LA UVA NO SUBIÓ ESTE AÑO, PERO INSUMOS EST N DOLARIZADOS

Para recuperar consumo, ajustarán precios de vinos por debajo de la inflación

En 2016 y 2017, aumentaron fuerte por subas de la materia prima. El consumo está en su mínimo histórico. Esperan que insumos no se disparen para ganar competitividad

Este año, la cosecha de uva creció de 25% a 30% contra 2017, con una mejor calidad, tras dos vendimias de escasez, lo que dará un poco de mayor margen a las bodegas para ajustar precios por debajo de la inflación o, a lo sumo, acompañarla, tras la fuerte suba de los valores desde 2016 y ante la retracción del consumo, según referentes de la industria.

 

En 2016 y 2017, los precios de los vinos al público se habían ajustado muy por encima de la inflación, por el impacto del alto costo de la uva (de 100% a 150% anual), ante la escasez. Por eso, los tetra-brik habían aumentado 98% en 2016 y otro 80% en 2017, en tanto que los finos lo hicieron un 65% y 55%, respectivamente, según datos de la industria.

Eso impulsó una fuerte caída del consumo, de 8,3% en 2016 y 5,4% el año pasado, a 8,91 millones de hectolitros, número que marca el piso más bajo de la historia del sector en volumen, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Y, por ahora, no muestra signos de recuperación. Hasta abril, acumula una baja de 1,6%; las bodegas se contentarían con, al menos, no volver a caer, algo difícil por el momento de lograr este año.

En este contexto difícil y con uvas a precios estables, las bodegas están en mejores condiciones este año para mejorar su competitividad frente a bebidas sustitutas, como la cerveza; pero aún resta ver cómo se ajustan los valores de insumos que, en gran parte, están dolarizados. "La uva impacta en el 20% del precio final del vino en góndola y en el 40% en salida de la bodega. El resto son insumos. Por ejemplo, la caja de tetra-brik depende del dólar, porque el cartón es importado. Lo ideal sería no aumentar hasta fin de año, para recuperar competitividad frente a otras bebidas, pero no podemos hacer milagros. Si aumenta la caja o la botella, la etiqueta, los tapones y otros costos trataremos de trasladar menos al precio final. Las bodegas pasan momentos difíciles por la caída del consumo, por eso se intentará contener los aumentos que sean posibles, pero no se puede no ajustar", aclaró Walter Bressia, presidente de la Coviar (Corporación Vitivinícola), durante un encuentro con periodistas.

"Deberíamos estar por debajo de la inflación, pero resta ver cómo se ajustan los precios de los insumos tras la fuerte suba del dólar", explicó Bressia.

Al respecto, Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola (UVA), opinó que las subas de costos serían menores a la devaluación, ya que los insumos no están dolarizados en un 100%. "Hay una recesión muy fuerte, se podría mejorar la competitividad. Los precios al público estarán como mucho a la par de la inflación o por debajo. Los competidores aumentaron este año más, pero igual seguimos desfasados por los dos últimos años", explicó Villanueva.

En el mercado externo, las bodegas prevén mejorar márgenes, tras "años de atraso cambiario", dijeron. Y se esperanzan con recuperar, de a poco, el segmento de u$s 24 a u$s 30 FOB por caja, donde se juega un mayor volumen, que se perdió en los últimos años por la caída de la competitividad por la inflación, y donde juegan fuerte Chile y Australia. Hoy, la Argentina está posicionada por arriba de los u$s 30 FOB, posicionada en vinos de calidad, pero a costa de perder volumen.

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