Celulosa Argentina volvió a producir y ya tiene planificado un envío a Brasil. Luego de meses frenada y tras el cambio de manos, el plan del empresario que la compró por u$s 1, Esteban Nofal, contempla eficiencia productiva, financiera y operativa, a la vez que busca evitar el despido de personal.

“Ya estamos planificando un envío a Brasil. Es una de las pocas plantas del planeta que hace desde la pulpa hasta el papel: recibimos el árbol y entregamos el papel definitivo. Eso nos da la posibilidad, cuando es conveniente, de exportar una parte", confirmó a El Cronista Hernán Bagliero, un exejecutivo de la industria de la salud, que llegó a la papelera luego de ocupar esta misma posición en Droguerías del Sud.

Celulosa tiene el 50% del share del mercado local que abastece con dos plantas y alrededor de 4000 empleados. Una de ellas, en Capitán Bermúdez, en Santa Fe, que ya encendió sus máquinas. La otra, en la localidad bonaerense de Zárate, está próxima a reiniciarse, una vez que se reconecte el servicio eléctrico. Entonces, a pesar de que podría ser estratégica la decisión de reducir personal, no es el primer paso de la compañía. El plan es otro.

“Siempre, los que más sufren la crisis son los trabajadores de la empresa. Pero, en este momento, no nos planteamos reducir personal. No vamos a ir a un procedimiento preventivo de crisis para intentar reducir la plantilla. Vamos a tratar de eficientizar y, si esto lleva a que, dentro de una cierta cantidad de tiempo, tengamos que tomar esa decisión, lo haremos. Sin embargo, se pueden hacer estas cosas de una manera virtuosa”, dijo el empresario.

De esta forma, Celulosa empezará a licitar y certificar todos sus procesos. “Queremos entender dónde estamos parados. Si nos basamos en la historia, la generación de caja va a estar, sobre todo, con la deuda que no se está pagando hasta que finalice el concurso”, expuso a la vez que explicó que “como Celulosa era mal pagador, conservaba proveedores de hace más de 30 años. Eso debería revalidarse todos los años. El mérito no puede ser estar hace 30 años”.

Celulosa factura alrededor de u$s 200 millones al año. Con el objetivo de lograr esa generación de caja nuevamente, Nofal otorgó un préstamo de u$s 18 millones al momento de su ingreso como accoionista para reactivar la compañía. “Entendemos que con ese desembolso vamos a poder avanzar en las reformas que tenemos que hacer para que Celulosa empiece a generar una caja positiva y que la rueda empiece a girar”, sumó Nofal.

Antes del ingreso de Nofal como el mayor accionista de la compañía, Celulosa estaba en manos del grupo Tapebicuá, de empresario americano Douglas Albretch, los ejecutivos locales José Urtubey (hermano del ex gobernador de Salta) y Juan Collado.

Además de reactivar la producción, Nofal enfrenta un desafío financiero y regulatorio. Es que la CNV lo obligó a lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) para los accionistas minoritarios, tras la compra del 45,5% del capital social y votos por u$s 1. Según la consultora que lo asesora, la intención inicial sería pagar lo mismo que abonó a los anteriores dueños, un monto simbólico frente al precio de mercado actual, $ 311,50 por acción, por lo que podría ser necesario un ajuste al alza para que los minoritarios acepten vender.