"Me gusta que los empresarios, más que pedir, propongan soluciones"

Creador de algunas de las marcas más conocidas de indumentaria femenina como Caro Cuore y Vitamina, Claudio Drescher, que tiene 35 años de trayectoria en el negocio, guía ahora los destinos de Jazmín Chebar. Preside también la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, que mantuvo encuentros con los principales candidatos a la presidencia y les presentó un plan de trabajo. No se opone al control del comercio exterior, aunque sostiene que se lo debe hacer "de forma inteligente"

Claudio Drescher recibe a El Cronista en plena obra de sus nuevas oficinas de Palermo Viejo, muy cerca del local que tiene Jazmín Chebar en ese distrito de diseño.

¿Cómo está la situación de la industria de la indumentaria en la Argentina?
Atravesó un proceso de maduración y hubo una fuerte consolidación del profesionalismo en la propuesta argentina. Creo que se avecina una etapa de expansión para la industria local, con muchas oportunidades, no sólo por el lado del mercado interno, sino también por la expansión regional e internacional.

¿El proceso de internacionalización encuentra a competidores cada vez más fuertes?
En las últimas dos décadas aparecieron jugadores fuertes en la industria a nivel global. Hoy vemos, por ejemplo, que el dueño de Zara es el hombre más rico de España y el japonés de Uniclo es el número dos de su país. Eso demuestra que la industria entró en una etapa de desarrollo muy fuerte. Las marcas de lujo que se agruparon, además, son bloques que hoy denotan facturaciones récord y en fuerte crecimiento, con propuestas de alto valor y productos lujosos. El mundo constituyó agrupamientos de marcas muy poderosos.

¿En la Argentina se avecina un proceso similar?
Sí. Se van a ir conformando también holdings de marcas que le van a dar más desarrollo al sector. Están madurando esas alternativas. Estamos en un proceso de coyuntura electoral y es un año para acomodar las cosas, pero es lo que viene.

¿Es imposible penetrar el mercado europeo, con fuerte tradición?
Europa es un mercado muy maduro, por un lado, y por otro, no veo que vaya a estar en expansión por su situación y la edad de la población. En países en desarrollo va a haber más crecimiento porque el consumo en este sector está relacionado con la evolución del PBI, y porque hay gente más joven en estos mercados.

¿Qué políticas le pediría a un próximo Gobierno?
A mí me gusta que los empresarios más que pedir propongan soluciones. Yo estoy en la cámara de la indumentaria y tuvimos reuniones en los últimos meses con los tres sectores que pueden llegar a gobernar la Argentina, y lo que les estamos llevando es un plan que pueda ser consensuado con las distintas fuerzas en el Congreso, que consiste en convertir al rubro y a la industria de la indumentaria en una propuesta estratégica para la Argentina, que pueda desarrollar marcas, traer divisas.

¿Y crear más puestos de trabajo?
La industria es la segunda generadora de empleo en el rubro manufacturero, pero queremos eliminar la informalidad. Estamos trabajando propuestas que permitan eliminar los talleres informales. De toda la gente empleada en el sector, el 60% está hoy en la informalidad y es un desafío que la cámara toma para resolver. Estamos trabajando también con el INTI en la trazabilidad: desarrollar un esquema donde las prendas estén registradas, a través de un etiquetado que puede ser electrónico, con el que podamos detectar de dónde viene la prenda. La informalidad también está en el contrabando de mercadería que ingresa directamente al país.

 ¿Se siente más seguro con alguno de los candidatos en cuanto al control de las importaciones?
Algunos sabemos que están más cercanos a la administración del comercio. Pero hay que hacerlo en forma inteligente, consolidando y respetando la producción nacional, pero al mismo tiempo permitiendo la importación de lo que no se hace en la Argentina, o de lo que mejore la calidad para que el producto tenga competitividad internacional. Aprendimos en los 90 que si se deja entrar todo no hay producción nacional, pero por ejemplo, nosotros utilizamos algunos tejidos exclusivos en cantidades mínimas, porque la marca tiene una promesa de exclusividad, y por escala no tiene sentido encara eso como producción local.

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