Porteños, sin remedio: la mitad no va al médico y se automedica

Cinco de cada 10 habitantes de la Ciudad de Buenos Aires consumió medicamentos sin receta al menos una vez durante este año, y un 40% no consulta al doctor como primera opción a un malestar. Además, la mayoría tiene preferencia por fármacos tradicionales frente a los naturales

A juzgar por los datos de una reciente encuesta privada, los hábitos de salud de los porteños dejan bastante que desear. Para empezar, sólo un 45% dice visitar regularmente al médico por prevención, mientras que el 37% dice hacerlo "sólo cuando está enfermo o se siente mal". En línea con estas afirmaciones, un 50% de los porteños confiesa haber tomado medicación sin consulta previa ni receta al menos una vez durante el último año.


Estas son algunas conclusiones de una reciente encuesta a 1000 habitantes de la Ciudad de Buenos Aires mayores de 16 años, realizada por la consultora Trespuntozero. El relevamiento también destaca que, entre los medicamentos más vendidos sin receta se cuentan las pastillas para el dolor de cabeza (aspirinas o paracetamol, consumidas por un 77% de los encuestados), seguidas de lejos por las píldoras para dormir (25%).

Julián Libonatti, director de estudios cuantitativos de la consultora, apunta que "cuatro de cada diez porteños dice consumir medicamentos con mucha o bastante frecuencia, aunque este grupo se compone en su mayoría (58%) de mayores de 50 años, que es la población con mayores niveles de consulta regular a profesionales".

En el otro extremo, entre quienes dicen nunca consumir medicamentos o hacerlo muy raramente, la mayoría son jóvenes (70% de los que tienen entre 16 y 29 años).

En tanto, los medicamentos tradicionales son preferidos por ocho de cada 10 porteños, frente a los remedios naturales o alternativos (la categoría engloba desde la homeopatía hasta yuyos y tisanas), que sólo son utilizados por un 10% de los encuestados. La farmacia es canal principal de obtención de los medicamentos (80% de los casos), frente a otras alternativas como kioscos, obra social o programas del Estado.

En el caso de los complejos vitamínicos, su consumo es creciente entre los mayores de 50 años y el 62% lo hizo por indicación médica.

El estudio revela algunas diferencias de hábitos según la edad, el género y el nivel educativo. "Las mujeres refieren ingerir medicamentos más habitualmente que los varones (45% de las encuestadas, frente al 34% de los encuestados)", apunta Libonatti.

El 30% de ellas dice tomar habitualmente pastillas para dormir, frente al 20% de los varones. En el caso de las píldoras para adelgazar, la proporción es de un 8,7% de mujeres, frente al 3,1% de los hombres.
En cuanto a las pastillas para el dolor de cabeza, su uso es alto en ambos géneros y todas las edades, pero ligeramente mayor entre quienes tienen entre 30 y 49 años ( 86%).

Al contrario de lo que podría pensarse, a mayor nivel educativo, menor consumo de medicamentos. Un 47% de quienes tienen nivel educativo primario consumieron pastillas para dormir el último año, frente a un 22% de los que tienen estudios superiores. Del mismo modo, el 23% de quienes tienen nivel primario tomaron antidepresivos, versus un 8% de los universitarios.

Más allá de los números, la automedicación es un problema social y de salud creciente en el país.

Según estimaciones del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb), el mal uso de medicamentos es responsable de más del 10% de las internaciones hospitalarias anuales, principalmente por intoxicación y reacciones adversas. Esto genera sobrecostos por ausentismo laboral y educativo, nuevas consultas médicas, nuevas enfermedades, pérdida de la calidad de vida, y complicaciones que pueden llevar a la muerte.

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