

Teamworks nació en 2015, cuando Tamara Giménez y su socio probaron por primera vez el concepto de coworking corporativo en un despacho libre de un estudio jurídico del Microcentro. A partir de ese ensayo inicial, la compañía eligió apostar por oficinas físicas en el centro porteño incluso cuando el trabajo remoto ganaba terreno con una tesis clara: accesibilidad, densidad corporativa y la demanda creciente de soluciones flexibles de alto estándar.
Esa decisión hoy la encuentra con tres sedes operativas, una cuarta prevista para comienzos de 2026, un esquema de franquicias en desarrollo para desembarcar en el interior —con Mar del Plata, Córdoba, Rosario, Mendoza y Neuquén entre las primeras ciudades— y una facturación anual de u$s2,5 millones, con perspectiva de duplicarse en el corto plazo.
Desde el inicio, Teamworks buscó diferenciarse de los espacios flexibles que existían en ese momento en Buenos Aires. “Acá todo lo que había era bien orientado a freelancers y particulares. Nosotros tomamos la idea que en Estados Unidos y Europa ya funcionaba, pero decidimos enfocarla en ofrecer soluciones corporativas”, explicó Giménez. La primera sede formal llegó en 2016, con 150 m2 en Laminar Plaza, en la zona de Catalinas. Un año más tarde ya habían duplicado la superficie y, poco después, trabajaban con un formato muy cercano al actual: oficinas privadas o pisos completos, amenities, servicios incluidos y atención orientada a necesidades empresariales.
El salto de escala se dio en 2019, con la mudanza a Maipú 939, un edificio de 4000 m2 en el Microcentro. Apenas unos meses después, la pandemia frenó la actividad presencial. Frente a ese escenario, Teamworks mantuvo las sedes abiertas para trabajadores esenciales y aplicó una bonificación del 50% del fee a sus clientes. “Fue una acción que tuvo sus frutos”, sostuvo la fundadora. La estrategia permitió preservar la estructura y retomar la expansión en 2022, cuando la ocupación superó niveles previos a la pandemia.

A partir del regreso a la presencialidad parcial, cambió el rol de la oficina dentro de las organizaciones. En opinión de Giménez, el uso del espacio dejó de ser algo meramente funcional. “En realidad, las empresas ahora tienen el desafío de hacer que las personas vuelvan a la oficina con un propósito”, señala. Ese cambio desplazó la decisión hacia Recursos Humanos, que hoy consideran el entorno físico como parte de la propuesta de valor interna. En ese contexto, Teamworks no compite por metros cuadrados, sino por experiencia y servicio: oficinas privadas, pisos completos, amenities, servicios integrados y un modelo de hospitality corporativo que funciona como extensión del área de RRHH. “Nuestro foco es acompañar a las empresas como un partner estratégico, no como un proveedor de metros: soluciones taylor-made, servicio corporativo y operación 360”, explica.
“La oficina dejó de ser un gasto; hoy es estrategia, cultura y productividad”, resume Giménez. Ese enfoque consolidó la demanda por espacios privados, pisos exclusivos y soluciones llave en mano.
Crecimiento
Con ese impulso, la empresa retomó su plan de crecimiento. En agosto de 2022 inauguraron una segunda sede en 25 de Mayo y, en diciembre de 2023, abrieron Suipacha 946, el edificio más orientado al público corporativo y el modelo que buscan replicar hacia adelante. Con esas aperturas, la compañía llegó a 15.000 m2 operativos y trabaja para sumar al menos 5.000 m2 más con las próximas aperturas.
Con casi una década operando espacios corporativos, Teamworks se consolidó como una de las compañías de oficinas flexibles de mayor crecimiento del país.

La insistencia con el Microcentro forma parte del posicionamiento de la empresa. Giménez afirma que el distrito “sigue teniendo algo que el resto de los hubs no tiene: acceso a todos los medios de transporte”. Para compañías que combinan trabajo híbrido con días obligatorios de oficina, esa accesibilidad se volvió determinante. A eso se suma la baja conflictividad de los últimos dos años y la aparición de nuevos desarrollos gastronómicos y residenciales, que contribuyen a la reconversión de la zona.
La expansión al interior sigue esa lógica. “El plan es crecer a través de franquicias, pero sin perder estándar. Nuestro programa de franquicias no busca masividad sino sentido: operadores que compartan nuestro estándar de servicio y nuestra visión del mercado corporativo”, aclaró.
Con un liderazgo muy hands-on, Giménez impulsó un modelo de crecimiento orgánico basado en reinversión y eficiencia operativa. Esa prudencia les permitió atravesar la pandemia y escalar sin comprometer la operación. En cuanto a la competencia, la llegada de operadores globales ayudó a instalar el concepto. “Nos benefició a todos como industria”, admite Giménez. Teamworks se diferenció por un modelo más cercano, ágil y con un nivel de servicio que responde a las exigencias del segmento corporativo. Hoy compiten con operadores locales e internacionales, con propuestas que comparten público pero difieren en propuesta de valor y estructura operativa.
