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De cara a las vacaciones de invierno, la diferencia de precios entre viajar por el país o al exterior se achicó, y cada vez más argentinos empiezan a considerar destinos internacionales que antes quedaban fuera de sus planes. Con tarifas locales en alza y un dólar más estable, opciones como Brasil, Chile o incluso Europa dejaron de ser lugares tan lejanos.

Un informe del Instituto de Economía (INECO) de la UADE muestra que, si bien tomarse vacaciones en Argentina cuesta lo mismo que el año pasado en relación al salario promedio, algunos destinos del exterior bajaron sus precios en comparación. Por ejemplo, Río de Janeiro hoy exige menos sueldos que en 2024, y se vuelve una alternativa más competitiva frente a los principales destinos locales

El exterior bajó y el turismo interno mantuvo su costo

Aunque los precios siguen siendo altos, los viajes al exterior se volvieron un poco más accesibles si se los compara con los ingresos. El informe de INECO señala que, en 2024, una familia necesitaba el equivalente a 12 sueldos promedio para costear unas vacaciones fuera del país. Este año, esa cifra bajó a poco más de 10. El cambio se explica por dos factores: un dólar más estable y una mejora en los salarios medidos en esa moneda.

Al comparar destinos, se nota que las diferencias entre salir o quedarse ya no son tan marcadas, por ejemplo, ir a Brasil, cuesta lo mismo que juntar cuatro meses de sueldo, mientras que Bariloche se mantiene en tres. Esa distancia era mayor el año pasado. Lo mismo sucede con otros lugares: ciudades como Madrid, Miami o Nueva York, aunque siguen siendo costosas, requieren entre diez y doce sueldos, pero la brecha se achicó para quienes pueden planificar o ahorrar.

En el caso del turismo nacional, los precios aumentaron, pero lo hicieron al ritmo de los sueldos. Por eso, en términos reales, tomarse vacaciones dentro del país cuesta lo mismo que el año pasado. Villa Gesell, por ejemplo, demanda un ingreso mensual completo, mientras que destinos como Mendoza o Salta rondan los dos.

Por qué algunos destinos se volvieron más accesibles

En el último año, el salario formal promedio subió de $ 933.180 a $ 1.450.695, según el informe de INECO. Ese aumento ayudó a compensar las subas de precios en el turismo local, lo que permitió que las vacaciones no se volvieran tan difíciles de alcanzar.

A su vez, también hubo una mejora en los salarios medidos en dólares, es decir, cuántos dólares puede comprar hoy una persona con su sueldo. Con un tipo de cambio menos volátil, viajar afuera se volvió más previsible en términos de gasto.

Esta combinación -aumento de los ingresos y estabilidad del dólar- amplió las posibilidades para un sector de la población que antes ni consideraba salir del país. Aunque los viajes internacionales siguen siendo caros, para algunos bolsillos dejaron de ser un lujo imposible.

Cómo afectan los viajes al exterior a la economía argentina

En los primeros meses de 2025, Argentina pasó de tener un saldo positivo en su comercio con el resto del mundo a un déficit de más de u$s 5000 millones. Esto quiere decir que gastó más dólares afuera de los que recibió, y gran parte se debe a que los argentinos gastaron mucho más dinero en viajes al exterior, llegando a quintuplicar ese gasto en los primeros meses de 2025 en comparación con el mismo período del año anterior.

Mientras más argentinos eligen vacacionar afuera, la llegada de turistas extranjeros a Argentina cayó un 8,3% en abril de 2025, según el INDEC. Este descenso afecta al turismo, la hotelería y la gastronomía, y reduce los dólares que ingresan al país. En paralelo, el déficit comercial se agravó y las reservas del Banco Central enfrentan mayor presión.