La pelea por el mar: dos gigantes energéticos quieren instalar sus proyectos en Gran Bretaña
La petrolera inglesa BP y Orsted, la compañía de energía más grande de Dinamarca tienen dos proyectos que, de concretarse, permitirían al Reino Unido alcanzar sus objetivos climáticos.
Dos gigantes de la energía están en competencia por un mismo trozo del fondo marino en el condado inglés de Yorkshire. Se trata de un conflicto protagonizado por British Petroleum (BP), una compañía inglesa de petróleo y gas que es de las más grandes del mundo, y Orsted, la compañía eólica pública danesa.
Por un lado, la inglesa quiere construir un proyecto de captura de carbono debajo del Mar del Norte; por el otro, la danesa tiene como objetivo fabricar un enorme parque eólico marino con una capacidad prevista de 2,6 gigavoltios, para el que invertirá, de salir beneficiado, unos u$s 9.900 millones.
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Ambas compañías buscan aportar a que Gran Bretaña alcance los 20-30 millones de toneladas de CO2 que la nación pretende capturar al año para 2030.
Sin embargo, el problema principal es que el fondo del mar está doblemente reservado: hay una superposición de más de 100 kilómetros cuadrados, lo que vuelve imposible la convivencia de ambos proyectos. Si bien los planes de las dos empresas cuentan con una licencia que les otorgó, hace más de una década, el gobierno británico, la única solución viable es que una de las dos ceda el espacio.
El conflicto escaló cuando un estudio de la Autoridad de Transición del Mar del Norte (NSTA, por sus siglas en inglés), ente regula la actividad energética en alta mar, concluyó que los grandes cruces entre tales empresas eran inviables con la tecnología actual. De hecho, especificaban que existe un gran riesgo de que los barcos utilizados para monitorear las fugas de carbono colisionen con las turbinas eólicas fijadas al fondo del mar.
"En el momento en que se otorgaron estos derechos, no estaba claro cómo se desarrollarían las tecnologías emergentes", dijo a Reuters la agencia de licencias Crown Estate de Inglaterra, refiriéndose a las licencias de parques eólicos y centros de captura de carbono que el gobierno otorgó en 2010 y 2011, respectivamente.
Este choque, no solo aumenta la tensión entre las empresas, ya que BP no está dispuesta a cambiar a un sistema de monitoreo sin barcos más costoso y Orsted no pretende ceder territorio, sino que también pone en riesgo el impulso de Gran Bretaña para cumplir sus objetivos climáticos.
"La resolución del conflicto entre las tecnologías renovables y tener un debido proceso que determine si un parque eólico, un depósito de carbono u otra fuente de energía tiene primacía en un área de superposición, es crucial si el Reino Unido va a lograr sus objetivos de cero emisiones netas", dijo John Underhill, geocientífico y director del Centro de Transición Energética de la Universidad de Aberdeen.
Por su parte, tanto BP como Orsted afirman que se comprometerán a encontrar una solución a esta disputa, que llegará a un punto crítico en los próximos meses; las autoridades británicas deben decidir si dan el visto bueno final al parque eólico 22 de febrero, mientras que BP y sus socios planean tomar una decisión final de inversión en el centro de captura de carbono este año.
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