

Salir de la pandemia llevará más tiempo que el pensado inicialmente y las empresas deberán lidiar con tres leyes laborales en simultáneo: Emergencia Sanitaria, Contrato de Trabajo y la nueva de Teletrabajo, lo cual torna este escenario cambiante más complejo. Muchas leyes ahora deben adaptarse, en la práctica, al nuevo contexto de trabajo en el hogar y "es necesaria una reforma" de la nueva ley de trabajo a distancia, comentó Julián de Diego, doctor en Ciencias Jurídicas, durante el panel sobre Teletrabajo y Automación, en conversación con Hernán De Goñi, director de El Cronista.
La nueva Ley de Teletrabajo comenzó a aplicar recién el 1º de abril pasado, con lo cual es difícil medir su impacto, en un contexto cambiante. "Todavía estamos en una etapa embrionaria. Todas las empresas de servicios trabajan con home office, con equipos de la empresa, celular y computadora corporativos, desde su casa. Se supone que estamos en etapa de distanciamiento, pero seguimos con leyes restrictivas, propias de la ASPO (aislamiento social preventivo obligatorio) por los próximos nueve días. La ley de teletrabajo se está aplicando, pero no todo su contenido hasta que las empresas empiecen una transición hacia la nueva normalidad", explicó De Diego.
"El Parlamento pensó esta ley para buscar evitar abusos de las empresas hacia los empleados, cuando en el mundo, en realidad, es la fuente más grande de generación de empleo. Se perdieron 1500 millones de puestos de trabajo en el mundo, 1,2 millones en la Argentina. Necesitamos que la ley de Teletrabajo sea promotora del empleo, no que genere restricciones; hay una contradicción, porque el Parlamento trata de proteger al trabajador, el eslabón más débil, que está bien, pero el Ministerio de Trabajo busca promover el empleo. Es necesaria una reforma de esa ley", destacó.
Algunas empresas están empezando a aplicar esa nueva norma, al reconocer más gastos al trabajador, como la conexión a Internet o la electricidad. Pero, advirtió De Diego, "el tema de la seguridad ahora ya no recae en la empresa, sino en el trabajador que está en su casa".
El especialista destacó que "salir de la crisis llevará tiempo, según algunos análisis, de cinco a seis años, hasta que el 70% u 80% de la población esté vacunada. Vamos a tener que convivir con tres normativas: la de Emergencia Sanitaria, la de Contrato de Trabajo y la de Teletrabajo", advirtió.
Con el Home Office por la pandemia, hubo cambios también en los riesgos de trabajo. "Desapareció el accidente in itinere, cuando el empleado va de su casa al trabajo, que ya no se dá, salvo en trabajadores esenciales. La protección de seguridad e higiene, antes en manos del empleador, ahora recae en el trabajador. Antes una enfermedad contraída en el hogar no era laboral, ahora es el lugar de trabajo. Ahora el trabajador es responsable de todo", explicó De Diego.
Por eso, destacó, la nueva ley "debe ser reformada. La transformación es incontenible, depende no de la norma, sino del impulso que le da una realidad. Por ejemplo, las nuevas aplicaciones para contratar servicios personales, como delivery o logística, son híbridos que un marco regulatorio no les permite encuadrarlos", comentó.