Las obras de arte argentinas, entre las más baratas del mundo
Con 10.000 artistas en actividad, el mercado local cotiza con valores incluso menores al de países más chicos como Uruguay
Somos de los países con más bajos precios y con unos 10.000 artistas en actividad y otros tantos compradores. La tarea de un pintor puede estimarse en 26 obras al año (una cada dos semanas) y en el caso de los escultores no creemos que lleguen a 10 por año. Sólo un centenar de artistas radicados en la Argentina puede vivir correctamente con la venta de sus obras. La mayoría se sostiene dando clases particulares o teniendo puestos municipales, provinciales o nacionales. Los contemporáneos más cotizados no viven en nuestro país sino en París, o bien trabajan aquí, como Guillermo Kuitca, pero sus obras son exportadas.
La baja cantidad de personas demandantes de arte nos demuestra que únicamente puede aumentar dicha demanda, y más cuando el arte es un refugio de placer y también de inversión para aquellos que sienten que los pesos les queman en las manos y la brecha en el mercado de divisas es del 45% (como consuelo de tontos, en Venezuela es del 900%).
Las casas de remate, mal que les pese deberán pesificar, ya que los compradores cuando compran en dólares, jurídicamente están obligados a pagar al dólar oficial de $ 4,95 y los remitentes se sienten estafados. Recientemente, se vendió una obra en u$s 14.500, y al remitente le pagaron tan sólo u$s 9.900. Es decir que recibió el 68%, y el costo de la intermediación fue del 32%, muy alta para una subasta, sin duda alguna.
Los artistas argentinos contemporáneos más cotizados tienen precios bajísimos frente a los del mercado internacional, o el brasileño donde hay artistas por cuyas obras se pagan u$s 2 millones. O el colombiano donde ocurre lo mismo con Botero, o también el mexicano.
A manera de ejemplo, les daré una lista de los más buscados y el precio aproximado de una obra de 100 x 100 cm. de gran calidad de alguno de ellos. Julio Le Parc (vive hace 60 años en París), es de u$s 140.000; Luis Tomasello (también en París y con 93 años); u$s 70.000. Guillermo Roux (vive en Martínez y no tiene ni galería, ni marchand), u$s 70.000; Guillermo Kuitka, u$s60.000; Juan Lascano, u$s 48.000; Antonio Seguí (vive en Paris), u$s 40.000; Nicolás García Uriburu (vive en Buenos Aires, y tampoco tiene representante), u$s 40.000.
En tanto, Luis Felipe Noé llega a u$s 30.000; Mario Pérez (vive en San Juan), u$s 24.000; Adolfo Nigro (vive en Buenos Aires), u$s 20.000. Para Pablo Siquer hay que pensar en u$s 16.000; Ernesto Bertani en u$s 14.000, y Juan Doffo, Antonia Guzmán, Daniel Kaplan, Graciela Genovés, cotizan en torno a los u$s 10.000.
Con lo que cuestan 16 obras de éstos grandes maestros no nos alcanza para comprar una obra de la brasileña de 52 años Beatriz Milhazes, quien acaba de venderse hace dos meses en u$s 2,1 millones.
Las obras de los artistas fallecidos deben ser inexorablemente mayores que la de los artistas contemporáneos que crean todos los días y aumentan así la oferta. En los muertos, la oferta es rígida y por lo tanto sus valores son mayores, quienes son los argentinos más cotizados. También hacemos un estimado por una obra de calidad y de medidas 100 x 100cm. En este caso, Emilio Pettoruti, en su periodo neocubista de 1930 a 1955, tiene una cotización de u$s 800.000. Por obras abstractas su cotización es de u$s 200.000. Lino Enea Spilimbergo llega a u$s 360.000; Jorge De la Vega a u$s 240.000; Víctor Cúnsolo a u$s 240.000; Xul Solar (no existen obras de este tamaño pero damos una idea de valorización frente a los demás), a u$s 220.000.
En cambio, Valentín Thibon de Libian cotiza en u$s 200.000; Antonio Berni en u$s 165.000; Florencio Molina Campos (no hay obras de este tamaño, es un estimado), u$s 140.000; Cesáreo Bernaldo de Quirós, u$s 100.000; Raúl Soldi, u$s 70.000.
Pensemos que por un pastel sobre papel de Munch de tamaño menor se han pagado u$s 120 millones. En proporción, el arte uruguayo con tan sólo una población de 3,3 millones de personas y un mercado chico en volumen, tiene grandes precios.
Por ejemplo, por obras de Torres García se pagan hasta u$s 1 millón; Pedro Figari, u$s 250.000; Rafael Barradas, u$s 180.000; José Gurvich, u$s 180.000 y Juan Manuel de Blanes, u$s 400.000. Incluso se pagan mejor en Montevideo que en Buenos Aires. Tenemos la dicha de tener extraordinarios artistas, y es nuestra obligación contribuir para que puedan vivir con dignidad de su arte, además el actuar así llevará a nuestros hijos y herederos a incrementar su capital de forma extraordinaria.
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