniciar el camino hacia la reestructuración de un pasivo cercano a los u$s 1200 millones, aunque mantienen la esperanza de un salvataje por parte del Gobierno, Impsa ya comenzó a reducir personal y las horas de trabajo en sus plantas mendocinas donde trabajan alrededor de 1000 operarios y ya operan solamente cuatro días a la semana.
En la provincia, la compañía posee dos establecimientos. Uno está ubicado en un área residencial de la zona de Godoy Cruz y su infraestructura se divide en cinco edificios, con una superficie total de aproximadamente 29.000 metros cuadrados y una superficie cubierta de otros 10.000 metros cuadrados. Se dedica a fabricar palas, aerogeneradores y bobinas estatóricas y su capacidad de producción permite 70 juegos de palas y 70 generadores por año.
La segunda planta es considerada la unidad de producción principal del grupo. Se dedica a fabricar componentes de centrales hidroeléctricas y también de aerogeneradores. Tiene una superficie cubierta de producción de 20.000 metros cuadrados y su principal sector está dedicado al mecanizado y estructuras. Posee 225 metros de largo, 33 metros de ancho y 35 metros de alto e incluye un moderno centro de mecanizado, además de diferentes tipos de tornos, alesadoras y un gran número de otro tipo de máquinas herramientas. También cuenta con un horno para tratamiento térmico. Ambos establecimientos trabajan de lunes a jueves y, gracias a un acuerdo con el gremio y la Subsecretaría de Trabajo de Mendoza, la compañía puede suspender hasta 60% de sus trabajadores. Impsa puede aplicar este procedimiento hasta fin de año y extenderlo durante el primer cuatrimestre de 2015. La falta de contratos con el Estado argentino, desde 1998 no se le adjudica una obra de envergadura en el país, y las deudas impagas de parte de empresas de Venezuela y Brasil llevaron a Impsa al borde del colapso financiero e hicieron que su creador, Enrique Pescarmona iniciara un raid de viajes y reuniones con ministros del gobierno nacional y funcionarios venezolanos y brasileños en busca de una salida. De hecho, según el diario mendocino Los Andes, el empresario primero estuvo en Caracas, sede de Corpoelec, la firma estatal que aún le adeuda u$s 950 millones por la ejecución de la mega represa de Tocoma, y luego en Estados Unidos, buscando inversores. De allí, viajará a Brasil, donde el mes pasado debió hacer frente a un pedido de quiebra de WPE (Wind Power Energy), la firma con la que opera sus negocios eólicos en el mayor mercado del Mercosur.
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